Capítulo 35

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Antes de la media noche ya estabamos en la casa de Ezra.

-¿Ya vas a dormir?- preguntó el pelirrojo

-No, quedate aquí un segundo-

Él asintió y se sentó en uno de los sofás. Yo subí rápidamente a mi habitación y tomé su regalo, unos segundos después ya estaba de vuelta. Me senté a su lado y en sus manos dejé una caja pequeña.

-¿Qué es esto?-

-Feliz cumpleaños-

-No necesitaba un regalo-

-Claro que si, ábrelo, necesitas urgentemente un buen reloj-

El pelirrojo sonrió para después abrir delicadamente la caja sin dañar el empaque. Tomó el reloj con sus manos y se lo pusó en su muñeca izquierda.

-Lo amo, está muy bello Mack-

-Obviamente, yo lo escogí- me encogí de hombros

-Gracias mi vida-

Ezra me envolvió en sus brazos, yo cerré mis ojos, disfrutando de su abrazo. Segundos después me separé de él.

-Iré a dormir, estoy un poco cansada-

-Está bien-

-Feliz cumpleaños, ojos bonitos-

***

4 de abril. Hoy es el día.

El día que lo pierdo todo. Lo pierdo a él.

El camino a Roma fue demorado, eso de pasar por un océano no es mi cosa favorita, pero no puedo simplemente faltar. En todo momento he tenido a Lily de mi lado y a Henry del otro, ellos son mis rocas. Sin ellos no sé que sería de mi ahora mismo.

En este momento estábamos esperando el tren hacía Florencia, pero también esperábamos a Marvin. Yo le ofrecí ser mi acompañante y él sin dudarlo acepto.

-Mackenzie- escuché una voz masculina

Me di media vuelta y lo encontré sonriéndome. Caminé rápidamente a él y el suizo me envolvió en sus brazos.

-¿Cómo estás?-

-Puedo estar mejor-

Él puso su brazo en mis hombros y a mi lado caminó unos metros para encontrarnos a Lily y Derek, ellos recibieron al suizo con un par de sonrisas.

-Derek, Lily, él es Marvin, el famoso suizo-

-Un gusto conocerte suizo- dijo Lily con una sonrisa en su rostro para luego ofrecerle su mano

Marvin la tomó e hizo lo mismo con Derek.

-Vamos que luego nos deja el tren- interrumpí

Del mismo modo los cuatro caminamos hacía nuestro tren, luego de esperar unos minutos nos subimos a este. El suizo se sentó a mi lado y Lily y Derek se sentaron en los asientos de al lado, con el pasillo separándonos.

-Son tres horas y treinta de viaje, Mackenzie- susurró- descansa un poco-

No podía negarme a descansar, realmente lo necesitaba. El rubio me abrazó y yo acomodé mi cabeza en su pecho.

Un poco antes de las diez de la mañana, ya estábamos en Florencia. Y en una media hora más ya estábamos en el hotel. El hotel es precioso, bueno es un hotel en Italia, no esperaba mucho menos.

-¡Mack!- escuché una voz gritar y de la nada unos brazos me rodearon- te extrañé mucho- susurró El

-Yo también te extrañé-

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora