Una sorpresa

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Wei WuXian estaba fanfarroneando con un chiquillo en medio de un bar.
- Vamos bebé, rindete, en siglos nadie ha podido ganarme en tomar más alcohol y seguir de pie, mírate, te estás cayendo -
El hombre frente a él parecía mayor a él.

- ¿A quien llamas bebé?, te dejaré noqueado y no solo noqueado, te voy a coger después de eso y te arrepentirás maldito maricon -
La sonrisa de Wei WuXian se difuminó.
- No me gusta esa palabra, era más lindo cuando nos llamaban manga cortada, tenía un toque elegante -

El hombre se puso de pie y golpeó su vaso contra la mesa y le apuntó con el vidrio.
- Bajate a chuparme la polla -
Wei Ying se recogió el mechón del cabello y lo llevó detrás de su oreja con real elegancia.
- Cariño, deja la homofobia, solo perdiste contra alguien tomando, nadie te robó la masculinidad -

El tipo se tambaleó y se fue sobre Wei WuXian pero él solo se recorrió un paso y el sujeto estaba en el suelo, discretamente lanzó una maldición contra ese sujeto, en un mes se le iba a podrir la polla, se sacudió las manos y se levantó caminando a la salida.

Afuera Lan WangJi estaba de pie observando la luz de la luna.
- Es una luna hermosa, ¿no, Lan Zhan? -
WangJi se volvió a él.
- Lo es, pero nada igual a tí -

Wei WuXian se sonrojó y miró en otra dirección.
- Vamos -

🪶

Lan XiChen se quedó a dormir en casa de A-Yao, ambos estaban en la cama abrazados de cucharita, Lan XiChen amaba el olor de A-Yao, a pesar de todo aún mantenía ese toque a flor de vaina, no necesitaba dormir, pero él sí, así que decidió velar su sueño.

Por la madrugada Xue Yang entró a la habitación, XiChen fingió estar durmiendo porque no quería causar problemas.

El chiquillo llegó hasta él y lo movió para despertarlo, XiChen se volvió a él.
- ¿Qué sucede? -
Xue Yang estaba evidentemente molesto, le señaló la puerta para que salieran.

En la vida pasada no había tenido contacto con ese chico, pero por lo que WangJi había dicho en su encuentro con él en ciudad Yi, no parecía alguien cuerdo o alguien con empatía al menos, esperaba por el bien de A-Yao que eso no lo siguiera ahora.

Salió de la habitación y cerró la puerta con cuidado.
- ¿Quién eres y qué quieres con A-Yao? -
Era evidente que la droga ya había salido de su sistema.
- Mi nombre es Lan XiChen, me gusta A-Yao, lo conozco de hace un tiempo, antes de su enfermedad, nos volvimos a encontrar y decidí dar el paso -

Xue Yang frunció el ceño y lo vió de pies a cabeza.
- ¿Eres un niño rico? -
Lan XiChen negó y Xue Yang señaló dentro con la cabeza.
- ¿Tú le diste el dinero para la comida?, porque no creo que alguien le haya dado trabajo tan pronto y más que le hayan dado dinero para tanta comida -

Lan XiChen suspiró.
- Yo solo soy un escritor y voy a poner todo lo mío en manos de A-Yao, es lo único que te puedo decir -
Xue Yang entrecerró los ojos.
- No sé porqué pero no confío en tí, más te vale que no hagas nada mal sino déjame decirte que no solo tengo esa pistola -

Lan XiChen no sabía si reír o llorar, ese chiquillo era fiel a A-Yao, realmente los quería a él y a su madre.
- No debes preocuparte, en verdad me gusta A-Yao y creo que está vez podríamos ser felices -

Xue Yang alzó una ceja.
- ¿Esta vez?, nunca me habló de tí, ¿o acaso eres el angel inmortal que le dió salud? -
Lan XiChen tragó con dificultad, no sabía que responder a eso.

Por suerte otra voz llamó la atención de ambos.
- Xue Yang, no eres mi padre, deja de joder y duérmete, son las tres, ¿ya se te pasó el efecto de esa porquería o te doy un baño frío? -

Angel inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora