Los cambios en la vida de Jungkook fueron drásticos y veloces.
Tener padres con dinero se tradujo a una mudanza casi inmediata, como no tenía ninguna pertenencia propia ya que usaba la ropa de Hoseok, bastó con solo irse a la casa de sus padres y recibir todo lo que necesitaba; zapatos, ropa, teléfono y una linda habitación que fue decorada en tiempo récord.
Dos días después ya estaba recibiendo clases en casa y tenía todo un horario que seguir, todos esos cambios lo habían abrumado, pero agradecía todo lo que aprendió de Hoseok ya que sin eso no habría sobrevivido a la primera clase que tuvo.
Si bien no se quejaba de su nueva vida, no se sentía cómodo con el hecho de tener que seguir una estructura diaria, no podía ir a trabajar ni salir a jugar con Yoongi, tampoco tenía a Hoseok cerca por lo que se tenía que conformar con hablar con él por teléfono.
En una semana ya había logrado conocer mejor a todos los miembros de la familia que incluía a los trabajadores, desde los cocineros hasta los concerjes y jardineros, después de todo pasaba más tiempo con ellos que con sus padres. Si bien entendía que debían trabajar, le hacía sentir solitario el no tener cerca a las personas que son su familia, se llevaba bien con Heejin, pero además de su apretada agenda la chica también trabajaba como actriz infantil.
Al final solo pasaban tiempo juntos los fines de semana cuando tomaban el desayuno, el almuerzo y la cena.
―Al menos estás en tu hogar ―se dijo a sí mismo mientras se acostaba en su cama ―. Ya te acostumbrarás...
Pero sus palabras no se cumplieron, las semanas se convirtieron rápidamente en un mes y si bien seguía su horario y se esforzaba todo lo que podía en sus clases, poco a poco comenzó a odiarlas, sus profesores no eran tan pacientes como Hoseok y tampoco eran lindos, no lo felicitaba ni acariciaba su cabeza cuando hacía algo bien.
Lo único que era capaz de alegrarlo era pasar los ratos con Heejin o hablando con Hoseok por teléfono, inicialmente había sido todo un reto aprender a utilizar ese aparato, estaba seguro que hasta el peor ejercicio de matemática sería más fácil que usar un teléfono. Pero una vez lo dominó no pudo parar, se convirtió en su principal medio para escuchar la voz de Hoseok, saber cómo estaba y decirle una y otra vez que lo extrañaba.
Y aunque no lo sabía, aquellos mensajes siempre le alegraban el día a Hoseok quien ya se había acostumbrado a sonreírle a la pantalla mientras sentía su corazón acelerarse.
Para él había sido difícil volverse a acostumbrar a vivir solo, después de todo Jungkook llegó a su vida porque quería tener una mascota como compañía, pero ahora no tenía ni lo uno ni lo otro.
Su apartamento de nuevo estaba vacío y nadie se emocionaba cuando llegaba del trabajo, nadie lo acompañaba a dormir, comer o ver televisión. Era él y su sombra otra vez.
Aun así, no era capaz de sentirse completamente mal por ello, Jungkook estaba con su familia real, a donde pertenecía y era feliz, eso era suficiente para que la soledad quedara a un lado y lo dejara de atormentar.
― ¿De nuevo dormiste mal? Pareces muerto ―Yoongi le dijo mientras dejaba los productos en el mostrador, aunque ya no necesitaba ir todos los días igualmente lo hacía para ver a Hoseok y pasar el rato.
―Aún me cuesta entender que Jungkook no está, compré un peluche para que ocupe su lugar en la cama... Aún no hace efecto ―frotó sus ojos antes de comenzar a cobrar por cada producto.
Yoongi trató de no reír ante el comentario del chico, sabía que él y Jungkook eran más cercanos de lo que deberían, la primera vez que escuchó que dormían en la misma cama no supo si ponerse celoso o llamar a la policía.
― ¿Qué esperas para irlo a visitar? Espero no hayas olvidado que dijiste que te declararías ―tomó sus cosas y pagó ―. O estás esperando que conozca algún niño rico y se olvidé de ti.
― ¡Jungkook no haría eso! ―respondió sin dudarlo ―. En realidad estaba pensando en llevarlo a una cita el fin de semana así no interfiero con sus clases ―mencionó sacando su teléfono, ya era hora de volver a casa, sabía que Jungkook estaría haciendo tarea.
Pero Jungkook tenía otros planes, antes de que Hoseok le enviara un mensaje el chico ya había dejado uno.
"Mañana nos vemos en la tienda. Buenas noches, ya debo dormir."
Hoseok se sintió confundido por la coincidencia de recibir un mensaje del chico cuando planeaba escribirle, pero no le dio mayor importancia, mañana le pediría formalmente una cita.
Aquella noche durmió bien por primera vez en varias semanas.
Al día siguiente, su mañana fue la misma de siempre; luego de durar unos minutos en la cama se levantó a desayunar mientras veía algún programa, habló con sus padres y no hizo más que estar en su sofa tratando de seguirle el hilo a la serie que había puesto.
Era aburrido no tener mucho que hacer, comenzaba a considerar hacer algún curso ya que comprar otro cachorro no era una opción.
La serie seguía transmitiendose mientras Hoseok comenzaba a dormirse en su lugar, pero el sonido de la puerta lo despertó.
Alguien estaba tocando.
― ¡Voy! ―a tropezones fue hasta la puerta, aún estaba un poco dormido por lo que no se molesto en revisar por la mirilla de la puerta quien era, directamente la abrió encontrándose a un Jungkook sonriente que no tardó en rodearlo entre sus brazos con emoción.
―Te extrañé mucho ―la voz del menor salió temblorosa, sentía que iba a llorar de la felicidad quería saltar y correr por todos lados como si estuviera en su forma canina.
Gracias al fuerte sentimiento sus orejas y cola acabaron saliendo involuntariamente, aunque su ropa no permitía que su pequeña cola fuera libre de moverse de un lado a otro.
― ¿Que haces aquí? Creí que nos veríamos en la tienda ―Hoseok cuestionó una vez el chico se separó, trató de no reír por cómo se veía, sus ojos llorosos, las orejas afuera y sus mejillas rojas. Era la primera vez que lo veía con un aspecto tan adorable.
―Escapé, no podía ver clases un día más, odio a mis maestros. Prefiero estar aquí otra vez ―se adentró a la casa tomado aire disfrutando de la fragancia de lo que fue su hogar por varios meses.
― ¿Cómo que escapaste? ―Hoseok lo siguió a través del apartamento hasta su habitación ―. No deberías saltarte las clases, conmigo no hacías eso ―regañó.
―Tu eres divertido y atractivo, ademas, tienes paciencia. Ellos no ―Jungkook se lanzó en la cama del mayor, se sintió en el cielo al cuando el aroma que caracterizaba a Hoseok llegó a su nariz. No pudo evitar acurrucarse entre las sábanas como solía hacerlo.
― ¿Te tratan mal? ―preguntó preocupado, sabía que a Jungkook le costaba comprender las cosas por eso la mejor forma de ayudarlo era premiandolo luego.
―No mal, solo son aburridos y dicen muchas cosas a la vez, hacen que me duela la cabeza ―puso los ojos en blanco mientras se volvía a centrar en el perfume de las sábanas de Hoseok ―. Extrañaba tu olor, sus padres usaban perfumes horribles.
Aunque estaba tratando de mantener una conversación seria con el chico no podía evitar reaccionar ante sus comentarios, le avergonzaba escucharlo decir eso, pero a la vez le gustaba saber que no era el único que extrañaba a alguien.
―Bueno... ¿Quieres comer? O prefieres estar todo el día oliendo mis sábanas como un pervertido ―bromeó.
― ¡Oye! ―fingió enojarse ―. Quiero unos hotcakes por favor.
Thighs~
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ᴀᴅᴏᴘᴛɪɴɢ ᴀ ʟᴏᴠᴇʀ
Fanfiction┏━━━━━━━━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━━━━━━━━┓ Desde el inicio de la humanidad los perros desempeñaron un papel especial; El mejor amigo del hombre. Un compañero, amigo y mascota. Eran más que simples animales. Jung Hoseok era un joven que en el inicio de su...