Capítulo 20

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Mackenzie

Seguía escondida en el baño, hasta que me percaté que ya era hora de entrar al avión, y ya estaban llamndo a mi grupo. Me lavé la cara rápidamente y luego de secarmela con papel, salí del baño. Caminé hasta mi sala y de inmediato noté a Ezra haciendo la fila para entrar al avión, con su bolso colgado en un hombro, y el mío en otro. Yo silenciosamente y después de decir varios "permiso" me coloqué a su lado. Intente quitarle mi bolso, pero él se negó. Caminamos un par de metros antes de llegar a nuestras sillas. El pelirrojo subió nuestras cosas al compartimento y luego me dejó pasar para darme la ventana.

-Gracias- le dije y él solo asintió

Miré por la ventana como despegábamos y cuando giré a ver a Ezra, este tenía puestos sus audífonos, además de tener los ojos cerrados. Aunque era de día, el sueño me consumió, así que me acurruqué en la pared del avión, apoyando mi cabeza en la ventana. El vuelo era realmente corto, pero una hora de sueño nunca sobra. Me levanté por la azafata que preguntaba que deseabamos tomar. De inmediato noté la cabeza de Ezra apoyada en mi hombro. Como siempre su olor característico resaltaba.

-Pelirrojo- susurré pero él lo escuchó- ¿Que quieres tomar?-

Él de inmediato levantó su cabeza de mi hombro.

-Lo siento-

-No te tienes que disculpar Ezra-

Después de pedir ambos agua y tomarla en silencio, Ezra nuevamente se puso sus audífonos para luego cerrar sus ojos. Yo suavemente apoyé mi cabeza en su pecho, con el miedo de que el pelirrojo se molestara, pero él simplemente me rodeó con su brazo izquierdo y apoyó su cabeza en la mía.

Minutos después me levante ya que el avión estaba próximo a aterrizar. Me senté derecha y amarré mi cinturon de seguridad. Miré por la ventana como nos acercabamos a Londres y esperé el aterrizaje. El avión aterrizó pero no bajaba la velocidad, y comencé a asustarme. Segundos después el avión volvió a subir al aire. Cerré mis ojos con fuerza y creo que el pelirrojo notó mi pánico, ya que agarró mi mano entralazandola con la suya y con su pulgar acariciándola. Como siempre su calidez me tranquilizó un poco.

-Está bien Mack, no ha pasado nada, es algo rutinario- susurró Ezra intentando calmarme 

Segundos después escuché la voz del piloto, confirmando lo que había dicho el pelirrojo. Gracias a eso mi pánico disminuyó, pero aún no había soltado a Ezra. Finalmente aterrizamos y las personas se comenzaron a levantar para tomar sus maletas. Yo solté la mano de Ezra y él se levantó para tomar nuestros bolsos. Luego de salir del avión fuimos por nuestras maletas. Al salir de allí pedimos un taxi camino a casa de Ezra. Más o menos media hora después llegamos. Ninguno de los dos dijo una palabra en el camino, además de claramente agradecerle al conductor. 

Ezra tomó mi maleta y con ella y la suya caminó hasta la puerta de su casa. Las dejó a su lado para luego abrir la puerta, yo las empujé hasta entrar a la casa, dejandolas en la sala de estar. 

-Mack, ¿Tienes hambre? Yo tengo mucha hambre- me dijo poniendose justo al frente mío para tomar su maleta

No sé porque lo hice. Pero lo hice y no es que esté muy orgullosa de ello.

Rápidamente di un par de pasos hacía él y rodeando su cuelllo con mis brazos lo besé. Noté que eso lo tomó por sorpresa, pero unos segundos después continuó mi beso. A diferencia de nuestro primer besó, este no empezó romántico, de inmediato se notó el deseo y las ganas detrás de este. Ezra puso sus manos en mis piernas, y yo di un saltito para rodear su torso. Caminó unos metros y me dejó suavemente en la barra de la cocina. Sin dejar de besarlo le quité rápidamente su abrigo y él hizo lo mismo. Ezra dejó mis labios para besar deseosamente mi cuello.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora