◐ Capítulo 4. ◑

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Pasaron varios días y Minji simplemente se encontraba en la semana de exámenes importantes, que ni siquiera había tocado el libro para ello. Como vampira astuta y algo rebelde no le hacía falta estudiar, con tal de usar su gran visión podría copiar de cualquier alumno los resultados. Y eso mismo hizo, copió las respuestas de una de las chicas más listas de clase, claro que al ser tipo test no sería problema ninguno y era imposible que la llegasen a pillar.

Así fué como la astuta Minji consiguió aprobar los exámenes con notas altas. Na Gyung se andaba quejando de las pequeñas trampas de la mayor, pero a ella simplemente le daba igual. A veces Na Gyung era un dolor de cabeza innecesario, sermoneando a Minji cual niña pequeña.

—¿Me has escuchado Kim? —.Dijo Na Gyung cruzándose de brazos. Minji rodó los ojos y sonrió antes de salir de aquel instituto. Ya lo que le faltaba, tener que seguir aguantando aquellos reproches.

De camino a casa tuvo que detenerse ya que su gran olfato percibió cierto olor a sangre. Tragó saliva e intentó tranquilizarse, no era momento para pensar en beber sangre.

Se dirigió sigilosamente al callejón de donde provenía aquel olor y pudo ver a una panda de simples humanos golpeando y apuñalado a un chico que estaba luchando por vivir. Pero nuevamente percibió algo distinto y era que había alguien más ahí con ellos. Se trataba de un vampiro, quien sonrió satisfecho en cuanto el pobre chico seguía respirando a duras penas por los golpes y varias apuñaladas en su vientre. El grupo de chicos salieron corriendo rápidamente, al ver al intruso entre ellos. Minji no pudo identificar de quién se trataba así que avanzó hasta quedar prácticamente delante de él y el humano.

Llevaba una mascara en forma de calavera roja que tapaba la mitad de su rostro. También llevaba puesta una túnica negra con un degradado rojo oscuro que le daba un toque bastante sangriento. Minji rápidamente identificó al intruso como uno de los vampiros depredadores. Se encargaban de asesinar tanto vampiros, lobos cómo humanos, dependiendo de la gravedad de los problemas que hayan causado. Eran como un tipo de parca para los humanos, pero eso para ellos eran mitos, desconocían de semejante especie sangrienta. Pero lo que Minji no sabía era que se equivocaba totalmente y qué no se trataba de un vampiro depredador, si no de uno de los mayores enemigos tanto de vampiros cómo de licántropos, Azeman. Aquél hombre o ser era un híbrido entre vampiro y hombre lobo e incluso podía convertise en mujer para seducir hombres y matarlos sin piedad. Azeman se acercó a Minji y le mostró el cuerpo de aquél chico ya sin vida.

—La curiosidad mató al gato querida...y yo no comparto mi comida. —. Sonrió de lado mientras miraba descaradamente a Minji quién ni siquiera mostró algún temor o debilidad delante de él.

—Ya veo...—.Sonrió finalmente Minji mientras le miraba fijamente. La verdad es que iba a arrebatarle la comida delante de sus narices. —Siento decirte que te vas a quedar sin comida. —. Dijo para finalmente neutralizar a aquella bestia que logró identificarle debido a sus grandes orejas puntiagudas y peludas. Sólo había un hombre así en todo el mundo y ese era Azeman. Cogió el cuerpo de aquel chico y usó su habilidad para correr rápidamente y huir de Azeman. Se ocultó en el bosque camuflando el olor a sangre mientras tapaba con su uniforme el cadáver del chico. Suspiró cansada mientras miraba seriamente el cuerpo de aquel humano.

—Así que una vez más la gente débil es engullida por los más fuertes. —.Susurró mientras se ponía de cuclillas y seguía mirando el cadáver. Estaría en un grave problema si la llegaran a descubrir con un cuerpo humano. Se sobresaltó rápidamente al escuchar unos pasos detrás de ella.

—Sabía que se trataba de tí, sólo tu puedes hacer esa clase de cosas atroces. —. Dijo Jaehyun seriamente mientras Minji le miraba bastante sorprendida por su repentina aparición.

—¿Que haces tú aquí? —. Dijo bastante molesta levantándose y encarandole. Jaehyun rodó los ojos y suspiró desganado.

—Eso mismo me pregunto yo...—.Minji chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

—Te he preguntado yo antes, Jeong. —. Jaehyun no pudo evitar no sonreir debido a lo descarada que era la tía.

