Capítulo 4

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Solo dormir

El departamento estaba en completa serenidad, habían pasado minutos o quizás horas desde que la conversación terminó, los dos seguían recostados en el sofá. Tom con el cuerpo de Severus encima del suyo, mientras él acariciaba su cabeza, el pelinegro hacia círculos imaginarios con su dedo índice en su pecho.

-Tom, está tarde cuando me viste en el restaurante, estaba con un amigo -soltó de repente su novio deshaciendo el silencio cómodo en el que se encontraban

-No tienes porque decírmelo.

-No -coincidió, -pero yo quiero contártelo. Se llama Remus Lupín, -continuó -nos hicimos amigos después de una broma, que su grupito de amigos me hicieron y en la que pude salir gravemente herido, afortunadamente nada paso a mayores. Unos meses más tarde empezamos a tener relaciones también.

-¿Fueron novios?

-No. Él estaba... está enamorado de su mejor amigo y yo no quería una relación seria ni siquiera una informal en ese tiempo, solo quería un poco de sexo y él quería aprender. Fue un arreglo beneficioso para ambos.

Tom podía entender ese arreglo, técnicamente podía, pero una parte de él se sentía incómodo solo de imaginar estar con alguien por quien no sintiera nada.

-¿Por qué no aprendió con su amigo, del que está enamorado?

-Su amigo es un idiota. Lo conoces, es el tipo que nos encontramos en nuestra primera cita.

-Black, el hermano de Regulus.

Severus asintió. Tom comenzó a recordar los encuentros con ambos hermanos, tan distintos igual que ellos.

-¿Cuántos años tiene tu secretario?

Esa pregunta lo confundió -yo no tengo secretario.

-Esta tarde fui a buscarte a tu oficina y me recibió un chico pelirrojo, luce joven. Él me dijo que te sentías mal.

-Debe ser una equivocación -ahí el tema murió, Tom se hizo una nota mental para averiguar quien era ese chico. Toda su atención regreso a su novio cuando esté intento levantarse, se lo impidió sujetándolo con más fuerza -¿a dónde vas?

-Se hace tarde, -le señaló con la cabeza la ventana, no estaba abierta, pero se alcanzaba a divisar los últimos rayos del sol -debo volver a casa.

-Quédate a dormir.

Severus lo miro con duda -¿estás seguro?

Paso a paso, habían dicho y Tom sentía que era momento de dar este -solo dormiremos, ¿no?

Como respuesta recibió una sonrisa y un beso.

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