Un viejo amor

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Esa tarde Meng Shi entró sola a la habitación de A-Yao, él la había pedido explícitamente.

Meng Shi le sonrió y le tomó la mano.
- ¿Cómo estás cachorrito? -
Meng Yao le sonrió y arrugó un poco el ceño.
- ¿Qué pasa mā?, estoy bien, estoy vivo y tal vez Da gē no te lo dijo pero mis huesos rotos ya están casi sanos por completo -

Meng Shi desvío la mirada.
- No estoy triste amor, solo un poco cansada, ya sabes, todos lo trámites y las vueltas de un lado a otro -
Meng Yao estiró la mano y le señaló para que se acercará.

- Mā, llevó veinte años de verte a diario, conozco todo de tí así como tú conoces todo de mí, perdóname pero no te creo, ¿esto es por mi padre?, ¿por Jin GuangShan? -
Meng Shi lo miró aterrada.

- ¿Qué?, no, ese tipo no es tu padre, ¿quién te dijo eso? -
Meng Yao frunció los labios.
- No mientas mā, no es necesario, lo sé, lo investigué -
A Meng Shi le temblaron los labios y sus ojos de llenaron de lágrimas que enseguida enjugó.

- No es verdad, te mintieron, ese hombre no tiene nada que ver con nosotros -
Meng Yao recargó su cabeza en la cama cansado.
- Ok, finjamos que no es él entonces, bien, empecemos de nuevo desde cero -

Se acomodó en la cama y le dió una sonrisa.
- Hola mā, fíjate que estoy mucho mejor, mis huesos rotos ya no lo están -

Meng Shi se cubrió la boca y comenzó a llorar en su lugar sentándose en el sillón de acompañamiento, Meng Yao se levantó rápidamente de la cama para ir a abrazarla.

- Lo siento, fuí desconsiderado -
Meng Shi negó y abrazó a su hijo.
- Yo lo siento tanto A-Yao, jamás quise que lo supieras, ese hombre es malvado, no merece que alguien tan bueno como tú sea su hijo -
Meng Yao asintió.
- Lo sé, he investigado un poco de él, pero no quise indagar más, no quiero imaginar cómo lo conociste, yo lo siento por no decirte y te agradezco todo lo que haz hecho por mí -

Meng Shi continuó su llanto aferrandose a su hijo.
- Te amo tanto mi niño, perdóname, ¿sí? -
Meng Yao le limpió el rostro con cuidado.
- No tienes nada de que disculparte mā -

Meng Shi tomó el pañuelo de papel y limpió su rostro para tomar coraje de hablar.
- Él, hizo una apuesta con otro de mis clientes, él me enamoró y me usó para después reírse en mi cara, supe que tenía una esposa y un hijo, que yo no valía la pena en su vida, solo era una puta más para él, así que decidí que no iba a permitir que esa porquería me hiciera más daño, pero cuando me enteré que venías en camino, A-Yao, lo fuiste todo para mí -

Meng Yao pensó que habría preferido no saberlo, aunque esperaba eso o algo peor.
Abrazó nuevamente a su madre.
- Me dolió verlo de nuevo porque todos los buenos recuerdos me invadieron , pero no, no volverá a jugar conmigo -

Meng Yao frunció el ceño al escuchar eso.
Desde que tenía memoria su madre jamás mostró interés en nadie, aún cuando A-Yao deseaba que ella encontrará el amor, que fuera feliz, ahora no sabía que responder, obviamente no quería que Jin GuangShan fuera el motivo de la felicidad de su madre, dolía verla tan rota por su culpa.

Después de un rato Meng Shi se recuperó, Meng Yao le explicó que estaría el resto de la semana ahí, pero que estaba mucho mejor, así no estaría preocupada.

Le había explicado lo que significaba cultivar y aunque ella no entendía del todo estaba feliz por él, porque hasta donde entendió, jamás volvería a pasar otro año viendo a su hijo morir día a día.

Lan XiChen fue el último en entrar, se quedó de pie en la puerta viéndolo desde ahí.
Meng Yao ladeó la cabeza.
- ¿Qué pasa XiChen?, ¿molesto porque te dejé al último? -
Lan XiChen bajó la mirada, sí, estaba un poco sentido pero no lo diría, sonrió tímido.

Angel inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora