6: Calidez

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Para Emma sus hermanos eran su mundo

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Para Emma sus hermanos eran su mundo. Siempre velaría porque Mikey e Izana estuvieran bien. Mientras ellos fueran felices, ella también lo sería.

Los conocía perfectamente, tan contrarios, pero a la vez buscaban la misma cosa: ser amados. Aunque Mikey nunca lo decía en voz alta.

Manjiro aprendió a disimular para que los demás no se involucraran en sus problemas. Pero nunca lograría engañar a su familia. Seguía siendo como un niño, deseando cariño, anhelando la suficiente calidez para acabar con su propia soledad.

Draken muchas veces le dijo a Emma, que el amor no era capaz de salvar a una persona. Sí, una persona podría cambiar por amor, pero es ese mismo individuo el que toma la decisión de salvarse por alguien.

Mikey era el único capaz de ser su propio salvador. Aunque la aparición del omega alegraba a Emma, porque podría significar los motivos suficientes para que su hermano pueda sentir amor.

Sí, se estaba adelantando y Draken le advirtió que dejara de apresurarse, pero estaba segura de que Mikey nunca había estado interesado en nadie.

–Recuéstate, anda –Emma acomodó las almohadas y alentó a Takemichi para que se acostara.

–Estoy bien, no tiene que preocuparse –Takemichi negó con sus manos, tratando de sonar lo más seguro posible.

–Primero, puedes tutearme y en segunda ¿Cómo no voy a preocuparme?; te desmayaste ayer y estuviste toda una noche inconsciente ¡Además estás esperando a un cachorro y mírate, estás muy delgado! –Emma dio empujoncitos a Takemichi por la espalda, dirigiéndolo a la cama. Al final él cedió – Hablaré con mi nutrióloga para que pueda revisarte y darte una dieta adecuada.

Takemichi miró al piso. Había perdido la cuenta de todas las veces en que se sintió avergonzado en esa casa, todo eran muy amables y le asustaba.

–¿Cómo sabes de mi embarazo? –preguntó, no sintiéndose molesto, pero sí acorralado.

–Oh, me lo dijo mi pareja. Draken ayudó a Mikey cuando te encontró. Lo siento si estoy siendo entrometida –Takemichi negó y le regresó una ligera sonrisa.

–Solo no se lo había dicho a nadie. Es extraño –Emma se sentó a un lado de la cama, mirando al omega con ternura.

–¿Situación difícil? –Takemichi asintió y ella suspiró –Respóndeme con honestidad ¿Tienes donde quedarte?

Emma lo sabía, en cuanto Draken le dijo el nombre del chico, ella no pudo irse a dormir sin antes pedir toda la información del omega.

Takemichi no contestó. Quería decirle que sí, aunque fuera una mentira, pero las palabras no salían de su boca. Incluso el nudo de su garganta seguía presente.

Emma se inclinó para tomar sus manos.

–Todo está bien, aquí estarás a salvo –Takemichi intentó protestar, pero ella acarició su oscuro cabello –. No sé que te haya dicho el estúpido de Mikey, pero puedo asegurarte que nadie te hará daño.

–No puedo quedarme, porque es raro. No los conozco, no sé porqué tienen tanto interés en mí, como tampoco es adecuado aprovecharse de su amabilidad.

–Lo entiendo, pero estoy segura de que mi hermano no tiene malas intenciones contigo. Le interesas genuinamente, al igual que tu bebé –lo mejor era ser directa y empática con el ojiazul.

–¿¡Por qué alguien querría un omega con un lazo roto!? –Takemichi se enderezó y la miró serio.

–Porque su alfa así lo decidió. Y porque eres todo lo que Mikey siempre ha deseado, una familia –cuando Emma sonreía sus ojos se achicaban. Takemichi podía notar la gran similitud entre ambos hermanos, las mismas vibras, lo asustaban pero no le desagradaba sus presencias.

Tal vez solo era la poca costumbre de convivir con otros.

La tarde se desarrolló tranquila, con Emma al pendiente de Takemichi. Mikey no quiso interrumpirlos e incluso salió con Draken, sin que ambos omegas se dieran cuenta.

El doctor Saito no le agradaba a Hanagaki. Ni siquiera le dirigió alguna palabra el especialista, todo se lo comunicaba a Emma. Pero Takemichi no se quejó y permitió que el otro realizara su trabajo.

Era tal cual se lo dijo Mikey, su lobo interno moriría. Era algo que él mismo también se imaginaba, pero se mantuvo con esperanzas de vivir para dar a luz a su cachorro.

Supuso que sin querer expresó con sus feromonas lo aterrado que estaba, porque Emma le brindó un apretón de apoyo en su hombro.

El médico se fue. Takemichi no hizo ningún movimiento, manteniéndose inmóvil, como si de esa forma pudiera detener el tiempo y obtener una solución. Aunque ya la había y esa era dejarse marcar por el dueño de esa casa.

–Aún tienes días para pensarlo, no te preocupes por eso. Puedes quedarte aquí, a Mikey no le molestará –Emma besó su mejilla como despedida. La rubia era más cariñosa de lo que Takemichi estaba acostumbrado, pero eso no le incomodaba. Ambos alfas rubios se escuchaban en la planta de abajo.

Takemichi asintió sin ganas. Al final no tenía a donde ir y se sentía lo suficiente en shock, que su propia cabeza no formulaba que haría para conseguir donde dormir esa noche.

Emma salió de la habitación y tal cual, Mikey entró con una sonrisa amable.

–Baja a cenar, Kenchin cocinó así que todo está delicioso –Takemichi respondió con un tímido "sí". Tenía que ser amable con quien le ha brindado cobijo estas dos noches.

Al bajar notó una pequeña fotografía, en ella pudo identificar a ambos rubios cuando eran pequeños, junto a un anciano y a un joven de cabello oscuro. Este último recuerda haberlo visto en alguna parte.

<3 

 Hola bonitos, estoy lista para recibir un zape grupal, jajajajaja.

La verdad es que pronto será mi graduación y no recordaba todo lo que conlleva terminar una etapa escolar, ay. 

 ¿Cómo estuvo su fin de semana?

Emma es un amor de persona. Me gustó escribir este capítulo, aunque puede solo avanzar la relación entre Takemichi y ella, pero les prometo que se viene el desarrollo de la pareja principal de este fic. 

Bueno bonitos, trataré de brindarles los capítulos siguientes lo más antes posible, porque siempre es bonito echar el chismesito por los comentarios y escribir para ustedes. 

De nuevo agradezco a frustramojis, namihancock, Okami-Tsukiyomi en el anterior capítulo. Son todo lo bonito de esta vida <3 

¡Nos vemos pronto!, xoxoxo

¡Nos vemos pronto!, xoxoxo

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Un alfa para Takemichi |MITAKE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora