La verdad

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Por la mañana Meng Shi despertó y a su lado había una caja con comida y dinero dentro, buscó con la mirada a aquel hombre pero no había nadie.

En la habitación con A-Yao habían varios médicos y enfermeras, revisando todos los aparatos y revisándolo a él, Meng Shi se asustó demasiado y corrió a la puerta cuando vió salir a una enfermera.

- ¿Qué pasa con mi niño? -
La enfermera la tomó de los hombros buscando calmarla.
- Madam, tranquila, lo que pasa es que, agh, no sé cómo explicarlo -
Meng Shi quería llorar.

- No Madam, no sufra, estamos ante un verdadero milagro, el joven Meng Yao ha empezado a recuperarse demasiado rápido, los médicos no saben qué sucedió pero su cuerpo ha estado recuperando fuerza, incluso la leucemia ha empezado a desaparecer, ya hicimos varias veces los estudios y en cada uno de ellos su salud está aún mejor -

Meng Shi se llevó la mano a la boca.
- ¿Es eso posible?, ¿mi bebé se va a salvar? -
La enfermera estaba en medio de una contradicción, decir que sí sería presuntuoso pero decir que no, sería mentir.

- Lo tendremos en observación por un par de días más, intentaremos revisar sus reacciones a los medicamentos y si es que alguno de ellos fue el detonante, en base a ello decidiremos que sucederá -

Por la tarde Meng Yao fue trasladado a una habitación normal en el hospital y Meng Shi pudo entrar a verlo.

Meng Shi le tomó las manos y las besó.
- Mi niño -
Meng Yao sonrió.
- Mā, anoche, anoche volví a tener un sueño con ese hombre a quien llamo Er gē -

Meng Shi frunció el ceño.
- El hombre que te ataca -
Meng Yao asintió.
- Sí, pero esta vez no lo hizo, él, puso su mano sobre mi pulso y arrojó una luz azul, la sensación era cálida, Mā, él me vino a salvar, él dijo que quería ayudarme -

Meng Shi se sintió confundida.
- Mā, necesito ver a A-Yang, él puede encontrar a alguien que me ayude a resolver todo esto, esos sueños, esos momentos parecen tan reales que me da miedo -

Meng Shi suspiró.
- Los médicos dicen que es un milagro, que estás sanando demasiado rápido, no saben que fue lo que te ayudó, incluso dicen que el dolor desapareció, ¿es cierto?, ¿ya no te duele el cuerpo mi niño? -

Meng Yao se miró las manos, tenía un vago recuerdo de verlas llenas de sangre pero ahora mismo no tenía una sola cicatriz.
Meng Shi también vió sus manos y las tomó para ver las heridas de la caída.

- ¿Cómo? -
Meng Yao alzó la mirada en su dirección.
- Mā, ¿no es una ilusión?, ¿me hice daño ayer? -
Meng Shi asintió.
- Sí, chocaste de frente con un hombre y tus manos se rasparon, había mucha sangre, por eso te traje al hospital enseguida -

- No recuerdo al sujeto -
Meng Yao se tomó el puente de nariz.
- Seguramente era la morfina, ahora mismo no recuerdo mucho de lo que pasaba mientras estaba bajo su efecto -

Meng Shi se acercó y le acarició el rostro.
- No importa mi amor, lo que importa es que estás bien, que estás sanando, pronto esto será solo un mal recuerdo mi niño -
Meng Yao abrazó a su madre mientras los recuerdos de la noche pasada iban y venían y él no podía diferenciar si se trataba de un sueño o una realidad.

Una semana después fue dado de alta del hospital, su cuerpo aún estaba un poco débil por los tratamientos de quimioterapia y la transfusión de células madre.

No podía quejarse, el gobierno cubrió su tratamiento y un par de fundaciones los apoyaron, todos estaban sorprendidos, en una semana prácticamente había desaparecido el cáncer y él ya no sabía si aquello fue un sueño o realmente Zewu-Jun vino aquí y lo curó.

Angel inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora