Debí de haberme resistido, una parte de mi cabeza me ordenaba a no seguirle cuando Castiel tomó mi mano y se dirigió hacia la puerta, sin embargo, la curiosidad por este ser antiguo era demasiada. Las palabras que me había dicho minutos atrás aun daban vueltas en mi cabeza como si fuesen una noria en un parque de atracciones.
«No te deseo porque el vínculo lo dice, te deseo porque en estos dos días que te he observado has llegado a llamar mi atención. No mentí con lo que te dije, cuando deseo algo no dudo, voy por él y lo tomo». Es cierto que el vínculo crea una sin igual atracción, yo mismo lo he sentido en el poco tiempo que llevo en el castillo, siempre puedo decir si Castiel está cerca o lejos, si me observa o pasa de largo, no obstante, sus palabras denotaban una promesa hacia mi persona la cual no estoy preparado m´ionmhas para enfrentar; tiene decisión y deseo, pero, aunque en el fondo me encantaría probar esta posibilidad, no estoy dispuesto a arriesgarlo todo por ello.
A diferencia de Castiel yo no buscaba un vínculo, no lo anhelaba. Hubo un tiempo pasado que habría hecho todo en mis manos para conseguir una unión así de fuerte, pero ya eso no existe en mí.
A pesar de ello, todavía estoy permitiendo que Castiel tome mi mano y me guie entre los diversos pasillos del enorme y antiguo castillo; puertas secretas y pasadizos se abren a nosotros. Lugares que solo el dragón parece conocer y no tiene problemas para identificar las rutas correctas. Mientras que subimos por unas estrechas escaleras no me queda más remedio que observar su espalda delante de mí. Puedo observar sus oscuras alas a cada lado de su espalda, estás emanan de su piel a través de dos pequeñas aberturas de su negra gabardina; jamás le he visto sin esta pieza de ropa o con las alas ocultas lo que me hace pensar que quizás no pueda esconderlas.
También provoca que mis pensamientos vayan más al plano de lo obsceno preguntándome como se verá la ancha musculatura de su espalda sin la gabardina, como será el tacto de sus alas contra mi mano; su cuerpo contra el mío…
Niego con la cabeza rezando internamente para que mis mejillas no se coloreen de rojo y no me delaten cuando Castiel me observe. Sin lugar a dudas este hombre es el sobrenatural más extraordinario que he conocido en mi vida, bajo la mirada hacia nuestras manos entrelazadas y un pequeño escalofrío me recorre cuando noto su pulgar acariciar el dorso de mi mano. ¿Cómo es que ni siquiera me percaté de que el dragón ha estado haciendo esto todo el tiempo? ¿Por qué se siente tan bien ese tacto?
—¿A dónde vamos? —Las palabras salen de mis labios en un vano intento de distraerme de mis pensamientos actuales.
—Necesitamos un lugar privado para conversar.
—¿Mi habitación no es privada?
—No lo suficiente, hay demasiados oídos curiosos en el castillo, además, —Gira un poco su rostro de manera que puedo notar la sonrisa burlona en sus labios y la mirada pícara de sus dorados ojos—, pensé que podríamos tener menos distracciones sin una cama de por medio.
El calor de su mirada se traspasa a mi cuerpo provocando que mi garganta se seque y desee más de esto. No he sido un santo luego de mi noche con Michael, no voy a mentir; he tenido otros encuentros sexuales y, siguiendo el mismo patrón que tuve con el rubio, ninguno de ellos pasó de ser algo más que una noche, sin embargo, este calor es totalmente nuevo e inexplicable, ni siquiera el lobo provocó eso en mí.
Llegamos a la parte superior de las escaleras y Castiel abre una puerta que se encuentra ante nosotros. No puedo ver demasiado debido a su enorme cuerpo delante de mí, pero puedo sentir una brisa fresca acariciar mi rostro. Avanzamos solo unos pasos más y, finalmente, me doy cuenta de donde estamos. Las rutas por las que Castiel me condujo dan hacia una de las torres que, desde el exterior del castillo, no parece tener entradas que la conectaran con el resto de la fortaleza.
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Pasiones Antiguas [#5 Pasiones-BL]
RomansaEl amor ha Sido, es y será una belleza....pero como nos jode la vida. "Ricardo Arjona" 5to Libro de la Saga Pasiones Prohibidas