Vampīrę

◐ Capítulo 15. ◑

Tras enterarse de todo lo sucedido esa noche, Jaehyun entró a su habitación un tanto frustrado y avergonzado. ¿De verdad le habían hechizado con una maldita poción? ¿Y en que momento fue él a buscar a Kim Minji? Estaba metido en un gran lío además de que sabría que la rubia se burlaría de él todo el resto de su vida por aquello. Lo que realmente le preocupaba era lo último que Leo le había comunicado, "Minji hizo un trato con la bruja que no piensa cumplirlo..." Era consciente de que ella no tendría por qué hacerle ningún favor, al fin y al cabo era su culpa y se las apañaría, lo preocupante era lo que podría suceder si ella no cumplía ese trato.

—Maldita sea... —. Dijo para pasarse una mano por el pelo frustrado. Al darse cuenta que no estaba sólo en la habitación pegó un pequeño brinco en el sitio al ver a aquella castaña de pelo corto, semi-desnuda en su cama. —Na Gyung...¿Que demonios estás haciendo? —.La chica sonrió de lado y se acercó a él mientras agarraba su cinturón con rudeza.

—¿Por que no la pasamos bien esta noche...my Lord...? —. Susurró cerca de sus labios cosa que automáticamente a Jaehyun le dió repulsión y la apartó bruscamente de él.

—Eres la ex de mi mejor amigo, ¿Se puede saber de que va todo esto? No me interesas lo más mínimo asi qué si es un tipo de venganza hacía Yuta...ya puedes marcharte de aquí, me molestas. —. Soltó firmemente mientras abría la puerta de golpe. Na Gyung se quedó boquiabierta ante aquella rudeza del chico y sólo se dedicó a apretar la mandíbula y dirigirse a la puerta indignada por aquel rechazo.

—Eres un imbécil...al igual que Yuta. —. Dijo antes de pegar un portazo.

Jaehyun suspiró y se masajeó las sienes bastante irritado por aquél incidente. No iba a pasar por alto aquello por lo que tendría que comentarselo a Yuta cuanto antes.

Era la primera vez que se separaban, habían estado juntos 8 años pero parece ser que Yuta se cansó de ella y prefirió vivir la vida de soltero desbordado. Lo que si sorprendió al príncipe fue que ella acudiera a él en vez de a su hermano mayor, que es más fácil que la tabla del 1 si se trata de una mujer semi-desnuda. ¿De verdad creía que Jaehyun caería en semejante bobada y mas sabiendo en que postura está? Una cara dura en todo su esplendor. Cómo si no fuera poco la preocupación que tenía con Minji le tocaba lidiar con otra tontería más.

La rubia aún ni se había dignado a aparecer por su casa, se encontraba sentada debajo de un árbol en el bosque reflexionando mientras mantenía sus ojos cerrados. ¿Por que se sentía tan extraña después de aquél encuentro con Jaehyun? Sabía que todo había sido obra de aquella poción...pero para ella le bastó igualmente para revolucionar todo su ser con esa cercanía.

Por supuesto que en cierta parte estaba arrepentida de haber hecho el ridículo entregándole a Leo y diciendo aquellas palabras tan indiferentes hacía su majestad, pero tenía que mantenerse firme, al fin y al cabo era culpa de Jaehyun que estuviera en aquél lío.

En algún momento mientras pensaba en toda aquella situación se quedó totalmente dormida debajo de aquél árbol.

[...]

—No aparece...lleva una noche entera fuera.—. Dijo con temor la mujer vestida de negro quién miraba preocupada y algo alterada a su marido, quién estaba más tranquilo que de costumbre.

—¿De verdad merece la pena preocuparse por esa niñata rebelde? Se supone que debería dar ejemplo a sus hermanas...¡y mírala! Estará revolcándose con algún...—. Automáticamente Bora intervino mientras que Handong se quedaba en silencio analizando la situación.

—¡Padre! No hable así de Minji...ella no es esa clase de persona ni mucho menos...ella estará...—. Se quedó en silencio mirando a su hermana quién sólo rodó los ojos algo molesta.

—Estará con Ji-woong Hyung...él la cuidará. —. Dijo Handong en un tono tranquilo mientras bebía tranquilamente de su té.

El hombre simplemente suspiró y se levantó de la mesa mirando una vez más a su esposa e hijas.

—No me interesa ya lo que haga, simplemente que haga lo que quiera, ya no es mi hija no quiero saber nada más de ella. —. Sentenció fríamente mientras salía del comedor.

Un silencio incómodo se formó en la sala mientras la madre apretaba su vestido de rabia y murmuraba algo que nadie llego a escuchar.

Minji seguía durmiendo plácidamente debajo de aquél árbol pero sintió una leve caricia y una mano fría posarse sobre su rostro. Abrió lentamente los ojos y ahí vió a Yuta mirandola un tanto confuso y preocupado.

—¿Donde...? —. Miró rápidamente alrededor y ahí fue cuando se dió cuenta de que había pasado toda la noche ahí.

—Estás en el bosque...¿Estas bien? —.Minji asintió mientras se tocaba la cabeza e intentaba mantenerse en pie sin balancearse.

—Si...debí dormirme anoche...—. Respondió algo apagada mientras suspiraba frustrada. Yuta sonrió y le tendió amablemente la mano. —¿Que haces tú por aquí? —. Frunció Minji el cejo mientras Yuta miraba alrededor.

—Simplemente me dirigía a la mansión ya que por aquí es el camino más corto...¿Te llevo a casa? —. Minji negó varias veces mientras se acomodaba la ropa y comenzaba a caminar.

—No, estoy bien. Deberías ir yendo hacía la mansión, no vaya a ser que el principito se enfade contigo por pasar tiempo con una psicópata.—. Sonrió antes de darse media vuelta y dirigirse hacía su "hogar" en donde la esperaría una charla sobre el comportamiento no deseado y sobre las reglas.

Minji nunca pasó mas de 12 horas fuera de su hogar, es decir siempre que iba a algún lado regresaba pero ésta vez...fue diferente por lo que se imaginaba la situación.

Tocó el pomo de la puerta principal y la entre-abrió y se quedó congelada en el sitio.

—"Bora, que hayas defendido y preocupado por Minji, es simplemente indiscutible...sabes cómo es y simplemente...padre tiene razón y con razón no la quiere volver a ver. " —. Reconoció aquella voz de su hermana Handong hablando mal de ella, ya suponía que habrían hablado de aquello pero no se sentía dolida en absoluto simplemente le molestaba en cierta parte compartir sangre con esa clase de personas. Suspiró y abrió la puerta de golpe. Ambas hermanas se congelaron en el sitio al ver aquél rostro neutro y aquella mirada asesina tan propia de la rubia.

—Mi...Minji...—. Bora se levantó y se dirigió hacía su hermana pero la rubia simplemente sonrió y dirigió su mirada a Handong.

—Sé que soy la peor hermana...el peor ejemplo y posiblemente la oveja negra de esta familia...pero por lo menos no voy lamiendole el culo a todo el mundo cómo haces tú, hermanita. —. Bora se giró y miró a una Handong enfadada pero simplemente no podía discutir ni darle una mejor réplica a aquello, Minji sabía como callar la boca a las personas y era una "especialidad de la casa".

Su padre y su madre no tardó en aparecer y entrar en aquella discusión entre hermanas. Minji miró a su padre dirigirse decidido hacía ella y en cuanto le tuvo enfrente recibió una bofetada por parte del mayor.

—Eres una deshonra para esta casa...¡UNA MALDITA FULANA! ¿DONDE ESTUVISTE? —. Agarró del cuello a la rubia mientras ésta sonreía cual psicópata.

No opuso fuerza, no sentía dolor, hace mucho aceptó todo aquello que la vida le ofrecía, ya había sufrido suficiente en su niñez, ahora simplemente le daba igual todo.

—¡PADRE DETENTE!—. Soltó Bora desesperada mientras la madre simplemente se giraba y ocultaba su rencor y odio. Handong en cambio acarició la espalda de la madre mientras miraba a Minji de manera despreciable.

—Si tanto...me desperdicias...mátame...—. Sugirió con la voz entrecortada mientras Bora abría los ojos cómo platos al escuchar eso. No necesitaba que nadie la defendiera pero ver lo cobardes que eran sus hermanas ante sus padres era simplemente vergonzoso. ¿Por que ninguna no se atrevía a dar la cara? En el fondo ambas querían ser libres pero se negaban por culpa de su padre, el cabeza de la familia.

El hombre soltó a Minji bruscamente y cayó al suelo recuperando el aliento perdido.

—No quiero que vuelvas a ésta casa Kim Minji, a partir de hoy ya no eres mi hija,¿ Entendido? —. Escupió con odio el hombre antes de retirarse y dejar a Minji apretando sus puños con odio.