Me desperté con el reverberar de un golpe por las dudas paredes del castillo. Pensé que había sido mi imaginación.
Pero después vino otro. Y otro más.
Me incorporé rápidamente y me encontré con Azriel de pie, sujetando las cortinas para poder mirar a través de la ventana, al fondo de la habitación. Yo estaba en el ángulo perfecto para poder observar el panorama.
De uno de los edificios de la ciudad, salía una enorme columna de humo negro. Se escuchaban gritos y golpes, armas. No había sido un golpe, había sido una bomba.
Salí de la cama de un salto y me acerqué a la espalda de Azriel. Le coloqué la mano en el hombro para que notase mi presencia. Él se sobresaltó, estaba un poco pálido.
-Ha empezado. -declaró.
Ninguno de los dos perdió ni un segundo más.
Salimos juntos corriendo de la habitación y nos encontramos con Ellyn al otro lado del pasillo. Me bastó una mirada para saber que ella estaba igual que nosotros.
-¡Ilarya! -gritó Addie al otro lado del pasillo. Estaba vestida preparada para la batalla, cuero y metal. -Tomad. -dijo mientras me tendía un montón de ropa igual a la suya. -Nos vemos en la entrada principal. Corred.
La repartí entre Azriel, Ellyn y yo y nos cambiamos corriendo. A los pocos minutos ya volvíamos a estar en el pasillo, cambiados, preparados para lo que se nos venía encima.
Solo podía pensar en que madre jamás aprobaría eso.
-Tranquilos, -dijo Ellyn mientras comenzábamos a movernos por el castillo. -todo saldrá bien.
Yo le sonreí y seguí caminando, aunque no estaba convencida de que eso fuese a pasar.
Tardamos poco en llegar al punto de encuentro.
Casi no era capaz de distinguir a Addie entre la masa de personas que se movían haciendo mil cosas de un lado para otro en el recibidor de palacio. Gente cargada con cajas, maletas, gente corriendo, gente nerviosa y asustada. Ella les daba órdenes.
-Ya estáis aquí. Seguidme. -dijo en cuanto nos acercamos a ella. Pareció aliviada de que no nos hubiera sucedido nada.
-¿Qué sabemos sobre el ataque? -quiso saber Azriel mientras nos dirigíamos al exterior.
-Creemos que ha sido tu padre. -declaró. No había duda en sus palabras. Hay muertos y heridos. -esas cuatro palabras se me clavaron. Eso era prácticamente por mi culpa.
-¿Cómo sabe que estamos aquí? -quiso saber Ellyn.
-Creo que no lo sabe. -dije manteniendo la mirada fija en el horizonte. -Creo que simplemente ataca porque quiere empezar una guerra. Quiere conquistarlo todo.
En mi cabeza tenía sentido, él había dicho voy a mataros a todos. Llevaba casi toda la noche pensando en eso.
-Tiene... Tiene todo el sentido. Él es así. -corroboró Azriel. -Ambicioso.
-Entonces va a tener que atenerse a las consecuencias. -dijo Addie.
Y justo en ese momento, vi a cientos, miles, de soldados avanzar hacia las murallas que rodeaban la ciudad. Avanzar unidos, armados y equipados, para defender a su reino. Defendernos a nosotros.
Seguimos a Addie a través de un puente que nos llevaría a la cima de dicha muralla, para observar el panorama, supuse. Casi hubiera preferido no verlo.
La bomba solamente había sido una advertencia.
Desde la frontera que compartían Onrix y Ponderan, se acercaban otra tanda de soldados, puede que incluso más de los que teníamos en nuestro ejército. ¿De dónde había sacado Gennady a tanta gente? Que nosotros supiéramos, él solo contaba con su propio ejército y el de Mananthica, que no era muy numeroso.
-¿Y Aleksander? -le pregunté a Azriel por encima del barullo que el ataque había producido.
-No tengo ni idea. -respondió quedándose embobado mirando a la enorme cantidad de hombres que se acercaban a nosotros.
-¿Y cuál es el plan? -preguntó Ellyn.
-Atacar. -respondió Addie rápidamente.
-¿Eso no es demasiado... impulsivo?-Azriel me miró al pronunciar esa última palabra, comparando mi impulsividad con la de Addie.
-Como traspasen la muralla, estamos perdidos. -se defendió ella. -Atacar o perder.
-¿Y el rey y la reina? -pregunté preocupada. Addie señaló abajo, hacia el pueblo.
-Ayudando con los heridos. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, pero aún así, yo me he quedado aquí para dar órdenes y organizar... esto. En cuanto ataquemos, bajaré a ayudar. Me necesitarán. Y a ti también. -señaló a Azriel. -E Ilarya...
Claro, ella no tenía ni idea de mis poderes. No sabía la oportunidad que estos suponían.
-Addie voy a decirte algo muy raro-comencé a decir. Azriel y Ellyn me miraron como advertencia de que no me fuera de la lengua, aunque yo los ignoré.-, y te juro que te lo explicaré todo con detalle si salimos de esta. El caso es que tengo don. -ella me miró con los ojos abiertos. -Tengo... muchos dones. Uno de cada y... Puedo luchar. Así que ponme donde necesites. -terminé mirando al horizonte.
-Más te vale salir de esta, porque necesito explicaciones. -respondió ella, volviendo en sí. -Tú vendrás conmigo y con Azriel. Y Ellyn...
-Iré a ayudar a tus padres. -
Soy... -se calló. -Bueno, tengo conocimientos de medicina.Ellyn me guiñó un ojo.
-Perfecto. -accedió Addie. Indicándole a dónde debía dirigirse. Un refugio subterráneo a los pies del castillo, inteligente. Había muchas personas, heridas y no heridas, corriendo hacia su interior en un intento desesperando por sobrevivir.
-Ellyn. -la llamé antes de irse. -Ten cuidado, por favor.
Me miró a los ojos, luego a Azriel.
-Vosotros también. -respondió-Y... Estaremos bien. Os lo prometo.
Dicho esto, se fue.
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La reina del olvido
FantasíaIlarya Madingley, la falsa perfección en persona, princesa heredera del reino de Mananthica, lleva una vida basada en mentiras. Ella es curiosa e inconformista, por lo que cuando se da cuenta de que todo el mundo parece ocultarle algo no duda en pon...