Capítulo 1

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Viejos amigos/amantes

Severus observó con detenimiento al hombre sentado frente a él y después de unos minutos descubrió con felicidad que los sentimientos que tenía por él en el pasado, desaparecieron. A pesar de que reconocía que era a puesto, porque solo un ciego no encontraría atractivos esos amables ojos color miel, ese cabello castaño y cicatrices en el rostro que —solo él odiaba— le daban un aire peligroso y sensual. Pero la chispa de pasión que sea transformaba rápidamente en una llama con un poco de coqueto, ya no estaba.

—¿Sucede algo? —le preguntó el castaño

Regreso su mirada al filete en el plato contrario —me parece extraño que estés comiendo algo prácticamente crudo.

Sonrió de esa forma encantadora que podría conquistar hasta el viejo más gruñón del planeta —la luna está cerca —explicó y continuo —he aprendido que mi lobo se vuelve dócil durante la transformación si lo consiento días previos. 

—¿También vas al parque y persigues ardillas?

Su sonrisa se volvió aún más amplia —nadie tiene el sentido del humor como el tuyo, lo extrañe.

—Yo también te eche de menos, —confesó —eres de mis mejores amigos.

—¿Es tu sutil forma de rechazarme?

—No sabía que buscabas algo más que una charla amistosa. —Espero unos segundos antes de hablar —tengo novio, estoy enamorado.

—Lo se y estoy muy contento por ti.

Severus se sorprendió, en la carta que había recibido del castaño hacia cinco días decía que llegaría a Londres justo hoy y le pedía que se reunieran para comer.

—Peter te vio con tu novio en la boda de Rabastan y Bellatrix. Consiguió trabajo con Rita Skeeter —agregó al ver que no terminaba de entender

—Maldita rata chismosa.

Eso le saco una carcajada a Remus —por favor, no te molestes con él, solo me lo ha dicho a mi.

—Es justo, —concedió —ya que pronto mataré a tu amiguito Potter. —El castaño soltó un suspiro que le permito a Severus ver su cansancio, entonces un pensamiento surgió en su mente —te suplico que me digas que Potter no es tan cobarde como para hacerte volver y pedirte que enfrentes sus batallas.

—Por supuesto que no. Ha sido Sirius quien me escribió. Después de su discusión con Regulus, James fue a un bar a emborracharse con Sirius y en algún punto de la noche le contó todo. Como podrás suponer no ha salido nada bien, Sirius le dejo un ojo morado, sin embargo, James sigue siendo su hermano y en cuanto superó el estado de embriagues hizo lo más sensato que pudo, escribirme y esperar que evite lo inevitable.

Severus se llevó la mano a las sienes y las masajeo un segundo antes de responder —Remus, te aprecio y te tengo un gran cariño, pero eso no hará que cambie de decisión. Lastimó a mi hermano.

—No te pidió que cambies de opinión, solo que le des tiempo de arreglar sus problemas con Regulus, siguen siendo pareja después de todo y no creo que nosotros debamos intervenir en su relación.

—No se que te han contado tus amigos y yo no divulgare lo que Regulus me ha confiado, pero te diré esto; si Potter cree que arreglará todo con unos chocolates, un ramo de flores y un «lo siento» está muy equivocado.

—Unas semanas, —insistió —eso es todo lo que pido.

Asintió —es todo lo que tendrá antes de que yo mismo le parta la cara.

—Eres benevolente —bromeó el castaño, —ahora, volvamos a nuestra comida.

—Antes dime, ¿por qué creyó el pulgoso que tú me convencerías de algo?

Remus que ya estaba cortando un trozo de su filete, se encogió de hombros y respondió como si no tuviera importancia alguna —sabe que nos hicimos amigos en nuestro sexto año.

—¿También le has contado que te quite la virginidad?

Detuvo el tenedor camino a su boca y se sonrojó, Severus solo pudo reír —ni se lo imagina, creo que se volvería loco si lo supiera.

—Eso sería algo que valdría la pena ver.

El castaño negó sonriendo —no seas cruel.

—Esta bien, cuéntame de tu viaje y los descubrimientos que hiciste sobre la licantropía.

Con la sonrisa más esplendida que tenía Remus comenzó a relatarle todo, mientras él comía.

Ámame con locura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora