◐ Capítulo 17. ◑

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Minji había salido a la ciudad en busca de algún sitio en el que poder trabajar. Su opción más viable era la cafetería en donde estaba aquella humana y ahora se encontraba dentro, en el despacho del jefe del local.

Analizó nuevamente a Minji mientras lo miraba fijamente a los ojos sin mover un sólo dedo.

—Impresionante...—. Susurró una encargada mirando por la pequeña ventanilla a Minji. Ji Min se asomó mirando al igual que la rubia que estaba boquiabierta. —Seguro la coge, una chica de ese calibre atraerá a gente seguro además es guapísima...¿Viste que mirada penetrante? Dios intimida pero a la vez es hipnotizante. —.

La castaña sonrió un poco mientras miraba con cierta curiosidad a la rubia, sabía que la reconocía y era imposible olvidar aquella vez que vino a la cafetería y se sentó con aquel y apuesto chico que robó en cierta parte su corazón.

—¿Ji Min? ¡JIMIN! —. Gritó la encargada qué estaba mirandola un tanto preocupada. La castaña volvió en sí y se disculpó con la rubia que llevaba tiempo llamándola. —¿En donde demonios tienes la cabeza...? Desde que entró esa mujer estas más pensativa de lo normal. —. Suspiró mientras volvía a su puesto dejando a la castaña con una pequeña sonrisa falsa.

Ambas chicas se sobresaltaron en cuanto se abrió la puerta de golpe mostrando al jefe y a la rubia con un semblante serio.

—Bien chicas, a partir de hoy Kim Minji formará parte de nuestra pequeño negocio...espero que le deis una cálida bienvenida. —. La rubia miró a ambas chicas y hizo una reverencia mientras sonreía amablemente, o esa era la intención.

—Un placer, me esforzaré al máximo. —. Ji Min asintió mientras la otra chica se quedó boquiabierta admirando la confianza de la rubia.

—Wow...—. Ji Min le dió un codazo a la dependienta y volvió en sí al ver que tenia seis ojos posándose sobre ella. —Shin Ryujin...y ella es...—. Minji interrumpió a Shin mientras miraba a Ji Min fijamente.

—Ya nos conocemos ella y yo así que igualmente...un placer. —. Sonrió de manera macabra mientras en su interior había un gran debate sobre aquella humana mediocre.

—Bien, entonces señorita Kim la veo mañana por la mañana. Ji Min es quién estará por la tarde así que podrá enseñarte cómodamente todo ya que váis al mismo instituto. —. Nuevamente Minji asintió y se despidió amablemente del jefe y antes de salir del local miró por última vez a Ji Min.

—Que mujer...—.Susurró Ryujin mientras Ji Min sólo se dedicaba a rodar los ojos y a darle un codazo a su compañera para que volviese al trabajo.

Minji estaba totalmente satisfecha con ella misma, tenía un trabajo asegurado por las tardes y por el momento una vivienda. Se aseguraría de ser totalmente libre cómo ella siempre quiso.

Para Jaehyun en cambio se encontraba en una situación un tanto incómoda escuchando varios insultos y quejas por parte de su amigo, Yuta.

—Esas dos locas...dios mío...si no te quieren envenenar te quieren follar...y para colmo la loca de Na Gyung. —.

Jaehyun soltó una risa ironíca mientras asentia.

—Estoy rodeada de locas...pero bueno, mantente al margen de todo ésto, estoy perfectamente. —. Yuta suspiró y se cruzó de brazos mirando a Jaehyun dirigirse hacía la puerta.

—Por cierto, ¿Piensas hacer algo con lo de Kim? —.Nuevamente el castaño se detuvo y miró a su amigo fijamente.

—¿Acaso debería? —. Sonrió amargamente para luego salir de la habitación.

Yuta se quedó murmurando un sin fin de cosas mientras bebía de su copa aquella refinada sangre.

—Lord Jaehyun...—. Llamó Leo formalmente la atención del jóven príncipe. Éste no tardó en cerrar los ojos y suspirar pesadamente. —Es hoy...—. Jaehyun miró su reloj y asintió un par de veces.

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