Seguíamos inmersos en el beso y pronto me despojó de la blusa, recorrió mi torso con besos desesperados y expertas caricias. Yo correspondía bajo su camisa, recorría su espalda y hundía mis uñas en su piel, le quité la molesta camisa y nos detuvimos un instante para vernos a los ojos e intercambiar una pequeña sonrisa.
Se incorporó nuevamente y mientras me besaba el cuello, me quitó el sostén y este cayó al suelo para evidenciar la excitada situación de mis pezones, los cuales apretó intensamente entre sus dedos, se acercó a besarlos, el primer suspiro fué liberado por mi boca y él continuo esta placentera actividad un par de minutos más.
Después comenzó a recorrer con la lengua la distancia de piel que hay entre estos y mi ombligo, se levantó y comenzó a deslizar mi falda hacia abajo, me quitó los zapatos y comenzó a recorrer con besos mis piernas hasta llegar a la unión de ellas. Colocó su rostro sobre mi entrada que ya vibraba de placer por cualquier roce y sonrío con malicia.
Me despojó de la ropa interior que aún cubría esa zona y comenzó a recorrerme con la lengua, se coloco sobre mi clítoris y lo comenzó a succionar con malicia mientras sus manos buscaban nuevamente mis pechos, fué un huracán de placer que invadió mi ser, yo solo gemía temblaba y me retorcía de éxtasis. Continuó así hasta que supe que era momento de corresponder su afecto.
Lo alejé con mis manos y me levanté, él me siguió y se paro junto a mí, lo besé, mis manos llegaron hasta su pantalón que no escondía lo interesado que estaba por liberar lo que en el contenía. Mis manos rozaron su ya muy erecto miembro y lo recosté en la cama. Fuí quitando capa a capa la ropa que me separaba de aquello, al bajar el ajustado bóxer, dejó ver el ya erecto miembro a su máxima expresión frente a mí, me contuve un momento desnudándolo por completo.
Comencé a besar su pene, él cerro un poco sus ojos y se acomodó un poco más. Yo comencé a lamer, poco a poco fué entrando a mi boca, inundándome de él, su rostro era de absoluto placer, yo me esmeraba, me encantaba la idea de hacer gozar al hombre frente a mí.
Pasaron muy excitantes minutos, sus gemidos encendían mas mi ser y sus manos buscaban mi pecho para demostrarme la gratitud que sentía a tan entregado trabajo.
Me tomó del cuello y me levantó hasta su rostro, me besó nuevamente por unos minutos y me volvió a colocar en la cama.
Me masturbó con sus dedos mientras buscaba algo en uno de los cajones de la mesita de noche, se detuvo un momento para abrir aquello y después lo ví ponerse un preservativo, de nuevo se acomodó sobre mí, para comenzar a introducir su miembro lentamente por mi entrada. Yo suspiré, enterré mis uñas en su espalda y gemí.
Lentamente, comenzó a moverse poco a poco, despacio y cada vez más a prisa. Me miraba a los ojos y me besaba, yo sentía como cada vez su pene se introducía mas profundo, gemí, su rostro también reflejaba el absoluto placer que sentía y sus gemidos se hacían cada vez más intensos. -Eso es preciosa, gime para mí-, me dice con una voz profunda.
En un movimiento, lo empujé y lo besé, quedando ahora sobre él. Se sentó y después me senté sobre sus piernas y me atiné a introducirlo yo misma, a mi ya insaciable zona. Esta vez yo tenía el control, saltaba de manera constante y movía la cadera de un lado al otro para sentirlo entre mis piernas. Lo besaba y él buscaba con sus manos mi clítoris y con círculos suaves y después mas rudos aumentaba mi placer a un nivel ya casi inimaginable, sabía que el clímax se acercaba, -Me encanta sentirte, solo para mí-, decía y atacó mi cuello con sus labios, lengua, incluso dientes.
Me abrazó fuerte por la cintura, nunca sacó su ser de mí, así me volteó, quedando nuevamente sobre mí, me recostó, comenzó a moverse de una gloriosa manera, el final se acercaba y él me miraba todo el tiempo a los ojos y gemía de forma espectacular, -Me encanta escucharte gemir por mí causa-, mi placer estaba desbordando y mis gemidos eran autenticas señales de alerta, -Así, grita mi nombre-, y continúo con las embestidas hasta que llegó mi final, la serie de orgasmos no paraban.
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𝓓𝓸𝓼 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓾𝓷𝓪
FanfictionJuni mantiene un perfil bajo en la oficina. Es la típica chica inteligente que es buena en todo. Ella tiene un novio, Jin, pero este esconde un secreto que Juni sabe muy bien. Su "novio" mantiene una relación en secreto con su mejor amigo, y ella s...