—Veo que aún no entiendes tu posición pequeña gamberra...pero está bien, te lo diré. ¿Ves a lo lejos esa mansión gigante? Es mi casa y éstas prácticamente en "mi bosque".—.Señaló la mansión y luego sonrió apenado mientras Minji apretaba los puños enfadada. Se estaba burlando de ella y para colmo la está tomando por idiota.

—¿De verdad quieres que te deje sin cabeza? —.Dijo acercándose a él bruscamente mientras le miraba fijamente a los ojos. Jaehyun no se movió ningún milímetro mientras esperaba algún movimiento por parte de la rubia.

Ambos salieron de su pequeño trance al escuchar una tos y varios quejidos por parte del chico que se suponía que estaba muerto. Minji de giró con los ojos cómo platos mientras Jaehyun miraba a Minji confusa.

—Mierda. —. Soltó la rubia acercándose al chico quién estaba presionando su vientre adolorido. —¿Como demonios...? —. Jaehyun se acercó a ambos y examinó rápidamente al chico.

—¿Acaso no lo sabes? Mirale la pulsera de su mano derecha, no es tan fácil matar a ésta gente, ilusa. —. Dijo irónico Jaehyun mientras Minji dirigía aquella mirada penetrante a la muñeca del chico. Aquella pulsera que él llevaba se trataba de una de las familias más prestigiosas de cazadores, quién se dedicaban a perseguir seres inmortales como los vampiros o simples mutantes como los licántropos.

Minji se apartó bruscamente del chico quien rogaba por ser socorrido. Por primera vez Minji sintió su corazón acelerarse a mil por hora sin saber que hacer. Jamás había coincidido con un cazador y mucho menos uno tan joven.

Jaehyun se acercó al chico y suspiró al ver sus heridas.

—Hay que llevarlo al hospital. —. Minji no paraba de tragar saliva mientras sentía su sed de sangre asfixiarla poco a poco. Además que aquel chico era cazador tenía que matarlo, no podía permitirle vivir.

—Ja...Jae...apar...tate...APARTATE ES MÍO. —. Se levantó rápidamente queriendo atacar al chico herido y beber toda su sangre pero Jaehyun la empujó a un lado. Aquellos ojos rojos de Minji sólo decían una cosa, "muerte". Jaehyun se dió cuenta de la debilidad de la chica y no solo era su sed de sangre incontrolable si no aquel miedo y odio que podía ver a través de ella.

—Kim Minji, detente ahora mismo. —.Dijo Jaehyun casi en una orden. Minji parecía hacer caso omiso de ello por lo que a Jaehyun no le quedó mas remedio que acudir a algo a medida de aquella situación.

Agarró a Minji y la ató rápidamente las manos con su corbata, así deteniendola unos segundos.

—¡SUELTAME!—. Gritó Minji intentando zafarse de aquel agarre que le dolía como el demonio. Jaehyun se abrió rápidamente la camisa y se acercó a ella.

—Bebe de mis sangre.—. Susurró intentando tranquilizarla y hacer que entrara en razón. Minji miró el cuello de Jaehyun y tragó saliva suavizando su mirada mientras acercaba sus labios al cuello del príncipe. Clavó sus colmillos en el cuello de éste y comenzó a beber desesperadamente sangre. Tenía la urgencia de usar sus manos pero Jaehyun la acercó agarrandola de la cintura. Jaehyun estaba tranquilo mirando a la chica que en parte compadecía. Una vez Minji se sintió satisfecha se alejó un poco del chico y le miró a los ojos. Jaehyun a su vez miró sus labios que estaban rojos mientras a su vez un hilo de sangre bajaba por su barbilla. Pasó su pulgar por encima de sus labios y luego lo lamió con una sonrisa.

—Bien, en marcha. —. Minji miró algo embobada a Jaehyun, ya que aquel acto no se lo había esperado. Además de la deliciosa sangre que el príncipe tenía, jamás había probado una sangre tan dulce cómo la de él. Ni siquiera la sangre de su hermano era tan deliciosa como la de él. ¿Que es lo que tiene tan especial, Jeong Jaehyun? Pues era el único de su especie con sangre vampira pura, heredada de sus ancestros. Por eso era tan especial y querían que a su vez sus descendientes tuviesen su misma sangre pura.

Jaehyun desató a Minji quién seguía mirando al príncipe en silencio mientras le seguía hasta el hospital más cercano.

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