Capítulo 46

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Me senté en una de las sillas de la barra de la cocina y fingí estar en mi celular.

-Hola bonita- me saludó Enzo mientras entraba a la cocina

-Hola-

-¿Puedo hablar contigo un segundo?- preguntó

-Claro- asentí dejando mi celular a un lado, mientras que él se sentaba justo en la silla de al lado

-No sé realmentecomo empezar a decir esto, pero... lo siento por besarte-

-¿De verdad lo sientes? ¿Te arrepientes?-

-Sinceramente no-

-¿Entonces por qué te disculpas?-

-Por si te hice sentir incómoda-

-Créme, si lo hubieras hecho ya lo sabrías, no tienes que disculparte-

-¿Entonces, lo puedo hacer de nuevo?- preguntó ladeando su cabeza

-Nada más tienes que pedir permiso- bromeé

-Vale, siempre pediré permiso, lo prometo- asintió como si fuera lo más obvio- emmm, Clark... ¿Te puedo besar?-

-No, lo siento mucho, para la próxima-

-Está bien- se encogió de hombros con una sonrisa

Esta vez fuí yo la que me acerqué rápidamente a él y junté nuestros labios. Él aún seguía sentado así que con sus dos manos tomó mi cintura pegandome a él, mientras yo pasaba mis manos desde su cabello a su pecho.

-Realmente sabes a fresa- dije cuando nos separamos, aún estabamos a centimetros del otro- ¿Cuál es el secreto?-

-No se, bésame de nuevo para ver si lo encuentras- bromeó

-Que irrespetuoso eres- le dí un pequeño golpecito en el pecho, fingiendo estar ofendida

-Irrespetuosa usted, señorita Clark, que me besa sin pedir permiso- se unió a mi juego

-Lo siento, no pasará de nuevo-

-¿Lo del permiso?-

-Lo del beso- me di media vuelta pero antes de que pudiera hacerlo Enzo me detuvo, tomando mi brazo 

Enzo me juntó a él lo más posible.

-No puedes resistirte a mis besos- susurró en mis labios

-Se sorprendería si supiera lo fuerte que es mi moral, señor Hardford-

-Eso me huele a reto, señorita Clark-

-Reto aceptado- 

-Vale- dijo Enzo ofreciendome su mano y yo la tomé para después estrecharla

-¿Desayunamos?-

-Está bien, hice café para los dos-

-Lo siento mucho Fordy, yo no tomo café-

-No te preocupes, no tienes porqué disculparte, ¿Te gustan los croissant?-

-Sip-

-¿Y las fresas?-

-También-

-Vale, esperame un segundo-

-¿En que te puedo ayudar?-

-En nada, quedate ahí-

Unos minutos después, Enzo puso justo enfrente mío un plato con un croissant y unas cuanas fresas picadas, además lo acompañó con jugo de naranja.

-Muchas gracias, Fordy- dije mientras él se sentaba a mi lado a comer casi lo mismo, a diferencia de que si desayuno incluía café

Después de desayunar y arreglar un poco el desorden que teníamos a Enzo se le ocurrió ir a la plaza del pueblo y yo no me negué. Salimos al garaje  y subimos a su auto. Después de unos veinte minutos de recorrido llegamos al pueblo, este parecía sacado de una película de romance francesa, literalmente.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora