Vampīrę

◐ Capítulo 21. ◑

Después de aquel duro entrenamiento con Hyeong Jun, ambos se sentaron a tomar un descanso o mejor dicho...el cachorro que estaba exhausto mientras Minji no tenía ni siquiera un rasguño.

Hyeong Jun no tardó en hacer un puchero mientras miraba a Minji fijamente quién sonrió divertida dándole un golpe en la frente. Ni siquiera podía ocultar el cariño que le tenía a ese lobo.

—Deja de poner esa cara de bobo...aún te queda por aprender, aunque...no vas por mal camino. —.Animó Minji a su compañero y aprendiz quién automáticamente comenzaron a brillarle los ojos de felicidad.

—¡Todo eso se debe a ti! Gracias a tí...estoy aprendiendo cosas y progresando. —. Minji asintió y se levantó mirando el cielo ya oscuro.

—Deberíamos dejarlo por hoy, cuídate. —. Se despidió la joven vampiresa mientras se dirigía en sentido contrario a donde iba Hyeong Jun.

Cerca de uno de los cruces de peatones un chico llamó su atención. No tardó en mirar su pulsera que llevaba en la mano derecha y al propio chico que perfectamente reconoció por su olor.

Se estremeció en cuanto el chico hizo contacto visual con ella. Minji decidió avanzar y pasar por su lado pero Seonghwa se detuvo en seco y se giró bastante confuso.

—Tú...—.La rubia automáticamente se giró y le miró fríamente mientras se aguantaba las ganas de arrancarle la cabeza en plena calle. —Tú eres la de aquella vez...—.

Minji chasqueó la lengua y antes de seguir su camino volvió a mirarle.

—No importa quién sea, alejate o la próxima vez te mataré. —. Dijo claro y conciso antes de desaparecer por aquella oscura calle.

Seonghwa suspiro y miró su pulsera bastante apenado antes de seguir con su camino. Sabía que aquella chica era una vampira, pero era su salvadora y al fin y al cabo...le debía la vida por aquello.

[...]

Leo examinó rápidamente a Minji en cuanto cruzó la puerta principal de su casa. Tenía un semblante serio y se le notaba bastante agotada, cosa que le dió curiosidad a pesar de saber a que se debía.

—¿A que viene esa cara? Parece que has visto un fantasma. —.Soltó divertido para romper el hielo y hacer sonreír a Minji pero sólo se llevó una mirada de advertencia por parte de ella.

—Ni se te ocurra decir nada más...hoy no es mí día.—.Se dirigió en silencio hasta su cuarto, pero se llevó una gran sorpresa al encontrarse con su hermana, Bora , sentada en su cama mirando el suelo. —Bora...¿Que haces aquí? —. Dijo cerrando la puerta y acercándose a ella un tanto confusa y a su vez preocupada por ver a su hermana tan seria.

Bora la miró y sonrió con los ojos llorosos mientras se levantaba para quedar a la altura de la mayor.

—Es sobre Handong...—. Dijo para morder su labio inferior y reprimir un suspiro pesado. —Últimamente está casi siempre desaparecida por las noches y vuelve de madrugada antes de que salga el sol...al principio supuse que sería por que estaba mal debido a tu compromiso con Lord Jaehyun pero...todo empezó a olerme mal la noche que llegó con su ropa llena de sangre...obviamente la pregunté y sólo se dignó a decir que había sido por atrapar un animal...todo ésto es muy raro Minji...por eso yo...necesito tu ayuda...—. La rubia se cruzó de brazos y soltó un bufido bastante molesta mientras analizaba la situación.

—A ver...me estás diciendo que por que Handong se va por ahí de noche y mata animales...¿Te preocupas? ¿O es qué piensas que puede estar involucrada con Azeman y mata gente? —. Susurró cerca de su oído mientras su hermana pequeña se sentía completamente vulnerable y confundida.

—Eso es...yo no...no lo sé Minji...todo esto me supera. —. Se sentó en la cama mientras Minji asentia en silencio.

—Está bien, intentaré averiguar que está tramando Handong...así te quedas más tranquila y me dejas en paz...¿De acuerdo? —. Bora hizo una reverencia y sonrió bastante aliviada.

—Gracias Minji...—. La rubia le devolvió una sonrisa forzada mientras veía a la menor salir de su habitación. Leo no tardó en asomarse con una sonrisa de satisfacción mientras Minji le hacía una mueca.

—¿No me digas que ya sabías todo esto? —.Leo asintió mientras soltaba una pequeña risa y se acercaba a su amiga.

—Lleva un buen rato aquí...traté de consolarla y bueno decidió esperarte y contartelo ella misma...¿Que te parece todo esto? —. Minji suspiro y le dió una pequeña palmadita a Leo en el hombro.

—Supongo que no tengo más remedio que averiguar que demonios pasa...—.Leo sonrió y asintió mientras Minji se dirigía a su escritorio para leer un libro tranquilamente.

En la mansión real digamos que las cosas estaban un poco...tensas debido a aquel matrimonio entre Jaehyun y Minji. Su hermano mayor, Ji-woong, se encontraba en el sillón mirando fijamente a Jaehyun mientras maldecía en su mente por haberle robado a la única mujer que pudo robar su corazón. Era extraño ya que jamás se sintió tan traicionado cómo lo estaba en aquel momento...pero en parte se lo merecía. Quizá el karma le haya devuelto lo que él alguna vez le quitó.

—Jaehyun piénsalo bien...aún estás a tiempo de...—.Jaehyun interrumpió a su padre bastante molesto y serio cosa que le sorprendió incluso a él.

—Ya basta, no tengo intención de retractarme...¿No querías que me casara? Pues decidido es la única con la que pienso hacerlo si no, olvídate. —.Ji-woong sonrió mientras ocultaba la mayor parte de su rostro para que nadie le viera. Era divertido ver a su hermano pequeño madurar de esa manera y por lo tanto...en cierta parte le agradaba.

—Ya oíste a Jaehyun, padre...déjalo casarse con Minji, de todos modos, ya no hay vuelta atrás, ¿Cierto? —.Miró a su hermano antes de levantarse del sillón y salir de la sala en silencio.

El rey vampiro suspiró pesadamente mientras dirigía su mirada hacía su hijo, príncipe heredero y futuro rey.

—Supongo que no puedo hacer nada...así que simplemente aceptaré el matrimonio pero...con una condición. —. Jaehyun frunció el ceño mientras escuchaba atentamente a su padre. —Quiero que la traigas aquí a casa...y así, si la veo con mis propios ojos, cambiaré mi opinión acerca de ella. —.El castaño suspiró mientras asentia sabiendo a lo que se refería su padre, quería que ambos convivieran juntos para ver su desarollo y también ver que Minji no es tan mala persona ni tan suelta cómo suelen decir que es...al fin y al cabo su propia familia la echó de casa y eso era uno de los problemas "gordos".

—Está bien, a partir de mañana la traeré aquí.—. Sonrió un tanto falso antes de retirarse de la sala como había hecho su hermano mayor minutos antes.

Quizá lo que se iba a aproximar...no es nada más ni nada menos que los juegos del hambre.