Manía (JeongHoon)

𝓈𝑜𝓂𝓃𝒾𝓈 𝒾𝓂𝒶𝑔𝑜 𝓂𝑜𝓇𝓉𝒾𝓈

El sueño es la imagen de la muerte

Jeonghan no supo en qué momento se quedó dormido. Se molestó consigo mismo por haber bajado la guardia. Apenas anochecía, pues la luz que entraba por la pequeña ventana era casi nula y sólo quedaba el cuarto iluminado por las luces neones de las variadas lámparas.

Su cuello dolía, porque había quedado colgando hacia adelante otra vez mientras dormía.

Suspiró abatido. Tenía hambre y sed. Peor aún, no había satisfecho sus necesidades.

Escuchó la puerta abrirse detrás de él y sus sentidos se pusieron alerta de inmediato.

—Ha estado muy callado, profesor. De verdad no piensa gritar.

Jeonghan no quiso decir nada. Vio de reojo que Jihoon apareció en su visión periférica con una bandeja en sus manos. Tenía puesta una camisa de tirantes negra y una gorra del mismo color, combinada con un pants gris. Estaba en ropa cómoda.

El más joven dejó la bandeja en su escritorio y tomó de ella algo, mientras arrastraba una silla para sentarse frente a él.

Jeonghan no elevó su mirada para verlo, se quedó con su cabeza ligeramente inclinada y el gesto lo más serio posible.

—No creas que recibirás un trato inhumano de mi parte, y debes tener hambre.

El profesor quiso reír ante las palabras del hombre menor. ¿Qué no recibiría un trato inhumano? ¿Y qué era eso entonces?

Pero de nuevo, no dijo nada.

—Levanta la cabeza. Tienes que comer.

Estaba en una dicotomía: de doblegar su compostura, o de mantener la vista fija en sus pies y ser firme.

Pero no era tonto, y Jihoon mucho menos. Sólo traería peores consecuencias el resistirse. Ya no estaba seguro de nada. ¿Salir de ahí? Era posible, pero fácil, no.

—¿Escuch-

Jeonghan por fin levantó la cabeza. Los ojos oscuros brillaron al encontrar los suyos. No supo qué sentir.

—¿Cuánto crees que le tome a un hombre adulto de estatura promedio y peso bajo perder el tono de su masa muscular por atrofia?

—Necesito un cigarrillo.

Por fin habló. Le cansaban los juegos mentales de Jihoon, así que ignoró su pregunta que ya sabía a dónde se dirigía.

—¿Quieres desarrollar EPOC¹?

Jeonghan hizo una mueca, pero rió sin gracia. Tuvo un mal sentimiento.

—No creo que ese sea el mayor de mis problemas.

El menor simplemente lo miró con su gesto estoico.

—Bien, te dejaré fumar si comes primero. Que estés débil me funciona, pero verte morir de inanición no es... lo adecuado. Así que come.

Jeonghan no quiso hacer ningún gesto, la comida lucía regular. Lo que parecía ser una especie de crema de champiñones o algo por el estilo. No el tipo de comida que él estaba acostumbrado a tener. Pero se veía decente y olía bien.

Y tenía hambre.

Abrió la boca, aún resignado, porque él tampoco estaba dispuesto a morir por inanición. Así que fue alimentado, sintiéndose humillado.

Pero Jihoon no fue agresivo, esperaba atento a que masticara y tragara la comida. Aunque era incómodo. El estudiante sólo lo miraba con cautela.

Así se mantuvo, hasta que se terminó todo el contenido del plato.