Capítulo 2

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El pequeño sabía, que el anbu no lo aceptaba "seguramente me odia igual que el resto" entró a su departamento, comenzó a realizar sus labores dejando de lado ese tema. Por dos años sus guardias siguieron rolándose de vez en cuando, detuvieron bastantes intentos de golpizas, ya no era una misión para ese tiempo, pero el Sandaime les pidió que de vez en cuando le dieran una vuelta para ver cómo se encontraba.

Llegó el día de inicio en la academia. Naruto estaba emocionado por llegar y por fin hacer amigos, se levantó temprano ese día bastante emocionado, se peinó, desayuno y arregló para su primer día, corrió con velocidad a la academia, al llegar desde lejos pudo ver cómo los padres besaban las mejillas regordetas de sus hijos, se escondió tras un árbol con añoranza al observarlos, mordió sus labios que temblaban aguantando las lágrimas, se sentía envidioso, él quería eso en su vida, sólo había conocido el lado oscuro de la vida a tan temprana edad, su jiji y el señor Teuchi eran su único consuelo, sacudió su mente, respiró hondo, decidió avanzar, caminó con tranquilidad pasando en medio de ellos, cuando una señora lo vio comenzó a gritar- ¿qué diablos hace ese demonio aquí?- todos giraron a verlo, el pequeño no pudo evitar achicarse con miedo y correr dentro del edificio hacia su nuevo salón, se escondió en la parte de atrás del aula, se hizo bolita bajo la banca.

Cuando los alumnos llegaron, un pequeño de cabello azabache lo vio debajo de la mesa, estiró su mano - soy Shikamaru Nara, ya habíamos jugado juntos alguna vez - el rubio abrió sus ojos, vio la mano con duda, estiró la suya con miedo, sonrió un poco - Naruto Uzumaki -el pequeño salió del lugar con miedo, con un poco más de confianza al ser aceptado por el azabache, algunos alumnos comenzaron a molestarlo- lárgate, nuestros padres dicen que eres un demonio- el rubio negó - son mentiras, soy un niño- el maestro llegó dirigiéndole la misma mirada que el resto de adultos, bajó sus ojos con tristeza y miedo, ese día no volvió a levantar la mirada, se atenía a escuchar y a realizar las actividades, aunque el maestro lo sacó a media mañana justificándose con que no había puesto atención. Al salir de la academia caminó con cuidado entre los aldeanos quienes lo veían con molestia.

-Ese niño es un perdedor anikii, no vale la pena, vayámonos, mamá debió preparar algo rico de comer -Naruto sintió esa mirada intimidante de su anbu, levantó el rostro con curiosidad, su mirada y la del Uchiha mayor conectaron, el mayor lo veía intensamente. Naruto se sonrojó al verlo, lo primero que pensó es que era hermoso, cuando Itachi escuchó la voz de su otouto, asintió, se dio la vuelta, pero antes de hacerlo hizo un gesto con el rostro, Naruto de inmediato se dio cuenta "así que también me odia, ahora entiendo". El pequeño le hizo mala cara, corrió hacia la torre Hokage empujando al Uchiha mayor a la pasada, este no dijo nada, sólo lo observó irse corriendo - maldito dobe, te golpeó anikii -Itachi sonrió, negó con la cabeza - fue un accidente otouto, no pienses mal, no se fijó por ir corriendo- a Sasuke esa respuesta no lo convenció, se puso como meta joderle la existencia al maldito rubio que atacó a su anikii.

El pequeño corrió hasta la oficina de su abuelo, entró sin avisar como siempre directo a los brazos del anciano apretando sus puñitos con frustración. En el lugar había un sujeto alto, de cabello blanco y largo, el cual fue ignorado totalmente- es lo mismo en la academia jiji -el anciano lo abrazó con cariño girando su rostro al otro sujeto quien estaba en verdad molesto -me lo llevaré, no aceptó un no por respuesta- el anciano negó- podrás llevártelo en unos años, quiero que trate de hacer amigos Jiraiya- Naruto veía con curiosidad al mayor quien le regresó la mirada con una sonrisa cargada de cariño, el pequeño se avergonzó, se encajó en el pecho de su abuelo nuevamente.

-Bien, así será, en tres años vendré por ti renacuajo, nos iremos a pasear por el mundo- el pequeño rubio escuchó su voz que le hablaba con cariño, lo vio fijamente con seriedad, después volteó a ver a su jiji - su nombre es Jiraiya, Naruto-kun, es mi alumno, le he platicado de ti, quiere llevarte con él, pero le he dicho que en unos años para que puedas hacer amigos ¿te parece?- el pequeño sonrió en grande, no sentía amenaza del otro sujeto, al cual más, se sentía protegido- si jiji - el sannin de los sapos sobó su cabeza con cariño -ahora tengo que irme a una misión, pero vendré a visitarte de vez en cuando, ¿estás de acuerdo?- el pequeño confirmó muy alegre de saberse aceptado por alguien más además de su jiji, Teuchi y Ayame. El sannin salió, el niño se quedó un momento callado recordando la mirada del Uchiha, frunció su ceño molesto- jiji dile a tus anbus que ya no los quiero cerca, muchas gracias por su ayuda- el anciano abrió los ojos con sorpresa- ¿sucedió algo Naruto-kun?- el pequeño negó- no, simplemente deben seguir con sus trabajos, soy un impedimento para ello, era todo jiji, me iré a mi departamento-

El pequeño salió dejando con dudas al mayor, el anciano llamó a los anbu para informarles- bien, al parecer ya no es necesario que cuiden de Naruto-kun- el Hokage aún tenía dudas, la sorpresa en los ojos de los tres anbus era evidente, el peliplata fue quien habló - ¿sucedió algo Hokage-sama?- el anciano los vio con cuidado- el niño me pidió que ya no lo cuidaran, que les agradecía, pero ustedes tienen que seguir con sus carreras- el menor de los tres veía todo con duda, no entendía qué había pasado, mordió su labio bajo la máscara, tal vez lo amenazaron, el menor estaba desconcertado.

Tu mirada (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora