No sé en qué momento ocurrió el cambio, sin embargo, antes de darme cuenta me encuentro sentado a horcajadas sobre el regazo de Castiel; en otro momento me hubiese quejado, no habría permitido que el encuentro llegase tan lejos, no obstante, las grandes manos del hombre arrullándome y acariciando la desnuda piel de mi espalda estaban siendo un completo consuelo para los temblores que aun recorrían mi cuerpo debido a la reciente pesadilla.
Su singular olor a vainilla y pino relajaba cada uno de mis músculos tensos, dejando que mis instintos y deseos dominaran enredé mis dedos en sus cabellos ocultando más mi rostro en la cuenca de su cuello para poder olerle y, debo admitir, que se sintió demasiado bien.
—¿Por qué hueles así?
—¿Así como? —sus palabras salieron en bajos susurros como si temiera asustarme o algo por el estilo.
—Así de bien, como lo que más me gusta en el mundo.
Un resoplido divertido escapó de los labios del enorme dragón.
—Quizás sea nuestro vínculo, tú también hueles bien para mí.
—¿Qué aroma tengo?
En respuesta a mi pregunta las manos de Castiel se afianzaron más a mi espalda apegándome a su duro pecho; el dragón no evidenció ni una pizca de timidez cuando comenzó a acariciar mi pecho, cuello y mejillas con su nariz; el recorrido de su piel sobre la mía enviaba olas eléctricas por todo mi ser y entrecortaba mi respiración provocando que pensar se volviese más complicado a cada segundo que pasaba.
—Hueles a lluvia fresca, es agradable; es el aroma que suele tener mi lugar preferido en el mundo.
—¿Tienes un lugar preferido?
Dejé que mis manos se deslizaran por su espalda y, por primera vez desde que le conozco, soy capaz de sentir el inicio de sus alas con las yemas de mis dedos. Castiel cierra los ojos con fuerza y puedo ver como su cuerpo se tensa ante mi toque, un pequeño jadeo involuntario escapa de sus labios y no puedo evitar la necesidad de volver a tocarle mientras el hombre intenta conformar palabras coherentes.
—Puedo llevarte ahí conmigo, nunca nadie ha ido…
El simple hecho de que me brinde la posibilidad de compartir algo tan íntimo conmigo detiene mis manos. Me aparto solo unos centímetros para mirar sus ojos y, aunque su rostro continúa tan inexpresivo como siempre, sus pupilas de gato revelan toda una ola de necesidad y hambre.
—No puedo aceptarte como mi pareja Castiel. —No puedo permitir que esto vaya tan lejos, sin embargo, lo quiero, anhelo llegar más allá.
Nada más las palabras salen de mis labios mi propio pecho se oprime por ellas, sobre todo, cuando noto los labios de Castiel tensarse más.
—No fue eso lo que te pedí ahora querido M´ionmhas, solo quiero llevarte conmigo.
—¿Eso significa que renuncias a mí?
Sé que soy un hipócrita por lanzar la pregunta, pero no puedo evitar la mezcla de alivio y decepción en mi interior. Castiel sonríe y llevando su rostro al mío pasa su lengua por la comisura de mis labios en una pequeña muestra de provocación. Sentir su tacto, su aliento sobre mi piel…cada uno de estos detalles hacen que mi cabeza de vueltas y tan solo desee cerrar nuestros labios en un abrazador beso como el que compartimos en la torre. Aun así, intento que mis pensamientos salgan racionales.
—Eso significa que no voy a forzarte a nada, pero tampoco dejaré de luchar por ti.
Me forcé a respirar para ocultar el nudo que se conformó en mi garganta y no me dejaba hablar. Hasta ahora no tuve nadie que luchara por mí, solo era la persona dispuesta a pasar una noche de diversión mientras llegaba la verdadera pasión de la otra persona. No pude evitar soltar una sonrisa.
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Pasiones Antiguas [#5 Pasiones-BL]
RomantikEl amor ha Sido, es y será una belleza....pero como nos jode la vida. "Ricardo Arjona" 5to Libro de la Saga Pasiones Prohibidas