Esa misma noche Kim Minji abandonó su hogar. No se despidió de nadie simplemente les brindó una última sonrisa cínica antes de cerrar la puerta principal. Arrastró su única maleta en donde tenía ropa y alguna que otra pertenencia más, suficiente para vestirse un par de días, ¿Para que quería más? Ya se lo conseguiría ella con su propio dinero. Sí, a Minji no le quedaba más remedio que trabajar para conseguir ese dinero y vivir una vida..."normal" aunque por el momento debía acudir a su único amigo que sabía que no le fallaría.
Tocó un par de veces la puerta esperando pacientemente debajo de la lluvia para que su amigo abriera la puerta. La casa de Leo era bastante acogedora, no era una mansión enorme ni de lujo ya que sólo vivía el sólo en aquella casa. Sus padres fallecieron debido a los cazadores, por lo que mientras era un crió la familia real cuidó de él como otro hijo más.
La puerta se abrió y un Leo totalmente sorprendido y preocupado examinó la ya empapada rubia.
—¿Minji?...Mierda...pasa.—. Dijo mirando su maleta y haciéndose a un lado para dejar pasar a la rubia quién tenía aún la mirada bastante perdida. —¿Que demonios ha pasado? —.Minji se quitó la ropa mojada quedándose en ropa interior mientras se sentaba en el sofá mirando a Leo fijamente. A éste no se le escapó el detalle de ver una gran marca sobre su cuello cosa que lo perturbó bastante. —Dejame traerte ropa seca y...—.
Minji agarró del brazo a su amigo y le miró fijamente.
—¿Por que siempre la gente acaba odiandome? ¿Tanto les molesta la sinceridad y la libertad de uno? —.Sonrió mientras seguía mirándole a los ojos de su amigo quién tragó saliva y en cierta parte la compadeció. Se mantuvo en silencio y ahí es cuando Minji le soltó. —Supongo que en el fondo todos piensan lo mismo, igual que tú, ¿Cierto? —. Leo automáticamente negó y se puso a su altura mientras sujetaba sus manos con fuerza.
—Jamás pensaría nada malo de tí Minji, por mucho que la gente diga cosas o seas diferente...todos tenemos nuestras diferencias, unos más que otros...tú por ejemplo eres una persona única que destaca por encima de los otros. —. Sonrió un poco para reconfortarla pero Minji apartó sus manos de su agarre. Leo suspiró antes de retirarse y traerle ropa seca a la rubia.
Minji mientras pensaba en todo pero por alguna razón se enfocó en un bote de cristal con una flor un tanto peculiar. No tardó en reconocer el bote y abrió la boca algo sorprendida.
—Eso...es...—.Leo apareció y soltó una risa algo divertida, cosa que desconcertó a Minji. —¿De que demonios te ries? —. Leo le entregó amablemente una camiseta ancha y unos pantalones un tanto grandes para la rubia pero se los puso mientras su amigo comenzaba a hablar.
—Jaehyun se ofreció a buscar la planta, estuvo toda la noche buscándola cerca del río ya que se sentía responsable de aquello. —.Minji se acercó lentamente y tocó el bote mientras lo miraba en silencio. —Me dijo que te entregase el bote y...—. Nuevamente la rubia lo interrumpió alzando un poco la voz mientras decía aquellas palabras tan serias.
—El trato fue conmigo no con Jaehyun, así qué...lo que tenga que recaer sobre mí que recaiga. No necesito que nadie se compadezca de mi ni mucho menos ese principito. —. Apretó la mandíbula para no morderse la lengua por la idiotez que había soltado. ¿Por que se sentía tan molesta consigo misma? O mejor dicho ¿Por qué estaba molesta con Jaehyun?
Leo abrió la boca para hablar pero prefirió no empezar una discusión con la rubia.
—Hmm...¿Tienes hambre? Puedo cocinar algo rápido...—.Minji se giró bruscamente y negó.
—No tengo hambre, sólo quiero dormir. —. Leo forzó una de sus mejores sonrisas ya que sabía que la rubia no quería hablar, si no estar sola. Intentaría hablar con ella cuando estuviera mejor y en condiciones de hacerlo.
—Bien déjame mostrarte la habitación. —. Leo la acompaño hasta una habitación dónde tenía varios libros llenos de polvo y un escritorio ordenado. Minji supuso que aquel cuarto era como una oficina en donde Leo trabajaba o pasaba el rato leyendo, muy típico de él. —En cuanto la cama...—.Le enseñó un futón recogido al lado del escritorio y Minji asintió.
—Gracias, es perfecto. —.Leo asintió un tanto confuso mientras Minji sonreía.
—¿Estás segura? Yo...puedo ofrecerte mi cuarto. —. Minji se giró cruzada de brazos y arqueó una ceja.
—No necesito que te molestes, me gusta y duermo mejor en un futón que en una cama, me recuerda a mis días de niña. —. Y sí, le traía nostalgia en cuanto a aquel futón. A pesar de pasar poco tiempo con niños, cosa que sus dos hermanas era lo contrario, Minji se la pasaba leyendo en la gran biblioteca de su casa y en donde pasaba algunas noches. Ahí era donde ella se acomodaba el futón y leía hasta altas horas del día. La lectura para ella lo había sido todo, en cierta parte lo que ella disfrutaba leer eran libros de terror, un tanto inusual incluso para una niña vampira.
Leo asintió una vez más antes de despedirse de ella y dejarla completamente sumergida en sus recuerdos y pensamientos actuales.
Miró la estantería de libros y pasó un dedo por esta quitando cierto polvo de el. Su mirada se posó sobre el escritorio en donde Leo tenía varios archivos sobre reuniones del consejo y sobre los nuevos casos de asesinatos.
Minji estaba al tanto de todo ello, pero no le preocupa lo más mínimo y no tenía intención de participar en ello.
Se tumbó finalmente en el futón y miró sus manos algo temblorosas, no por el frío si no por la rabia que tenía acumulada.
[...]
Jaehyun estaba tomando tranquilamente su Té hasta que su hermano mayor decidió aparecer para molestarle.
—Te ves muy tranquilo hermanito.—.Sonrió de manera sarcástica mientras Jaehyun le miraba de reojo.
—¿Que es lo que quieres Hyung? —. Dijo con indiferencia mientras el mayor de tocaba el pecho un tanto sorprendido.
—Woooww...es la primera vez en años que me llamas así...se siente genial. —.Jaehyun rodó los ojos y pasó la página del libro que estaba leyendo.
—Estaba siendo sarcástico, cómo tú hace unos segundos. —.A Ji-woong se le borró la sonrisa del rostro y se levantó de la silla para acercarse a Jaehyun.
—Que seas el príncipe heredero no te da derecho a tratar así a tu hermano mayor...o acaso ed que sigues guardandome rencor por lo que le hice a esa zorra? —.Jaehyun estampó el libro en la mesa y se levantó encarando a su hermano quién se sobresaltó ante aquel acto.
—Que seas el mayor te da derecho a creerte superior ni mucho menos reclamarme nada que ya no es tuyo, simplemente eres un fanático que disfruta alimentándose de sufrimiento y de odio. Pierdete, Hyung. —. Soltó Jaehyun para salir del gran salón pero un grito por parte de Ji-woong le detuvo.
—¡Yah! ¿Acaso no te has enterado? —. Soltó una risa bastante irritante para Jaehyun y se acercó nuevamente a él.
—¿Enterarme de que? —.Preguntó bastante neutro intentando no arrancarle la cabeza a su hermano.
—Ya veo...—. Sonrió y se acercó aún más a Jaehyun quedando cara a cara. —Kim Minji, su familia la desperdicia por ser una zorra así que...una pena que ande vagando por el bosque sin un techo en el que dormir. —.Volvió a sonreir y Jaehyun apretó los puños controlandose de no partirle la cara a su hermano o peor...matarle.
Lo único que hizo fue sonreír mientras negaba.
—Alomejor el próximo en vagar por el bosque serás tú, Ji-woong-ah. —.Dijo para retirarse del gran salón y dejando al mayor lleno de ira.
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Vampīrę
Hayran KurguJeong Jaehyun, príncipe heredero al trono de los vampiros , descendiente de un gran linaje y con una sangre especial a la del resto de vampiros comunes. Deberá mantener el orden entre vampiros, licántropos y humanos a pesar de sus aún sentimientos p...