QUINCE

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ETHAN

Dios, me encanta...

Me flipa todo de ella, su sonrisa, sus ojos, esos preciosos ojos que te atrapan nada más mirarlos, su boca, esos labios gruesos que cada vez que los miro me tientan a morderlos.

Me encanta todo, desde el momento en el que cruzamos miradas en la cocina, no sé qué pasó pero en ese momento me di cuenta de que no podría separarme de su lado nunca más.

Ahora, que la tengo delante bailando y pasándoselo bien con las chicas me doy cuenta de ello, de que esta chica me va a llevar por el camino de la locura y la verdad es que no me importa.

-Ethan tío –me da en el pecho Thiago –Deja de comértela con la mirada y acércate a ella.

-Cállate anda, que eres tú el que pierde los estribos por Gina –me sonrío – ¿Te está gustando?

-Sois lo mejor, no me esperaba todo este tinglao que habéis montado.

-Te llama Gina –señalo a la pista en dirección a las chicas.

Me quedo solo en la barra y la miro, no puedo dejar de hacerlo. Atenas se gira y me sonríe, muchas veces no sé qué es lo que quiere de mí pero me da igual.

Me toco la pulsera que me ha regalado y la miro, me parece un detalle increíble, las pulseras para mi tienen mucho significado, casi todas las que tengo son de mi madre, cuando va a las sesiones de la quimioterapia hace pulseras y cuando las acaba me las regala para que la tenga presenta siempre, pase lo que pase y eso siento ahora con Atenas, la voy a tener siempre presente pase lo que pase entre nosotros.

Son casi las seis de la mañana y las chicas tienen un pedo increíble, llevamos a Gina y Tesa hasta el piso de Thiago y Adriano para no ir hasta el metro y a su casa, mejor se quedan a dormir con nosotros.

Atenas viene conmigo, mi habitación es un poco grande así que yo puedo dormir en el suelo y ella en mi cama.

-Atenas, shhh –le tapo la boca para que se calle –habla más bajo que vamos a despertar a todo el mundo.

-Me gustan tus ojos –susurra contra mi cuello buscando mis ojos para tocarlos.

-Y a mí los tuyos, pero ahora cállate.

La cojo y me la pongo en el hombro para poder ir más rápido.

-Yujuu, estoy en una atracción de repente –me toca el culo con un dedo mientras subo las escaleras –que culito más duro eh Ethan.

-Atenas, habla más bajo o te bajo y subes tu sola –la amenazo, aun que no la voy a bajar ni de coña.

-Vale vale, ya me callo –susurra riéndose.

Cuando llegamos a mi habitación la bajo y la siento en mi cama, la quito el vestido para dejarla un chándal mío y que esté más cómoda.

-No me mires las tetas que te veo –dice mientras intenta ponerse la sudadera.

-No miro nada tranquila.

La ayudo a vestirse mientras miro a un punto fijo en la pared, la doy un vaso de agua y la pregunto si quiere vomitar.

-Todo bien - levanta el pulgar y me lo enseña.

La ayudo a acomodarse en la cama y busco alguna manta y un cojín para mí.

-Ethan –me llama y la miro.

-¿Si?

-Duerme conmigo por favor –separa el edredón dejándome un hueco.

-No Atenas, descansa anda –vuelvo a taparla pero ella se destapa de nuevo.

-Por favor –pone pucheros y menea las pestañas repetidamente, esta chica hace conmigo lo que quiere.

Todo lo que quede de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora