𝓂𝓊𝓃𝒹𝓊𝓈 𝓃𝒾𝒽𝒾𝓁 𝓅𝓊𝓁𝒸𝒽𝑒𝓇𝓇𝒾𝓂𝓊𝓂

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El mundo es una bella nada


—«Así pues, quién se sienta seguro, tenga cuidado de no caer» Corintios 10:12.

El sol a través de las hojas del árbol que se mecían de vez en cuando, cuando Enlil¹ soplaba su espíritu de vuelta, y se iba, dejando el murmullo de las verdes copas.

—¿Te aprendiste otro versículo? ¿De verdad vas a seguir con esa rutina cada mañana? —El joven de cabello largo resopló y después sonrió con las cejas alzadas, haciendo la cabeza hacia atrás para ver al otro chico de cabello oscuro y ojos cerrados.

—Es un ejercicio mental —respondió, con una sonrisa suave.

—¿Quieres ser sacerdote o qué? —habló un tercer joven, el mayor de los tres, acostado junto a sus amigos con los brazos detrás de su cabeza.

—No seas tontito —El chico de cabello castaño largo se giró boca abajo para quedar con sus codos recargados en la hierba y las manos sosteniendo su barbilla—. Si Joshuji se hace sacerdote, no podrá casarse con Seokmin.

El joven de cabello oscuro frunció el ceño sin abrir sus ojos aún.

—Jeonghan, ¿qué cosas di-

—¡Oh! ¡La juventud y sus amores! —exclamó el chico mayor dramáticamente.

—Cheol, ¿podrías por favor no decir ese tipo de comentarios? Tenemos la misma edad, me haces sentir viejo.

Jeonghan se quejó y golpeó en el pecho a su amigo que estaba acostado también mirando hacia arriba.

Los tres estaban sobre la hierba, escondidos en una de las áreas traseras de los salones de la amplia preparatoria.

—Qué exagerados, apenas tenemos 17 años, no es para tanto —dijo Joshua, la voz de la razón.

Siempre lo había sido. Y había tanto en él que no habían visto...

—Entonces ese chico, Seokmin, ¿ya se te confesó? —preguntó Seungcheol, sentándose con las piernas estiradas y recargado hacia atrás.

Era el mayor de los tres.

—No, el chico es más tímido de lo que parece, pero más obvio de lo que pretende esconder. ¡Está enamorado de nuestro santo favorito! —exclamó Jeonghan de nuevo de forma dramática. Hábito de pertenecer al Club de Teatro.

Él era el del medio en edad.

—Por favor, no soy ningún santo y aparte, dejen a Seokmin en paz, yo creo que confunden su amabilidad con atracción. —Joshua rodó los ojos y suspiró. Era el menor de los tres, pero el más maduro para su edad.

—No seas pesimista, Joshuji, tu amor es correspondido. —Jeonghan le dió unas palmadas al hombro de su mejor amigo que lo miró con un gesto plano.

—Yo jamás-

—Eso nos deja a Han y a mí como solterones, no es justo. —Seungcheol se quejó.

El mencionado le volvió a dar un golpe en el hombro.

—¿Podrías no incluirme en tus desgracias? Yo tengo muchos pretendientes. Hasta me sobran.

El chico azabache de pestañas largas sonrió y alzó las cejas varias veces.

—Y aún así sigues tan soltero desde que naciste.

Joshua sonrió cuando Jeonghan volvió a discutir de manera ofendida con Seungcheol que sólo reía, divertido de las reacciones de sus dos amigos.

Manía (JeongHoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora