Capítulo 37

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Ezra

La miré a los ojos. Sus ojos azules casi que brillaban, pero yo no podía dejar de pensar en esos ojos cafés. Casi como si fuera un reflejo intenté buscarla entre la multitud, pero en vez de encontrarla noté un par de sillas vacías. Se fue, y se fue con él.

-Hoy estamos reunidos todos aquí, para ser testigos de la unión entre Ezra Harding y Blake Hamilton- interrumpió el padre mis pensamientos

No puedo hacerlo. No puedo hacer esto. No puedo simplemente casarme con ella, no puedo fingir que ella es la mujer que deseo a mi lado toda mi vida. Porque no lo es, cuando veo al futuro solo puedo ver a Mackenzie a mi lado, solo es ella.

Siempre ha sido ella.

El padre continuó hablando y yo lo interrumpí.

-Lo siento mucho, Blake- susurré

-¿Qué vas a hacer, Ezra? Por favor no lo hagas-

-No puedo casarme contigo, lo siento mucho- dije y ella negó con la cabeza, como si no creyera lo que estoy diciendo ahora mismo, no la juzgo, yo tampoco sé como estas palabras salen de mi boca- mereces a alguien que te vea como su número uno, y lo intenté Blake, te lo juro que lo intenté, pero cada vez que te miro a los ojos no puedo dejar de pensar en ella-

-Ezra por favor no me hagas esto- susurró y casí se esuchó como una suplica

-Lo intenté, lo juro, lo siento mucho-

-¿Ezra qué está pasando?- me preguntó Henry

Yo volví a mirar donde estaba sentada Mack hace unos minutos, únicamente estaba Lily. Todos los invitados me miraban extrañamente, miré a El y a mi padre, solo me importa la aprobación de ellos.

-Ve por ella- me dijo El con una sonrisa

-Te demoraste mucho en darte cuenta, hijo- añadió mi padre igual de sonriente 

Claro que ellos sabían.

Corrí hacía Lily sin mirar atrás.

-¿Donde está? ¿Donde está Mackenzie?- solté con la respiración agitada

-Ezra-

-Dime por favor-

-Está en la piscina, está con el suizo-

-A la mierda el suizo-

Nuevamente dejando todo atrás corrí lo más rápido que pude hasta llegar a la piscina del hotel. En ese momento no importaba Blake, no importaban los invitados, lo único que importaba era Mackenzie. Al llegar a la piscina la ví con el suizo, él la abrazaba mientras que acariciaba suavemente su brazo.

No toques a mi mujer.

Ella giró su cabeza para mirarlo a los ojos, yo me detuvé unos metros antes, no podía hablar, ni tampoco podía moverme. Mack rodeó su cuello con sus manos, acercandolo a ella.

No Mack.

Por favor no lo hagas.

Él le dió una pequeña sonrisa antes de juntar sus labios.

En ese instanté sentí como mis piernas dejaron de funcionar, caí al suelo arrodillado, derrotado. El momento pasó casi en cámara lenta, escuché a Henry correr hacía mí. Mackenzie aún no notaba mi prescencia. Me levanté como pude y seguí corriendo, esta vez hasta mi habitación, necesitaba estar solo. Al llegar cerré la puerta y me apoyé en ella, me deslicé hasta el suelo, allí abracé mis piernas y no pude evitarlo, lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Tampoco pude evitar pensar en mi madre y en "ese" momento.

-Ezra, pequeño, ¿Qué pasa?- preguntó mi madre al ver mis lagrimas corriendo por mis mejillas

-El ya me dijo todo, me dijo que tú y papi se van a separar- ella se acercó a mi lado y simplemente me abrazó

-Son cosas que pasan, mi pequeña zanahoria-

-¿Ya no amas a papi?-

-Claro que si lo amo, lo amo más que a nadie en el mundo-

-¿Entonces que pasó?-

-Mi vida, aún eres un niño, no entenderías-

-Casi cumplo nueve mami, si lo voy a entender, porfis explícame, porfis-

-Bueno- suspiró para luego acariciar mi cabello- tu papi y yo nos conocimos muy jovenes, luego de un año de estar juntos llegó tu hermana, y un par de años después llegaste tú-

-Eso lo sé mami-

-No te aceleres, mi pequeña zanahoria- negó con la cabeza mientras seguía acariciando mi cabello pelirrojo- cuando nos conocimos éramos jóvenes e inestables, desde que ví a tu padre me enamoré de él, y estoy segura de que Brad sintió lo mismo, pero pequeño, el amor también puede doler, y aunque nos amamos mucho mucho, siempre terminamos lastimando al otro-

-¿Papi te golpeaba?-

-No cariño, claro que no, pero los golpes no únicamente son físicos, ambos nos lastimamos emocionalmente, yo lo amo y él me ama, pero no sabemos estar juntos-

-Pero intentenlo mami-

-Te lo prometo que lo intentamos, solo quiero que sepas que tienes dos padres que se aman y que te aman, que estemos separados no significa que el amor se haya acabado, eso siempre recuerdalo, mi pequeña zanahoria- dijo para después desorganizar mi cabello

Dos años después mi madre murió. Era un pequeño niño, tan solo tenía once años, pero recuerdo cada momento, cada conversación. Ella enfermó, apesar de sus intentos no pudo vencer el cáncer, esa enfermedad la tomó poco a poco, apoderandose de ella. Primero se llevo su cabello, ese precioso cabello naranja lacio, luego su sonrisa, y poco a poco se llevó su cuerpo, pero jamás, jamás, se llevo su alma. Jamás se pudo llevar a mi madre, a esa mujer hermosa de ojos cafés y cabello pelirrojo, esa mujer que amaba con todo su corazón, esa mujer que luchó hasta el final. Ella siempre ha estado a mi lado.

Ahora mismo me pregunto, ¿Seremos Mack y yo una replica de mi padre y mi madre? Sonará estúpida la idea, pero realmente lo pienso. Amo a esa chica más que a nadie del mundo, yo vivo y moriría por ella si tan solo me lo pidiera, y cuando cierro los ojos la encuentro, ni hablar de lo que siento cuando miro sus ojos.

Pero ambos solo hemos lastimado al otro, ella me ha lastimado de mil maneras y yo la he lastimado de muchas más. No quiero terminar como mamá y papá, no quiero esperar a tener dos hijos para darme cuenta que jamás funcionaremos juntos, no podría vivir con eso. 

Ambos solo somos el ancla del otro, esa persona que te imposibilita superar un momento de tu vida, esa persona que te imposibilita seguir adelante. Aunque realmente no sé si pueda, no sé si algún día podré mirar a otra persona y no verla en sus ojos, pero deseo de todo corazón que ella sea capaz de crear recuerdos con unos ojos verdes o azules, quizá unos marrónes que no sean los míos.

Igualmente la amaría de cualquier forma, y sin dudarlo cuidaría de ella, aún si eso significa que debo cuidar de ella desde lejos. Y estoy dispuesto a sacrificarme por ambos, estoy dispuesto a dejarla ir, o en el peor de los casos a obligarla a ir.

Pero aunque probablemente jamás lo sepas Mackenzie, me destrozaría el corazón solo para darte una pequeña pieza a ti.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora