Capítulo 21

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Navidad / Entrega

El veinticuatro de diciembre de mil novecientos setenta y siete, Tom Riddle hizo por primera vez en su vida el amor, perder su virginidad no fue importante en comparación con el hecho de que era la primera vez que se entraba a su novio, Severus Snape y éste a su vez se entregó a él.

Lo admiró cuando lo tuvo debajo de él, desnudo con su cabello esparcido en las sábanas, entonces después de contemplarlo cómo siempre lo hacía, con veneración, beso cada centímetro de su pálida piel y dejó marcas a su pasó.

Se maravillo con la voz entrecortada de Severus suplicándole que lo tocará más y que no parará.

-No se que hacer -confesó -, tienes que enseñarme.

Lo hizo, Severus le mostró como tocarlo y donde, no se detuvo ahí, también le mostró a Tom las partes de su cuerpo que desconocía eran sensibles. Ambos se retorcieron de placer con las manos del otro, pero había más, eso solo era él comienzo.

-Quiero estar dentro de ti, quiero que estés dentro de mi -Tom hizo un enorme esfuerzo por concentrase en las palabras de Severus, parecía una tarea imposible cuando éste sujetaba su miembro y lo acariciaba de una que le robaba la respiración -aun no decidió en que orden debería pasar.

Él tampoco sabía cuál de las dos formas deseaba primero, ambas se le antojaban más de lo que podía expresar en esos momentos.

-Te necesito... -murmuró y esas dos palabras fueron las que decidieron todo.

Severus lo preparó, por lo que pareció una eternidad y por instantes una tortura, le pidió que prestará atención porque más tarde tendría que repetir el proceso en él y Tom se concentro lo mejor que pudo, aunque fue complicado considerando los estragos que hacían los tres dedos dentro de él, abriéndolo, aflojando los músculos de su entrada, arrancándole gemidos agudos y graves. Hasta que finalmente se hicieron uno.

Fue electricidad, un rayó que los recorría cada vez que se movían, fue fuego creciendo más y más, haciendo arder sus pieles y sobre todo fue amor, desbordándose en casa beso, mirada, caricia y movimiento.

-Valió cada segundo de espera -dijo Severus recostado sobre su pecho, mientras Tom estaba sentado sobre el repartiendo besos por todo lo largo de su columna.

Sonrió.

Desde la ventana podía distinguir los primeros rayos del sol, no le importaba si no habían dormido en toda la noche, sentía que aún faltaban horas antes de que fuera a desaparecer la necesidad de estar dentro de su novio y que éste estuviera dentro de él.

-Fui el primer hombre en tener sexo contigo -volvió a hablar Severus -¿te molesta no ser mi primero?.

-No, siempre que yo sea el único por el resto de tus días.

No podía verlo, pero sabía con certeza que el pelinegro estaba sonriendo por su respuesta.

-Me parece un trato justo.

-Ámame cada uno se esos días, porque yo te amare hasta mi último alimento.

-Te amo, Tom, ahora y en el futuro.

Severus giro su rostro para mirarlo por encima de su hombro, Tom se inclino hacia él para besarlo y hacer el amor una vez más.

Fin.

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