𝓂𝒾𝒽𝒾 𝒾𝓃 𝑜𝒹𝒾𝑜 𝑒𝓈𝓉

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Es odioso para mí

No tiene sentido.

La vida, por sí misma, es como la lluvia acumulándose en tus manos. Por más que le intentes mantener ahí, se resbalará, escapará entre tus dedos.

Efímera, se quedará unos momentos, esperando a que le des un trago, pero luego caerá al suelo.

Y se repetirá el mismo ciclo, hasta que deje de llover.

Cuando no tengas nada que beber.

La vida no tiene sentido. Pero tiene un valor.

Con eso es más que suficiente.

Fue rápido, el propio odio fue la sangre derramada

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Fue rápido, el propio odio fue la sangre derramada. Fue absurdo. El destino no se puede evitar.

Y en medio del caos y la desorganización, Jihoon se encontró de pie a la deriva. Sí, nunca tuvo control. No es algo que el humano pueda poseer en su vida. Fata viam invenient¹.

Su manía fue su propia condena, cómo lo fue para su madre.

Se dejó caer en el suelo de rodillas, a un lado del cuerpo quiescente de Jeonghan.

Había usado el cenicero que no le quitó para romper la ventana, tomar los vidrios rotos y hacerse dos cortes largos y profundos en los antebrazos.

La sangre, que nunca le resultó agobiante, inundó sus narinas con el olor del hierro y la muerte.

La muerte. Eso era.

Jeonghan, cometiendo suicidio. No pudo controlarlo.

Su Acherontia había muerto. No pudo controlarlo.

Se burlaban en su cara. No tenía nada. Sólo dos cadáveres en cada una de sus manos. El corazón le latió dolorosamente. Jihoon no reconocía ese sentimiento. Aquella pérdida.

Le oprimió el pecho, le mostró el vacío verdadero. No aquel de la propia existencia o de ser consciente de ella.

«Pienso, luego existo²»

No estaba en sus manos, el control de su existencia, de su manía, del destino de los demás, del suyo propio.

Jeonghan se encargó de ello. La ironía.

En esas muertes... Atropos se unió a Tanatos. Pero el profesor eligió a su hermano gemelo, oh, dulce Hipnos. Oh, dulce sueño.

Fue rápido. No le dió tiempo a pensar.

«Me rebelo, luego existo³»

Un golpe en el borde de su ceja lo hizo ver oscuro del ojo izquierdo, le durmió el juicio lo suficiente para que Jeonghan se intentara levantar con piernas temblorosas por la pérdida de sangre.

Manía (JeongHoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora