17. 3 Días.

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Mahidevran.

Día 1.

- Tenemos que levantarnos - murmuró contra el cuello de Orhan - tengo hambre y tenemos que conseguir comi....

- Elmas nos dio una maleta llena de comida - Orhan la interrumpió - dijo que nos quería lejos del palacio por 3 días.

Mahidevran suspiro.

- ¿porque no me asombra?

Orhan rio contra su pelo.

- Necesitaré bañarme también - dijo la castaña.

- Tenemos un lago para nosotros solos - le dijo con picardia - no hay nadie alrededor.

Mahidevran se apoyo contra sus brazos para observarlo con las cejas arqueadas.

- ¿te planteaste todo?

- Si...

- ummm - gimió - por lo menos Elmas me puso ropa para estos días.

Orhan la miró con el ceño fruncido.

- ¿para que ropa? - la miró de arriba a abajo - es mucho mejor estar sin nada, nos ahorra tiempo y no pienso dejar que use mucha ropa estos días.

Las cejas de Mahidevran se arquearon aún más si era posible.

- Eso me parece muy interesante - se apoyo en el pecho de Orhan - espero que cumplas lo que acabas de decir.....

- Si quiere puedo empezar desde ya....

- Ummm - gimió vacilante mientras se mordía el labio - Consígueme comida y lo pensare...

Orhan se dio la vuelta y se levantó rápidamente - a la orden...

Minutos después, una bandeja de comida estaba frente a ella.

Tranquilamente tomó una fresa, mientras Orhan la observaba con deseo.

- ¿Pasa algo?

- No me es de mucha ayuda mirarla sin ropa y saber que tengo que esperar....

Mahidevran sonrió un poquito.

Algo se encendió dentro de ella, y con picardia gimió mientras mordisquiaba la fresa.

- Está deliciosa - gimió de nuevo y noto como los ojos de Orhan se oscurecían mientras apretaba los puños frente a ella - Estoy hambrienta.

Siguió gimiendo a propósito mientras tomaba varias fresas y uvas, mientras notaba como Orhan apretaba la mandíbula.

- ¿Pasa algo? - pregunto con fingida inocencia - ¿tienes hambre?

Lo miro asentir.

- ¿Quieres una? - le enseñó una fresa y el gruño - parece que si....

Se acercó a él mientras se arrastraba sobre las sábanas.

- Toma - se sento en sus piernas - está deliciosa.

Le sonrió con algo de coquetería.

- Necesito que comas - le insistió cuando el no le contestó - necesitaremos mucha energia.

Esto último se lo susurro al oído y Orhan la miró con la mandíbula apretada.

- Aunque - siguió diciendo ella - con este sabor tan delicioso de las frutas, me encantaría probarlo junto a uno de mis sabores favoritos.... ¿Puedo?

Orhan la miro confundido pero asintió.

Mahidevran tomó la fresa y empezó a rozarla contra los labios de Orhan.

La rosa del Sultán. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora