◐ Capítulo 40. ◑

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El rey estaba sentado tranquilamente en la sala de estar mirando a los 3 chicos que se encontraban junto a él en la sala. Leo abrió la boca para excusar a su amiga por lo sucedido pero fue interrumpido por un gran golpe en la mesa por parte del rey.

—¡No quiero ni que la nombres! No es excusa lo que acaba de hacer, simplemente pensaba que había cambiado pero no es cierto...y tú...—.Dijo apuntando a su hijo mayor quién se cruzó de brazos y lo enfrentó con la mirada. —¿En que maldito momento de te ocurre volver a dejar morderte por ella? SUFICIENTE HEMOS HECHO POR ELLA Y SU FAMILIA Y-. —. Un portazo sobresaltó a los individuos y Yuta agradeció al cielo, tras ver al castaño totalmente agitado mirando a todos y cada uno de ellos.

—¿Donde está Minji? —. El rey soltó un bufido totalmente molesto mientras sonreía sarcásticamente.

—Esta arriba descansando. —.Dijo Leo amablemente mientras, Yuta se acercaba para agarrarle del brazo casi suplicando con la mirada que detuviera aquella discusión.

—Bien.—. Fulminó con la mirada a su hermano pero no sin antes enfocarse en unas marcas de colmillos que tenía en el cuello y por supuesto la sangre de su camisa. Apretó la mandíbula y subió escaleras arriba totalmente molesto mientras escuchaba los gritos de su padre llamándole para que volviera.

El castaño hizo oídos sordos y entro a la habitación, pegando nuevamente otro portazo.

Minji ya se encontraba despierta cuando vió entrar al castaño totalmente enfadado. Ni siquiera pudo acabar de peinarse el pelo ya que el jóven príncipe la agarró de ambas muñecas y la estampó contra la pared. La rubia sólo tragó saliva al ver aquella expresión de enfado en si rostro.

¿Es que acaso él también estaba molesto por lo sucedido? Solamente fue un accidente en el que ella no pudo siquiera controlarse ante aquella sucia jugada de su hermana.

—Jae...yo...—. Éste la interrupió acercándose a sus labios mientras la miraba descaradamente.

—No quiero una sola excusa de esa boquita tuya, ¿Entendido? —.La rubia totalmente sorprendida, no dijo palabra alguna mientras se dedicaba a asentir y dejar que el castaño hablase. —Quiero lo primero que sepas que no estoy molesto contigo por lo que pasó...simplemente...—.Soltó un suspiro pesado y la soltó mientras pasaba una de sus manos por el pelo frustrado. Automáticamente la rubia supo de que iba la cosa y soltó una risa divertida y algo torpe.

—Jae...no será que estas celoso por haber mordido a Ji-woong, ¿No? —.Jaehyun se tensó y tragó saliva antes de volver a acorralar a la rubia contra la pared mirándola fijamente.

—No vuelvas a mencionarle, no delante mía, Kim. —. La rubia asintió sim borrar su sonrisa y acarició el rostro de este suavemente para tranquilizarlo.

—Lo siento, sé que no debí hacerlo pero...no pude controlar la sed de sangre.—. Jaehyun la abrazó fuertemente y hundió su cabeza en el hombre de la rubiarubia bastante agotado.

—Me alegro que estés bien...cuando Yuta me llamó yo...—. Tragó saliva y Minji levantó su rostro con sus manos para mirarle a los ojos.

—No me iba a pasar nada, solo fue un accidente y es mi culpa por no saber controlarme. —. Jaehyun repartió varios besos por el rostro y los labios de su pareja,mientras la pobre no podía dejar de sonreír con aquello.
—Jae...—. Quiso apartarle pero nuevamente agarró sus manos y las levantó por encima de su cabeza, para esta vez besarla intensamente.

La rubia siguió aquél beso ardiente que le estaba ofreciendo Jaehyun, aún con aquella característica sonrisa burlona en su rostro. El castaño se separó un poco de sus labios y susurró sobre estos.

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