Capítulo 40

13 0 0
                                    

Una semana sin él

Nunca lo había sentido, nunca lo había vivido. Ya puedo entender a miles de personas, este sentimiento es un asco. Es la primera vez que experimento eso, realmente Luke fue mi "primer novio", pero terminar nuestra relación no me afectó absolutamente nada. Y bueno, aquí estoy tirada en mi cama mirando al techo, sintiendo un vacío en mí, por alguien que ni siquiera llegó a ser mi novio.

Es que es díficil, ¿Cómo nos desenamoramos de alguien? ¿Cómo olvidamos su olor y su risa? ¿Cómo olvidamos sus pequeños detalles? Porque eso es lo que me está destruyendo diariamente, no puedo hacer mi rutina normal sin verlo en todas partes, sin recordar que siempre toma un vaso de agua al despertarse, sin recordar que siempre pone el mismo canal todas las mañanas para no perderse su partido de tennis, sin recordar que justo antes de ducharse se cepilla los dientes porque ama salir perfectamente "fresco" de la ducha. ¿Cómo se olvidan esos pequeños detalles? Porque se me hace imposible continuar si lo veo en todas partes.

Entonces empiezo a imaginar un mundo en el donde nunca nos conocimos, ¿Sería entonces todo más fácil? Porque cada día es aún más díficil, esas personas que dicen que lo peor son los primeros días, mienten, cada día se vuelve más y más díficil. Al principio me aferraba a la esperanza de que volvería, pero después de entender que no lo haría, solo me aferro a la esperanza de que algún día sanaré. 

Pero sé que sin importar todo esto, lo amo y lo amaré de todas formas.

Me levanté con dificultad de la cama, pero tengo que hacerlo. Ya se acabaron mis vacaciones y debo volver al trabajo, además no soy capáz de fallarle al señor Hardford. Después de vestirme bajé a la cocina, donde estaba toda mi familia reunida.

-¿Vas a ir a trabajar?- preguntó Tom

-Sí-

-Pensé que no irías- añadió mi madre

-No puedo fallarle a el señor Hardford-

-Bueno hija, come algo y luego vas- dijo mi padre

-No gracias, no tengo hambre, ya comeré algo en la oficina-

-Yo voy saliendo, yo te llevo-

-Vale-

Me despedí de mis padres y subí al auto de mi hermano.

-Mack, necesito hablar contigo-

-Cuéntame-

-Es algo que me tomó por sorpresa, bueno, no por sorpresa, era algo que podía pasar pero- comenzó a hablar nerviosamente 

-¿Qué pasó Tommy?- lo interrumpí

-Mary está embarazada- soltó

Yo no sabía que decir, esto es algo muy bueno, ambos están un poco jóvenes, pero sé que serán los mejores papás.

-Felicidades hermanito, serás un excelente padre-

-Eso me da miedo, Mack- dijo mirando el camino- claro que jamás dejaría a Mary en esto sola, jamás, solo que me da miedo no ser el padre que ese bebé necesita-

-¿Estás bromeando? Serás el mejor padre de todos Tom, por una semana completa eres el que me ha llevado el desayuno, el almuerzo y la cena todos los días, y él que se ha sentado en silencio a mi lado, y me ha dado su hombro para llorar- dije- eres un excelente hombre, y serás el mejor padre de todos-

-Gracias Mack, enserio necesitaba estás palabras- 

Él tomó mi mano y me dió un apretón para luego sonreír.

-Ya estamos mirando casas, encontramos una, es bella y está cerca de una muy buena escuela-

-Ya me tendrás que llevar-

-Solo si me prometes algo-

-Adelante-

-No dejes que las hermanas de Mary sean las tías favoritas, tú tienes que ser la tía favorita- bromeó con una sonrisa

-¿Lo dudas? Obviamente, ellas ni son competencia- 

Ambos sonreímos. Era la primera vez que realmente sonreía y es porque esto realmente me hace feliz. Mi hermano será padre, y aunque claramente no es algo sencillo, sé que él es perfecto para ese papel, y su hijo o hija será muy amado por todos.

-¿Cuando le dirás a papá y mamá?- pregunté

-En estos días creo, me dan muchos nervios-

-Ya verás que mamá estará encantada con la sorpresa y papá te dará un golpecito en el hombro con una sonrisa-

-Tienes razón-

Minutos después llegué a la oficina, tenía que pasar por donde mi jefe, para avisarle que ya había vuelto y eso hice. Toqué un par de veces su puerta y él dijo que podía pasar.

-Hola Bill- entré fingiendo una sonrisa

-Mack, volviste-

-Si, te traje algo- me acequé a él y en su mesa dejé un pequeño regalo que le compré en Roma

Es una copia del coliseo romano en miniatura.

-Oh, esta muy bello, muchas gracias-

-De nada, bueno, iré a trabajar- nuevamente fingí otra sonrisa

-Mack-

-¿Sí?-

-¿Qué pasa?-

-¿Disculpa?-

-Sé que nada más te conozco de hace unos meses, pero algo te pasa, esta no es mi Mackenzie-

Esa Mackenzie ya no existe, señor Hardford.

-No pasa nada, todo está bien-

-Tus ojos dicen otra cosa, vamos Mack, yo te escribo a las ocho de la noche y ya no contestas porque estás dormida- dijo con una sonrisa mientras se levantaba y caminaba hacía mí- en tus ojos se nota que no haz dormido en días, ¿Qué pasó en Italia?-

Si supiera señor Hardford.

-Sé que soy tu jefe, y probablemente no te sientas muy cómoda contándome, pero Mack, tú te sientes como la hija que nunca tuve, y detesto verte así-

-Es díficil de explicar, Bill-

-¿Es amor, verdad?-

Yo asentí.

-¿Puedo darte un consejo?-

-Por favor-

-Mack, te habla alguien con cuarenta y seis años vividos, muchas veces he sufrido por amor, y sé más que nadie como puede doler, sé que es perder al amor de tu vida y sé más que nadie lo díficil que es- dijo mientras se apoyaba en la mesa y jugaba con sus manos- sé que es extrañar a alguien y sentir como una parte de nosotros se va con esa persona, pero el único consejo que te puedo dar es que le des tiempo. Las heridas del alma trabajan igual que las heridas de tu cuerpo, sanarás aúnque llevarás contigo a todos lados esa cicatriz, solo dale tiempo, ¿Sí?-

-Si señor, lo intentaré-

-Te prometó que las cosas mejorarán, y prontó volveré a ver esa sonrisa-

Yo sonreí, no fue fingido pero tampoco fue por felicidad, solo se sentía bien, pensé que era insignificante para el señor Hardford y resulta que no lo soy, resulta que si se interesa por mi bienestar.

-¿Necesitas un abrazo?- preguntó

Yo asentí y él me enrolló con sus brazos, segundos después se separó.

-Ahora ve a trabajar, ha sido un caos sin ti- me dijo dandome una palmadita en el hombro para luego sentarse en su silla

Yo me despedí y salí de su oficina.

Mientras que acariciaba suavemente la cadena que me dió él, pensé que todo lo que dijo Bill es verdadero, sanaré, pero lo llevaré conmigo a todas partes, y eso realmente no me molesta. Él fue parte de mi vida, una gran parte de mi vida, y aunque él tiró todo a la basura, yo no soy capáz de hacerlo.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora