ᴀᴅᴏᴘᴛɪɴɢ ᴀ ʟᴏᴠᴇʀ

4. You need to learn

Luego de conversar un poco más, el sueño comenzó a invandirlos, por lo que la charla fue dejada para después.

Hoseok se impresionó al presenciar cómo Jungkook se transformaba en perro, definitivamente era raro ver sus extremidades encogerse al mismo tiempo que eran cubiertas por pelaje.

―Esto fue muy extraño ―fue lo único que logró decir luego de tener a Jungkook con el aspecto que consideraba como el original.

Aunque estaba cansado, Hoseok tardó en dormirse, tenía que pensar que debía hacer con Cookie, si el chico quería seguir convirtiéndose en humano tendrían que llegar a un acuerdo. Definitivamente no se sentía preparado para tener que cuidar a otra persona.

Al día siguiente, un fuerte estruendo lo despertó, con el corazón a punto de salir de su cuerpo se levantó torpemente tratando de llegar hasta la fuente de sonido.

― ¿Qué pasó? ―fue lo primero que dijo al llegar a la cocina y encontrar a Jungkook observando un plato roto junto a él.

―Estaba pensando en cocinarte algo, aunque no sé como ―sonrió avergonzado, hacía unos minutos atrás había sido capaz de escuchar perfectamente como el estómago de Hoseok gruñía mientras dormía, sabía que eso significaba hambre por lo que pensó que sería buena idea intentar conocer algo para él.

― ¿No estás herido? ―el mayor preguntó preocupado, tomó una escoba para alejar el vidrio de los pies descalzos de Jungkook.

―Creo que no ―observó sus pies, no le dolía nada así que probablemente estaba a salvo.

―Ok, esto está listo ―suspiró luego de terminar de recoger todo el vidrio para poder acercarse a Jungkook sin acabar con un agujero en el pie ―. ¿Qué quieres cocinar? ―preguntó observando el mesón de la cocina, casi todo lo que tenía en la nevera y alacena estaba regado ahí sin propósito aparente.

―No sé... ¿Qué te gustaría? Siempre comes eso que llamas cereal aunque no parece rico ―Jungkook comenzó a buscar la caja llena de aquellas galletas crujientes, no estaba seguro de qué eran o como sabían, sólo conocía la comida de perro.

―Hagamos hotcakes ―sugirió ―. Hoy aprenderás a hacer hotcakes con el mejor cocinero de la ciudad ―presumió.

―No se que es eso, pero suena bien ¿También comeré eso? ―preguntó curioso, llevaba años sin probar comida humana.

―Claro, definitivamente es mejor que la comida de perro.

Cuando se deshicieron de todos los ingredientes que no necesitaban pudieron comenzar la preparación. La mayor parte del trabajo lo hizo Hoseok, Jungkook no parecía enterarse de lo que estaba sucediendo frente a él.

Aún así, aquello le ayudó a identificar mejor varias cosas humanas, ingredientes y demás. Cada cosa que Hoseok agarraba desbloqueaba una nueva pregunta.

― ¿Qué es eso? ―preguntó viendo cómo el chico echaba algo que parecía nieve dura.

―Sal, ¿quieres probar? ―Hoseok le ofreció el fracaso a Jungkook quién lo tomó de inmediento enviándole una mirada de miedo.

― ¿Es rico? ¿No me pasará nada?

―A mi me gusta comerla, pero no es buena en exceso ―explicó.

Antes de probarla Jungkook se tomó unos segundos para investigar lo que tenía en sus manos, dejó caer algunas migas sobre su palma y la olió, un comportamiento apropiado para su especie. Una vez terminó la inspección sacó su lengua atrapando los pequeños granos del mineral.

―Está rica, ¿eso sabrá igual? ―cuestionó señalando la mezcla de los hotcakes.

―No, pero es delicioso igualmente ―prometió sacando el sartén ―. Realmente hay muchas cosas que no conoces...al menos hoy te vestiste ―destacó, Jungkook llevaba una camisa verde que, debido al uso constante, tenía agujeros en varias partes, además de un short que Hoseok no sabía de donde había salido, pero agradecía que lo tuviera.

―Lo saqué de una bolsa en tu armario ―mencionó viendo su vestimenta.

―Era ropa que iba a botar, que bueno que no lo hice ―mencionó mientras hacía el primer hotcake ―. Has pasado más tiempo como perro que como humano, es normal que no sepas cómo funciona el mundo... La verdad me sorprende que sepas hablar tan bien.

―Los humanos hablan mucho, es imposible no saber hablar y más con un dueño como tu, siempre me resumes tus días, gracias a ti he conocido muchas palabras nuevas ―mencionó.

Hoseok no pudo evitar avergonzarse un poco, sabía que aveces podía llegar a ser muy charlatán, nunca imaginó que todo lo que le decía a su mascota realmente lo entendería.

― ¿Y qué hay de las otras cosas humanas? ¿Sabes hacer algo más?

―Solo hablar y caminar... ―respondió sin pensarlo mucho hasta que recordó algo más ―. ¡Oh! También sé ir al baño ―parecía bastante orgulloso de aquello aunque al mayor pareció causarle gracia.

Jungkook era bastante diferente a lo que Hoseok imaginaba de los híbridos, no parecía ser exactamente un chico tonto, pero tampoco sabía todo lo que una persona común sabría, y para su sorpresa no era como tener a un humano comportándose como un perro en dos patas.

― ¿Te gustaría aprender? ―dejó de lado la cocina para conectar su mirada con la del chico ―. Digo...no te obligaré a ser solo una mascota, si quieres aprender a ser un humano adolescente como yo, por ejemplo, no tengo problema con eso.

―Pero, me gusta ser tu mascota... ―Jungkook hizo un pequeño puchero, no quería que Hoseok pensara que por ser un híbrido terminaría eligiendo estar como humano ―. Parece divertido ser como tu, pero prefiero seguir como tu perro, sería raro aprender a ser como mi dueño ―lo último, aunque sonaba como una broma, era en serio. Aquellas palabras habían impactado a Hoseok.

El hecho de que Jungkook lo percibía como una especie de autoridad, amo y dueño, había pasado desapercibido para Hoseok. La dinámica entre una mascota y un humano solía ser esa, pero Jungkook no era sólo un perro, no se sentía correcto permitir que el chico lo tratara como un amo.

―No eres de mi propiedad... ―regañó ―. Aunque te adopté no quiere decir que estés obligado a estar conmigo, puedes conocer el mundo y si así lo quieres permanecer como humano y formar una vida. Tampoco me tienes que ver como un dueño o amo, no estoy por sobre ti ―su ceño estaba fruncido ―. Ahora que sé lo que eres me gustaría que conozcas a ambos mundos, no tengo intenciones de limitarte ―tomó las manos de Jungkook quien parecía estar a punto de llorar.

El menor bajó su  cabeza por un impulso en un acto de sumisión y tristeza. Era capaz de notar el enojo en Hoseok, no estaba totalmente enfadado, pero sí lo suficiente como para que lo percibiera.

Tenía miedo de conocer el mundo humano, sabía que era un lugar cruel que, aunque hacía parte de él, su papel era sólo de acompañar, no conocía ningún otro papel en aquella película donde eras un hombre o su mejor amigo.

Aunque la idea la aterrara, sabía que Hoseok debía tener razón, su instinto animal le forzá a a querer obedecer a su amo por lo que terminó aceptando.

―De acuerdo, enséñame cómo ser humano.

Thighs~