Capitulo 1

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Comentarios son apreciados, siempre anima a un escritor a seguir colgando capitulos. 


Tally Craven no sabía cuántas veces había hecho y deshecho su maleta.

- a ver Tally, vas a tener uniforme, no necesitas toda tu colección de camisetas...- decía en voz alta para sí misma- vas a estar en el ejército...

Se oyó el portazo de la puerta de su casa y su madre May Craven entro en la habitación hecha una furia.

- ¿ Has dejado el trabajo?- vio como su hija hacía la maleta- ¿ adónde crees que vas?

- Voy a responder a la llamada, mamá, voy a formar parte del ejército y voy a...

- A morir como tus tías- corto- carne de cañón como ellas

-! No fueron carne de cañón! Murieron por defender los intereses de EEUU, la mismísima Sarah Alder no se escribe una carta, murieron por unos ideales y dieron su vida por su unidad y por su país

- Sarah Alder tiene una mujer que escribe por ella, mis hermanas murieron por su culpa, no pienso permitir que mi hija comparta ese mismo destino.

- No puedes hacer nada para impedirlo, contestaré a la llamada, haré que te sientas orgullosa de mí cuando vuelva a casa.

- Si contestas a la llamada, puede que no tengas casa la que volver.

- Pero mamá...- empezó a suplicar Tally

- Mejor puta qué bruja

Tally se quedó en shock ante aquellas palabras mientras su madre se marchaba de la habitación

***

Había llegado la hora, Tally estaba lista y con la maleta completamente hecha..

Están esperando para decir las palabras cuando una luz brillante aprecio.

- Yo Tally Craven juro solemnemente proteger a los Estados Unidos de América contra todos los enemigos, extranjeros o autóctonos.

>> serviré y obedeceré fielmente las reglas y artículos del gobierno de Estados Unidos. Mantendré todos los secretos y cumpliré todas las órdenes, tal y como establece el acuerdo de Salem.

La luz brillante se apagó y de ella salió una medalla.

Tally Craven, Cadete Fort Salem.

La pelirroja sonrío totalmente emocionada, iba a servir a su país, iba a tener una unidad con personas las que iba a poder llamar hermanas e iba a poder conocerla, incluso podría hablar con ella.

La mujer de la que se había enamorado hace años, la que admiraba y tenía en un pedestal.

La general Sarah Alder .

Su enamoramiento no era tan secreto como ella pretendía.

Su madre lo sabía, desde el primer día que vio un cartel suyo, lo saco de la pared y lo puso en su habitación. May Craven solo tuvo que mencionar a la general para saber que su hija se había enamorado.

May Craven sabía que Tally acudiría a la llamada aunque solo fuera para poder ver a la general y servir a su lado, sabía incluso que su hija daría la vida por ella.

Tally salió de la habitación, se dirigió hacia su madre que no la miraba.

- Mamá, es hora de que me vaya. No quiero irme sintiendo que te he defraudado. Pero creo que es esto lo que realmente debo hacer.

Su madre la miro

- Me estás pidiendo que permita que mi única hija muera, me estás pidiendo que esté orgullosa, eso es algo que no puedo hacer.

>> voy a batallar las guerras de Sarah Alder, haz que esa mujer a la que tanto admiras se siente orgullosa, yo me quedaré aquí haciéndome a la idea de que mi hija ha muerto.

Tally no lo soporto más. Dejo caer las lágrimas que estaba reteniendo y se dirigió hacia la puerta.

- Te quiero mamá- dijo antes de salir y emprender su camino hacia Fort Salem.

A pesar de todo, Tally estaba entusiasmada de empezar este nuevo capítulo de su vida, uno que ella había elegido. Un destino del que se pudiera sentir orgullosa.

El viaje hacia Fort Salem fue fácil, solo tuvo que enseñar su medalla para que le cedieran un asiento en el avión.

Cuando llegó, no pudo hacer otra cosa que sonreír, todo lo que ella había imaginado.

Uno de los oficiales estaba dando órdenes.

- que todos los cadetes de primer año vayan al auditorio. La general Sarah Alder os dará el discurso de bienvenida. Después, en la medalla encontrareis el nombre de vuestra Unidad y os encontráis con vuestras nuevas hermanas en la habitación asignada.

Realmente Tally dejo de escuchar cuando dijo que la general estaría en el Auditorio.

Se sentó lo más adelante te pudo, el auditorio se llenó en unos pocos minutos, cuando una mujer se acercó al atril. Allí estaba.

Sarah Alder.

Una historia diferente Talder AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora