Miedos e inseguridades
Su comida con Remus se extendió más de lo que pretendía. La conversación con el castaño era extremadamente interesante y cuando éste le preguntó por su novio no pudo parar de hablar de él, le contó como se conocieron, de sus maravillosas citas, (sin revelar demasiados detalles) como se hicieron pareja y finalmente su estupendo mes de noviazgo. Entonces, por más raro que sonará comenzó a extrañarlo, hablar de él no era suficiente, necesitaba verlo.
Decidió hacerle una visita sorpresa, pero en su oficina solo encontró a un chico pelirrojo instalando un escrito aún lado de la entrada. El chico —lucía más joven que él, no demasiado, quizás solo un año menor — se presentó como el nuevo secretario de Tom y le informó que su jefe se había retirado temprano porque se sentía mal.
¿Por qué Tom no le había contado o es que se sentía tan mal que ni siquiera pudo escribirle una nota?
Salió del ministerio, y después de una parada rápida a su tienda para tomar algunas pociones que podrían ayudarlo, se dirigió a la casa de su novio. Se sintió preocupado durante los veinte minutos de trayecto, sin embargo, cuando finalmente Tom abrió la puerta la extrañeza remplazo a la preocupación.
Su novio siempre sonriente para él, con sus ojos verdes siempre brillando apenas se encontraban con los suyos, hoy no estaba. En su lugar encontró sus ojos rojos, irritados y en sus mejillas rastros de lágrimas.
Había llorado y cualquiera que fuera la razón, decidió que no le agradaba. Miles de preguntas se formaron en su mente, pero ninguna logro salir por su boca, simplemente lo abrazo y le susurró palabras de consuelo.
Una vez que Tom estuvo más calmado, sentado en un sofá y con una taza de té entre las manos comenzó a hacer preguntas.
—¿Por qué estabas llorando?
El ojiverde llevó la taza a sus labios y le dio un sorbo antes de responder —creo que me sentí muy triste cuando empecé a pensar que dejarías de quererme. —Severus frunció su frente al no entender que lo había llevado a pensar eso —. Te vi, —explico y enseguida agregó —esta tarde comiendo con alguien.
—¿Te pusiste celoso? —asintió —no sabía que eras celoso.
—Ni yo.
—Fue una simple comida, Tom, no es motivo para que reacciones así.
Por un instante cerró los ojos y pasó una mano por su cabello con frustración —no fue eso, te lo juro, pero…
Severus espero que continuara la oración, después de medio minuto en completo silencio se hizo obvió que no lo haría —¿pero…?
—Es una tontería —se volvió a llevar la tasa a los labios
—No lo es. Puedes decirme lo que sea. Somos pareja y si no hablamos de las cosas que nos molestan o incomodan, significa que no tenemos confianza en el otro.
—Tengo miedo de perderte, de que dejes de quererme —soltó —. Ha pasado un mes desde que nos hicimos novios y no hemos tenido intimidad, no se si estoy listo, ¿y si te estoy haciendo esperar demasiado y lo buscas en alguien más?
Severus lo dejo hablar y todo su cuerpo se relajó cuando terminó de escucharlo, por un instante temió que Tom fuera un maniaco o algo peor. No, su novio no era así, solo era un hombre con miedos e inseguridades.
Se acercó lo más que pudo a él, sujeto con delicadeza sus mejillas e hizo que lo mirara —Tom, yo te quiero a ti, no me importa si tengo que esperar años para tener intimidad contigo. No voy a ir a buscarlo con nadie más. No debes tener miedo de que te deje por eso.
Dejó un beso sobre sus labios.
—¿Me dejarás por otra cosa entonces? —bromeó con timidez
Severus rio —no seas tonto, no te dejare por nada.
Con esas pocas palabras el rostro de Tom se ilumino por completo y sonrió. El ojiverde se recostó en el sofá y lo acomodo encima de él, está vez fue Severus quien lleno de besos su rostro.
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Ámame con locura
FanfictionSeverus y Tom han recién han iniciado su relación, su amor crece cada día, sin embargo, eso no significa que todo sea perfecto. Desde enfrentar sus miedos e inseguridades, encontrarse con nuevos y viejos amigos, hasta decidir si deben dar un paso im...