Capítulo 55

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Menos de un mes después ya me encontraba en el jet de Bill camino a Londres. Despedirme de mi familia fue duro, además porque ellos no me pudieron a compañar en esta travesía. Pero tengo a mis otros padres, Lily y Henry, que están ahora mismo justo al frente mío. Desde lo que pasó con Enzo no se han despegado de mi lado y Bill les ofreció acompañarme, ellos no se negaron, así que estarán conmigo una semana, mientras me adapto. 

La mayoría de mis cosas ya están en la casa de Londres, Bill se encargó personalmente de eso. Él ha hecho un montón de cosas por mi, supongo que se siente mal por las acciones de su hijo. Yo estoy eternamente agradecida con ese señor, él me acogió como su hija y me trata como una, no importa lo que hizo Enzo, mi relación con él jamás cambiará. 

Al llegar a Londres, el Taylor inglés nos trasladó a lo que iba a hacer mi casa. Al llegar noté que era muy parecida a la que tenía Ezra. Todas las casas en Inglaterra son iguales. Entré junto a H y Lily, mientras analizaba todo el lugar, estaba tal y como yo lo había decorado desde la distancia, además del cuadro de la oficina de Bill.

-Bueno, bienvenidos a mi casa- les dije con una sonrisa

-Creo que pasaremos mucho tiempo en Londres, ¿Cierto cielo?-

-Estás en lo correcto, esposa- 

Yo subí al segundo piso, primero entré a la habitación principal, estaba bellisima, se sentía como en casa. Además habían un montón de fotos en las que salía mi familia. Seguí explorando la casa, cosa que me llevo al cuarto de al lado, era una oficina con un librero gigante aunque tenía pocos libros. Me acerqué al notar que había un pequeño sobre, al acercarme lo tomé con mis manos y lo abrí, en letra de Bill decía "Sé cuanto amas los libros, así que por favor llena este librero. Un fuerte abrazo, Bill" además contenía una pequeña tarjeta, la analicé y noté que era de una librería local por casi mil libras. Podría comprar toda la librería con eso. 

-Chicos, no se imaginan lo que acabo de encontrar- dije mientras bajaba las escaleras

-Tu nevera y despensa están llenas como para un año- me interrumpió H

-Bill si que te debe apreciar- añadió Lily

-Me dio mil libras para gastar en libros, ¿Me acompañan a la librería?-

-¿Que te dió qué?-

-Así como lo escuchaste, ¿Me acompañan?-

-Solo si me regalas un libro- respondió Henry

-Si quieres dos- bromeé

Minutos después nos escontrabamos en la librería, ya yo tenía dos bolsas llenas de libros, ya realmente había perdido la cuenta de cuantos había escogido, además deje que Lily y H escogieran algunos. Así que cada uno estaba en un extremo de la inmensa librería.

Estaba caminando por los pasillos, tocando con las llemas de mis dedos casi cada lomo de los libros que veía, hasta que paré en seco. 

Mi corazón iba cada vez más rápido. 

Esto es imposible.

No es cierto.

Es un sueño.

Para probar que no era un sueño tomé el libro con mis dos manos y si, si era real.

"Solo un segundo, Ezra Harding"

Él escribió un libro.

Rompí el plastico rápidamente y llegué a la dedicatoria.

"Darling, todo es para ti, cada palabra, cada frase, cada capítulo.

Espero seguir siendo tus ojos favoritos."

Esto no puede ser real.

-¡Lily, Henry!- grité

Unos segundos después ambos llegaron donde yo estaba.

-¿Qué pasó?- preguntó Lily y yo le di el libro- Solo un segundo, Ezra Harding- leyó en voz alta

-¿Qué es eso?-

-Lee la dedicatoria- le dije 

-Darling, todo es para ti, cada palabra, cada frase, cada capítulo. Espero seguir siendo tus ojos favoritos-

Necesitaba que alguien lo leyera para saber que no estoy teniendo visiones.

-Eso lo escribió...- dijo Henry

-Ezra- respondí- Ezra me escribió un libro. Ezra me escribió un puto libro-

-¿Todo está bien?- preguntó uno de los trabajadores de la librería

-Este libro, ¿Cuanto tiempo lleva aquí?- preguntó Lily

-Oh, es muy bello, lleva unos meses, últimamente se ha vendido a montones, mañana vendrá el autor y ya se han vendido casi todos los boletos. Aún tengo unos cuantos, ¿Desean venir?-

-Si- respondí de inmediato- dame un boleto-

-Mack, ¿Estás segura?- preguntó H

-Si, quiero un boleto-

El trabajador de inmediato me vendió el boleto y yo lo guardé como si fuera la cosa más preciada.

Minutos después ya estaba en casa, les dije a H y Lily que necesitaba estar sola, así que ellos lo entendieron. Me senté en mi cama y abrí el libro. Necesitaba leerlo.

¿Cuanto tiempo se necesita para saber que amarás a una persona toda tu vida? ¿Unos días? ¿Un mes? ¿Un año? ¿Toda una vida? No lo sé, no puedo responder esa pregunta. Pero  yo necesité solo un segundo. Solo un segundo de esos hermosos ojos marrones para saber que la amaría toda mi vida. Solo un segundo para saber que la amaré hasta morir. Solo un segundo para saber que desde ese momento ya no me interesaba nadie más, que nadie se iba a comparar a ella. 

¿Que contiene una historia de amor? ¿Romance? ¿Drama? Esta contiene dolor, ese dolor que te desgarra el alma, ese dolor que te hace cometer locuras, ese dolor que te lleva a lastimarte. Ese sentimiento de insuficiencia, esa ira por no tenerla, ese dolor por perderla. Y esa culpa... esa culpa que te asesina por dentro porque sabes que tú eres el que cometió el error.  

Pero lo peor no es el dolor, no. Lo peor tampoco es la culpa. Lo peor es mirarla ser feliz en los brazos de un extraño. Ese sentimiento de celos, esos celos que te matan, esos celos que te hacen hervir la sangre. Pero tú sabes que no son celos, es pura envidia. Porque tú podías ser esa persona a su lado, solo que lo tenías que dañar como absolutamente todo en tu vida. Tenías que dejar ir la única persona que te demostró una pizca de amor verdadero.

Podría relatar segundo por segundo el momento en el que la ví por primera vez. La vi entrar caminando nerviosamente, con un libro en sus manos. Aún no alzaba su mirada, pero pude notar que era hermosa. Segundos después me miró. En ese segundo lo supe, supe que sus ojos marrones me atraparían de por vida. Esos ojos marrones serían mi carcel y mi libertad.

Cerré el libro rápidamente.

No soy capaz.

Jamás seré capaz de leer este libro. 

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora