Siempre fuiste tú

Capítulo 58

Un tiempo después la habitación estaba en completo silencio. Yo estaba acostada en el pecho de Ezra mientras el acariciaba suavemente mi espalda. Intenté levantarme pero él me detuvo.

-Quédate- susurró

-Solo iré a tomar una ducha, pelirrojo-

-Dame solo un par de minutos más, por favor-

Yo asentí y estuve unos minutos más a su lado. Luego de tomar una ducha volví a la cama, él también tomó una en otro de los baños, así que se me unió unos minutos después.

-Creo que ya es hora de que me vaya a casa- dijo mientras entraba a la habitación

-¿De que hablas? ¿No te quedarás a dormir?-

-¿Quieres que me quede a dormir?-

-Pensé que ya lo ibas a hacer. Si no quieres no lo hagas-

-Por favor darling, claro que quiero-

Ezra levantó la sabana y se acurrucó a mi lado. Yo me acomodé de medio lado y él me abrazó, no antes de darme un pequeño beso en la frente.

Nunca en mi vida había dormido tan cómoda. Jamás.

A la mañana siguiente me levanté y seguíamos en la misma posición, solo que esta vez Ezra se aferraba a mi mucho más fuerte. Intenté moverme sin levantarlo pero fallé en el intento.

-Buenos días, darling-

Su voz en la mañana es lo mejor de este mundo y el otro.

-Hola pelirrojo- lo saludé para después quitar un par de cabellos de su rostro

Él me tomó desprevenida y juntó nuestros labios.

-Estos sí que son buenos días- bromeó- ahora te haré desayuno, vamos-

Minutos más tarde estabamos en la cocina, Ezra cocinaba unos cuantos huevos mientras que yo simplemente lo miraba hacerlo, ya que él no aceptó mi ayuda.

Me quedé simplemente observándolo, como el cabello caía en su rostro, sus pecas regadas por toda su cara, sus labios casi rosados, su torso desnudo. Él es el hombre más bello de todos.

-¿Qué pasó?- me preguntó

-¿Qué?-

-¿Qué pasó? ¿Por qué me miras así?-

-No pasó nada, pelirrojo- respondí mientras me levantaba de la silla e iba por algo de jugo de naranja- ¿Quieres jugo?-

-Por favor-

Yo tomé dos vasos, la botella de jugo de naranja y me dispuse a llenarlos. De la nada sentí como los brazos de Ezra rodeaban mi cintura, y como pegaba su torso desnudo a mi espalda. Segundos después acomodó su cabeza en mi cuello para darme pequeños besos en esa área.

Yo me giré para poder quedar justo al frente de él. Acomodé mis brazos en su cuello y lo acerqué a mi para poder besarlo.

Tenía razón, estos sí que son buenos días.

-Buenos d- dijo Henry dejando las palabras a la mitad

-Hola- añadió Lily

Yo me separé rápidamente de Ezra, y noté como mis mejillas se sonrojaban.

-Lily, Henry, hola- los saludó Ezra- iré rápidamente por una camisa, ya vuelvo-

Ezra desapareció rápidamente y noté como Henry y Lily me miraban buscando una explicación.

-Buenos días chicos- los saludé con una sonrisa nerviosa

-¿No nos tienes nada que decir?- preguntó Lily