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Jay seguía caminando agarrando del brazo de Heeseung, seguidos de Jake y Sunghoon, preocupados.

-¿Podrías detenerte y decirnos que sucede Jay?

Se detuvo.

Volteó a mirar a sus amigos, no sabía cómo hablar, simplemente su mente no estaba ahí.

Pasaron los minutos, hasta que Jay pareció capaz de poder formular una oración.

-Terminamos.

Los otros tres lo miraron sorprendidos y Jay comenzó a contarles todo.

-Y entonces, el me dijo que no le llamara "pequeño sol", que lo nuestro no parecía ir a ningún lado-. Tomó una pausa y prosiguió. -Le pregunté a qué se refería, me dijo que simplemente nuestra relación no funcionaba, le pregunté si eso significaba que quería terminar y él asintió.

-Pero, le pediste que no se fuera ¿Cierto?

-¿Por qué le preguntaría eso Jake? Si él ya me ha dicho que es lo que quiere.

-Perdón, pero la razón por la que cortaron es algo tan ridículo que...

Jake se detuvo, puesto que Sunghoon le apretaba un poco el brazo y negaba con la cabeza. Volteó su vista a Jay, quién ahora abrazaba a Heeseung y lloraba ocultando su rostro en el cuello del mayor. Heeseung sólo correspondía al abrazo y acariciaba su cabeza, sin decir alguna cosa.

Se fueron a la casa del mayor, en ese estado, volver a su propia casa no era opción para Jay.

La señora Lee los recibió con una gran sonrisa, abrazo y beso a cada uno de los chicos. Ella los amaba como si fueran sus propios hijos y en cuanto vió que Jay había llorado, no dudó ni un segundo en ir a él y consolarlo. La amabilidad de la madre de Heeseung siempre hizo que Jay se sintiera querido y apreciado, todo lo que en su propio hogar nunca recibió.

Los cuatro se quedaron ahí, acomodando la habitación de Heeseung para poder quedarse esa noche.

Heeseung siempre era el último en quedarse dormido y esa vez no fué la excepción. Sus pensamientos iban de aquí para allá, tenía muchas cosas en mente y tal vez sus planes se verían un poco afectados por lo que acababa de pasar.

Sus ojos se estaban cerrando cuando sintió como alguien se movía entre las sábanas y lo abrazaba.

Como cuando eran pequeños, Heeseung tenía en sus brazos a Jay. Se dió la vuelta para mejor comodidad y su contrario se acomodó en su pecho, soltando algunos sollozos; él apoyó su mentón en su cabeza y esperó a que Jay se calmara.

"Hyung, me da miedo la oscuridad".

Heeseung soltó una pequeña risa al recordar al pequeño Jay. Se dió cuenta de lo que tenía que hacer, pero debía esperar a que todo se relajara.

Abrazó a Jay con más fuerza y se quedó dormido a su lado.

[...]

En cuanto a Sunoo las cosas no eran tan diferentes.

Sus dos amigos se quedaron a su lado, lo acompañaron a casa y en el camino le compraron su helado favorito.

Una vez que llegaron, la madre de Sunoo los recibió con mucha alegría, pero al ver a su hijo llorando lo abrazó sin dudarlo.

Todos se sentaron en la mesa de la cocina, esperando a que Sunoo les contara lo sucedido.

Tomando el bote de helado y comenzando a comerlo, él les contó.

Sacó todo, desde las dudas que tenía cuando se hizo pareja de Jay y el cómo le había hecho sentir la relación que Jay tenía con Heeseung; lo mal que le había hecho el que Jay malinterpretara sus palabras cuando vió a su mamá la primera vez y, lo más importante de todo.

El cómo se había sentido el día que vió a Jay discutir con su madre.

Habló de lo mal que se sintió al ver a Jay tan enojado, lo mal que se sintió al verlo discutir de esa forma. Lo horrible que se sintió cuando la madre de Jay lo miró enojado, cuando ella le dijo a Jay que no debía perder el tiempo con él y que mejor continuara estudiando.

Todo aquello lo hacía sentir culpable, culpable de que tal vez la señora Park tenía razón y él solo era una distracción para Jay.

Había podido hacer caso omiso a los comentarios negativos en la escuela, porque eran los que menos importaban y no tenían fuerza o validez alguna para él. Pero las palabras de la madre de la persona que amaba si que eran importantes y era por eso, que le habían afectado tanto.

Así como recibió la respuesta de Jungwon y Ni-ki, la de su madre llegó a sus oídos.

-Los problemas familiares de Jay no deberían ser tuyos. Puedes apoyarlo y brindarle consuelo, pero no debes tomarlos como tuyos, porque no lo son. De igual forma, como te lo dijeron Won y Ni-ki, debiste hablarlo con Jay bien antes de tomar una desición tan precipitada, porque mírate ahora, solo te has hecho daño y también a Jay.

Se acercó a Sunoo, abrazándolo mientras él seguía llorando comiendo su helado.

-No soy la mejor dando consejos mi corazón, pero sé que las relaciones no son fáciles, requieren mucho esfuerzo y sobretodo confianza para llevarlas por buen camino. Incluso, la opinión de  la madre de Jay queda obsoleta en estas situaciones y no deberías hacer caso, porque al final de cuentas, se trata de Jay y de ti, no de ella, no de mí incluso.

Separándose un poco de Sunoo, su madre tomó su rostro entre sus manos y limpió sus lágrimas.

-Espera un tiempo, razona y piensa las cosas. Despeja tu mente, espera a que los exámenes de Jay pasen y después hablas con él, será lo mejor, al menos por ahora y hasta que las aguas se calmen.

-¿Y si me deja de amar? ¿Si le dejo de gustar?

-Por favor Sunoo-. Esta vez fué Ni-ki quién habló. -Jay te ama, te adora, ¿No has visto como le brillan los ojos cuando te ve? Está enamorado de ti.

La noche llegó, Jungwon y Ni-ki no podían quedarse, así que en cuanto Seohyun llegó, su madre le pidió que los llevara a casa.

Sunoo acabó con todo su helado y se bañó, poniéndose la pijama, fué a su habitación por un pequeño gatito negro de peluche y fué enseguida a la habitación de su madre.

Se metió en su cama y esperó a que ella se fuera a dormir. Abrazó a su lindo peluche y miró al techo, pensativo, hasta que su mamá llegó, se acostó a su lado y lo abrazó. Le cantó hasta que su pequeño Sunoo pudo conciliar el sueño.

We'll be together? [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora