1: Cuando la lluvia cae

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El dinero disminuía de sus bolsillos

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El dinero disminuía de sus bolsillos. Takemichi suspiró derrotado y entró a un pequeño minisuper, comprando una sopa instantánea que preparó ahí mismo, para seguidamente sentarse en una de las mesas dentro del establecimiento.

Llevaba una semana en la ciudad, durmiendo con frío en cualquier lugar que se le permitiera pasar la noche. A este punto le daba igual las miradas de lástima a su cuello y estado anémico.

Se le acababan las ideas de cómo sobrevivir. Su lobo no dejaba de chillar lastimero por no haber sido suficiente para su alfa, le rasgaba internamente al punto de tener episodios de ansiedad durante la noche. Pero Takemichi quería vivir, ya no solo por él; su motor era poder conocer lo que crecía en su vientre.

Siempre odió el papel que la sociedad ha impuesto en los omegas, al igual que cada uno de los valores sumisos con lo que fue criado. En su adolescencia hubiera sido una locura imaginarse con un bebé en brazos.

Pero la vida puede ser muy perra, llevándolo a casarse y enlazarse con el alfa, que según sus padres, era el mejor para asegurar su futuro. Aun así él no se negó, en ese punto no había nada que perder en un hogar lleno de deudas, en el que la decepción de haberse presentado como un omega varón, lo atormentaba desde los catorce años.

No se quejó durante los primeros dos años de su matrimonio, se había acostumbrado a comer y dormir solo la mayoría de las noches, a excepción de cuando su alfa llegaba alcoholizado. Pues claro, sin imaginarse que el imbécil de su alfa se estaría acostando con sus compañeras del trabajo. Y hubiera sido así, si no se hubiera roto el lazo entre los dos y al mes sacado de lo que llamaba hogar.

Mentiría si jurara no haber derramado ninguna lágrima desde esa noche, después de todo veintiún años no te convierte del todo en un adulto. Pero no había vuelta atrás.

Mucho le costó huir a la ciudad que siempre soñó, que le dejaran trabajar un turno en una pequeña tienda de DVD's y mantenerse cuerdo con su lobo agonizando.

Takemichi terminó su cena y comenzó a caminar a pasos suaves. Lloviznaba fuera de la banqueta que lograban tapar las entradas de los locales, causándole que se sintiera la persona más irresponsable, al no poder cuidarse estando en cinta.

El miedo le carcomía, ¿cómo le daría de comer a un bebé y en qué techo lo cuidaría?

Tenía cuatro meses de embarazo y hasta hace dos semanas creía que su alfa se haría cargo de los dos, después de todo, esa era su misión como omega, darle cachorros.

Pero también se había equivocado en esa conclusión.

El frío comenzaba a calar hasta sus huesos y aún tenía hambre. El cielo relampagueaba, por lo que tuvo que acelerar el ritmo de sus pasos, cuando ni siquiera sabía donde dormiría.

Siguió un par de calles, ignorando su cansancio y su mirada volviéndose tenue, hasta que por fin dejó de moverse, cayendo su cuerpo directo al piso. Solo siendo consiente únicamente de la voz de su lobo en su cabeza.

"Alfa, ¿por qué nos dejaste?; Voy a morir sin un alfa".

"Alfa, ¿por qué nos dejaste?; Voy a morir sin un alfa"

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<3

Hola, gente guapa.

Soy Clau y es un gusto estar de regreso en la plataforma de Wattpad, aunque ya he tenido como diez retornos jajajajaja

Espero de todo corazón que esta obra sea de su agrado y ver sus lindos comentarios. Trataré de realizar dos publicaciones semanales.

Sin más por el momento, xoxoxo.

Un alfa para Takemichi |MITAKE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora