Capítulo 3

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Naruto corría con velocidad ocultándose en un hueco en el costado de un árbol, dejó de respirar unos momentos, mientras un grupo de aldeanos pasaban a buscarlo, ese año había sido una pesadilla, los malditos aldeanos se habían dado cuenta que ya no tenía protección, organizaban grupos para golpearlo y divertirse, no había dicho ni una sola palabra a su abuelo. Jiraiya había ido a visitarlo en algunas ocasiones esos últimos años llevándolo a comer a Ichiraku, además de regalarle algunos recuerdos de sus viajes y enseñarle un poco de taijutsu y de bukijtsu, se quedaba algunos días, volvía a irse por sus misiones. Esos malditos aldeanos no lo iban a ver derrotado, se había puesto como meta ser Hokage para que dejaran de verlo como un demonio y poca cosa, los haría tragar sus palabras. El pequeño fue descubierto en su escondite, comenzaron los golpes, por más que quería defenderse, aún lo superaban en fuerza y en cantidad.

Naruto vio como un anbu llegó, se deshizo de ellos rápidamente. El Uzumaki se levantó, limpió con su manga la sangre de sus labios y de su ojo- no pedí tu ayuda - el rubio sabía de quién se trataba, caminó en dirección a la aldea chocando con él de manera intencionada para hacerlo a un lado, el anbu abrió los ojos con sorpresa - estás lastimado- el pequeño cojeaba, caminaba con dificultad, se detuvo al escuchar al mayor, giró un poco su vista viéndolo fríamente- como si te importara, eres igual al resto Uchiha- Itachi estaba sorprendido, ¿había descubierto su identidad? no estaba seguro, tal vez una coincidencia, no entendía qué le sucedía, mientras lo veía retirarse, usó un clon para llamar a Ibiki y que recogieran a estos aldeanos.

….

-Nos vemos después Shika, jiji me mandó llamar - el Nara negó divertido- ya te descubrieron nuevamente rubio- el pequeño reía escandalosamente- puede que sí, pero, es mi jiji- salió divertido y fanfarrón de la academia en dirección a la torre Hokage, cuando pasó por los puestos de vendimia en la aldea, fue lanzado a un callejón y golpeado salvajemente por los aldeanos, el llamado de su jiji había sido una trampa. Naruto sólo veía sus sandalias y zapatos estrellarse contra su cuerpo, puñetazos se dirigían a su piel, a su pequeño cuerpo con violencia, cuando ya no podía mover, no levantaron su camisa, lo giraron boca abajo, un dolor infernal llegó, ardía como si lo estuvieran desollando, ese dolor lo hizo desmayarse y quedar a merced de sus atacantes.

....

Era de noche, comenzaba abrir los ojos con pesadez, no podía moverse, todo daba vueltas a su alrededor, su cuerpo dolía bastante, como si en lugar de sangre tuviera vidrios rotos, lloraba quedito con los puños apretados con coraje. De momento sintió como alguien lo levantó y corría con él hacia al hospital. Naruto entendió que un alma caritativa o con lástima intentaba ayudarlo, vio la dirección, negó - al hospital no, me… matarán- el sujeto que lo cargaba se detuvo con miedo, mordió su labio, le hizo caso al pequeño, lo llevó a su departamento, lo acostó boca abajo en su cama, buscó de inmediato un botiquín en el lugar.

Al abrir el baño vio una caja bastante completa de primeros auxilios, estaba usada, se imaginó que continuamente pasaba por esto, sintió lástima por el pequeño, levantó su playera, comenzó a curarlo lentamente. El rubio cerraba sus ojos con dolor, lágrimas salían de ellos, apretaba su mandíbula con coraje y frustración, hipaba y suspiraba quedito sintiéndose humillado. Cuando el anbu terminó de curarlo, se levantó del lugar.

-Le diré al Sandaime que ocupas nuevamente vigilancia- el pequeño endureció su mirada al escucharlo, apretó sus puños- no- el mayor abrió los ojos con sorpresa, giró para verlo- no ocupo que me ayuden, no ocupo vigilancia, no sé porque haces esto o qué es lo que quieres lograr, te agradezco haberme ayudado, pero no me gusta que sean hipócritas conmigo, tampoco quiero tu lástima- el anbu abrió sus ojos con sorpresa, negó, el pequeño endureció su mirada -tu hermano lo dijo ¿no? soy un perdedor - Itachi boqueaba trás la máscara sin saber qué decir, eso lo confirmaba, sabía su identidad- sólo vete y déjame en paz, no le digas a jiji - el mayor bajó el rostro con vergüenza, salió del departamento, aunque su mirada no cambió siguió siendo estoica e intensa.

Tu mirada (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora