Despedida

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Lan XiChen estaba desesperado, Lan WangJi se movía de un lado a otro intercambiando puntos de acupuntura y enviando energía espiritual, Meng Yao no estaba perdiendo sangre, el parto había sido un éxito, no entendía porque había perdido la conciencia.

Su qi parecía totalmente inestable, estaba a nada de tener una desviación, no podía perderlo, no solo por él sino por su hermano, Lan XiChen besó una y otra vez su frente tratando de despertarlo pero Meng Yao parecía haber muerto.

Sin embargo su pulso estaba ahí, Meng Shi atendió a los bebés junto a Wei WuXian, ella repetía una y otra vez que su hijo iba a estar bien pero él no despertaba y sus nervios estaban por explotar.

Lan WangJi se alistó para hacer un bloqueo temporal de su núcleo dorado, eso les daría tiempo para saber de dónde había partido la inestabilidad pero cuando había abierto su playera dejando a la vista su pecho Meng Yao abrió los ojos.

Lan XiChen besó su frente sin darse cuenta que sus lágrimas habían caído sobre el rostro de A-Yao.

Estaba confundido, sintió como su pecho fue descubierto y solo entonces Lan XiChen se dió cuenta que estaba despierto.

- WangJi -
Lan WangJi revisó de nuevo el flujo de su qi y todo parecía haber acabado.
- Está estable -
Lan XiChen se colocó a su lado y tomó su rostro.
- A-Yao, ¿puedes hablar? -
Meng Yao paso saliva, su garganta estaba muy seca pero lo intentó igual.

- Er gē -
Lan XiChen sonrió y besó nuevamente su frente.
- A-Yao, me asustaste -
Meng Yao se sintió como si un tren hubiera pasado por encima suyo, entonces recordó a sus bebés, dos, suyos y del amor de su vida.

Meng Shi se acercó a él.
- Amor, aquí -
Meng Yao la miró, su bebé estaba en los brazos de su madre, Wei WuXian también se acercó y movió a Lan XiChen para que le diera paso.
- Mira, aquí está tu otro bebé -
Con cuidado ambos fueron colocados en sus brazos y una paz reinó su corazón.

- Gracias A-Xian, gracias Mamá -
Después de ayudarlo a estar limpio, la familia se retiró del cuarto, Meng Shi quería seguir a su lado pero Lan XiChen le aseguro que A-Yao estaría bien y si la necesitaba la llamaría.

La cuna que habían comprado para el bebé era bastante grande así que no hubo problema para acomodar a los dos pequeños.
Un niño y una niña.

Meng Yao parecía muy cansado así que XiChen se dispuso a cerrar las cortinas incluyendo aquel ventanal sin embargo A-Yao le pidió que dejara la luz entrar por ahí.

La labor prácticamente había durado toda la noche.
- ¿Quieres que traiga algo de comer?, ¿tienes hambre? -
Meng Yao negó, Lan XiChen se acercó y le tomó la mano para darle un beso.

Meng Yao suspiró y lo miró detenidamente.
- A-Huan, quiero contarte algo -
Lan XiChen lo miró a los ojos y se sintió un poco confundido pero asintió.
- Yo, no entiendo que pasó, pero entré a otro mundo, en un principio creí que era ese espacio en la mente que había creado para raptar a Jin GuangYao pero no lo fué -

Lan XiChen había pensado que tal vez aún estaba hablando con Jin GuangYao y un nudo se formó en su garganta.
- Ví a mi madre, no esta madre sino aquella, ella me llevó a un lugar donde pude verme -

Sus ojos se cristalizaron y Lan XiChen enseguida se acercó para abrazarlo.
- Yo no encerré a Jin GuangYao -
XiChen pensó que solo trataba de justificar lo que había hecho.

- Yo soy Jin GuangYao y mi odio por sus acciones nos rompió, por eso cuando WangJi entró a mi conciencia nos vió separados -
Lan XiChen se alejó un poco del abrazo y lo miró completamente confundido.
- ¿A qué te refieres A-Yao? -

Angel inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora