Capítulo 8

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Un novio increíble

Cuando Tom despertó no espero encontrar a Severus dormido encima de él, con su cabeza girada hacía un lado y apoyada por completo sobre su pecho. Llevó sus manos a su cabello y paso sus dedos entre los machones oscuros.

Sonrió al ver como con la caricia su novio se aferraba aún más a él.

El día anterior, cuando regresó de comparar los ingredientes necesarios para la cena encontró a Regulus abrazando a Severus, éste acariciaba su espalda sin decir nada. Y aunque Regulus parecía estar durmiendo no se atrevió a hablar, era un momento sumamente íntimo entre ellos. En cambio se dedicó a preparar la cena. Ambos insistieron para que los acompañara durante esta, en toda la noche Regulus se vio mal, tanto que cuando se despidió alegando que era demasiado tarde, Tom no lo dejo irse, le ofreció quedarse.

Así Regulus y Severus durmieron esa noche en su cama, mientras que él se quedó en el sofá. No se quejó, era un sillón cómodo y con una pequeña ampliación podía estirarse sin problemas.

Por eso era toda una sorpresa encontrar en sus brazos a su novio. Continuó con las caricias hasta que Severus abrió sus ojos, los cerró de nuevo por un breve instante, como si no quisiera despertar y Tom aprovechó la oportunidad para besar su coronilla.

—¿Regulus se siente mejor?

—No lo creo, pero lo estará. Se ha ido temprano, tenía algo importante que hacer —. Tom asintió —gracias por dejarlo quedarse.

—No fue nada, puede venir cuando lo desee, este departamento es tan mío como tuyo.

Severus abrió los ojos y se levantó un poco para mirarlo directamente —eres un novio increíble, ¿lo sabías?

—Es lo mínimo que se merece el hombre más maravilloso de todo Londres.

Sus mejillas se tiñeron de un leve rubor por el cumplido, a lo cual Tom sonrió y acarició su mejilla —sigues siendo un adulador, Riddle.

—Y tu sigues sonrojándote, mi amor.

Antes de que pudiera replicar cualquier cosa lo acerco a él y lo beso, primero lento y degustando sus labios, después explorando con su lengua su boca. Esos eran sus besos preferidos, donde todo empezaba inocente, lento, dulce, para evolucionar en algo intenso y prolongado, dónde ambos terminaban con los labios hinchados.  

Ámame con locura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora