Capítulo 49

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Ezra

La cabeza me dolía y la habitación me daba vueltas. Recordé que ayer estuve hasta la madrugada bebiendo whisky y gracias a eso la resaca me estaba matando. Me levanté en busca de una pastilla, pero lo único que había en mi despensa era latas de cosas que me parecían asquerosas ahora mismo. Tomé mi abrigo y me puse mis zapatos. Salí rápidamente de casa, necesitaba una farmacia. Después de unos minutos caminando la encontré, compré una docena de pastillas para la resaca y volví a casa. Busqué por todos lados alguna botella de agua pero no encontré, entonces saqué otra botella de whisky y con eso me tomé la pastilla. Probablemente no sirva, pero ya no interesa, si la pastilla no me quita la resaca el whisky si que lo hará.

Me quité los zapatos y luego el abrigo, me senté en el sofá con la botella en mis manos, y estuve minutos mirando la pared. Solo mirando la pared. Ya era un hábito para mi, quedarme en completo silencio por horas. Eso es lo que merezco, no merezco nada más. Solo mi completa soledad. 

Noté que mi telefono sonó y era un mensaje de mi psicóloga. Lo ignnoré y volví a quedarme en silencio. Eloise por meses me rogó para que fuera al psicólogo, cosa que me pareció completamente absurda, no necesito un psicólogo. Lo único que necesito es a ella, pero ya es tarde. Simplemente fuí a la psicóloga para complacer a mi hermana, actualmente llevo tres meses yendo pero no me ha funcionado, si es que se supone que debería. 

Tomé mi computador y seguí haciendo la "tarea" que me pidió mi psicóloga. Ella decía que para mi hablar es muy complicado, pero escribir no, entonces que escribiera todo lo que sentía. Y ahora eso se convirtió en un documento con 60 páginas. Después de estar un par de horas escribiendo, dejé mi computador a un lado. Estuve otro rato viendo mi celular, hasta que me detuve en el número de telefono de ella. Siempre he deseado marcarle, solo me gustaría escuchar su voz una última vez. 

Sin querer presioné la teclar de marcar. Entré en una pequeña crisis pero recordé que ella no tiene mi nuevo número, no sabrá que soy yo.

-¿Sí?- 

Escuché su voz.

Mi respiración se comenzó a hacer más y más rápida.

-¿Quien es?- escuché una voz preguntarle, era una voz masculina, pero niguna que yo reconociera, no era Tom, ni Henry, ni su padre

-Deja de comerte mis fresas, Enzo Hardford- le respondió 

Su voz es preciosa, es una de las cosas que más extraño de ella.

Entonces si es un hombre. Enzo Hardford, ¿Quien es Enzo Hardford? Probablemente un amigo. 

Hardford...

Hardford es el apellido de su jefe.

Puede que sea el hijo y ellos nada más sean amigos. 

Ahora me encontraba rezando para que fuera un amigo.

-Creo que mejor apodo sería novio- le respondió el hombre

Mierda.

Es su novio.

Ella ya tiene un novio.

Mi respiración ya estaba a mil, creo que estoy a nada de tener un ataque de pánico.

-¿Quien es?- preguntó ella nuevamente

-Debe ser un niño jugando, bonita. Solo cuelga o me como tus fresas- le respondió su novio

-¿Por eso es que tus labios saben a fresa?- 

Después de decir eso entre risas, ella colgó la llamada.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora