1. 1534.

4.4K 297 48
                                    

Aclaraciones y referencias al final del capitulo, los comentarios son bienvenidos.

Ahora si, vayan más abajo a leer.

Mahidevran.

Rosas, lágrimas, joyas, y un hombre misterioso.

Sus sueños día con día se estaban volviendo aún más extraños, unos tras otro, recuerda el de la noche anterior; recuerda la mirada enfurecida de Hurrem mientras ella sonreía a alguien a quien no pudo distinguir mientras esa personas le entregaba una joya preciosa.

Llegó a pensar que el hombre que estaba en su sueño era Suleiman, algo completamente imposible si recordaba que llevaba ya 1 año sin mirarlo desde que su pequeño Mustafa había sido decretado gobernador de la provincia de Manisa.

Hace unas semanas había soñado con 2 niños, pequeños que la llamaba y le gritaban ¡Madre!; también recuerda haberse despertado abruptamente después de ese sueño.

Aveces dudaba si sus sueños, eran buenos o solo pesadillas, en esos sueños habían muchas cosas desde escenarios extraños en los que Hurrem esta a punto de golpearla, hasta momentos donde se veia en brazos de un hombre y parecía feliz, a pesar de no poder distinguir quien era, sueños donde ese mismo hombre le besaba y le decía que ella era.....

- Madre - sintió que la sacudían del brazo - Llegamos.

- ¿Mustafa? - preguntó asustada mientras despertaba de su trance.

- Lo siento madre, pero ya llegamos a Topkapi, parecía muy perdida en tus pensamientos y no me escuchabas, ya llevaba varias veces llamándote - la observó preocupado desde la puerta del carruaje - ¿estas bien? Si quieres puedo decirle a su majestad que regresaremos a Manisa, madre lo único que quiero es que no te sientas mal.

Mahidevran negó lentamente con la cabeza mientras una tierna sonrisa brotaba de sus labios - no te preocupes mi pequeño león.

Mustafa rio.

- Ya no soy tan pequeño madre - sonrió divertido - tengo 19 años.

- Aunque no lo quieras - regaño suavemente - siempre será mi pequeño, aun tengas 40 años y 20 hijos.

Rieron.

- Tenemos que entrar madre, están esperando para darnos la bienvenida - suspiro - ¿estas segura que estarás bien?

- Si, lo estoy, no es nada preocupante lo que estaba pensando - le dijo para tranquilizarlo - ahora ayudame a bajar.

Mustafa tomó su mano para darle soporte mientras ellas bajaba del carruaje. Se pararon juntos mientras Mustafa la observa preocupado.

- ¿Lista para entrar?

- Si estoy lista, y por favor no te preocupes, que no he pensado en Hurrem ni un poco en meses y muchos menos esta semana, no he tenido tiempo ni ganas de hacerlo - lo empujó un poco para apresurarlo - ahora vamos, que se nos hace tarde.

Aunque no mentía, los últimos meses sus pensamientos iban dirigidos sólo a sus sueños, aunque esos sueños nunca iba a poder compartirlos con Mustafa.

Eran demasiado privados.

De sólo recordar algunos sus mejillas se encendieron notablemente.

La rosa del Sultán. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora