VEINTICUATRO

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-Entonces, ¿nos estás diciendo que te has pillado por el tío que conociste de fiesta que al principio te caía mal?

-No del todo –miro a mis tías que ambas me miran expectantes –No me he pillado de él, simplemente hay atracción sexual por ambas partes, nos hemos besado un par de veces y poco más.

-Y poco más no Atenas, que te regaló por tu cumpleaños entradas para el concierto de tu grupo de música favorito, eso no lo hace una persona que simplemente siente por ti una atracción y mucho menos sexual, si tiene ganas de follarte te lo dice y si compartís ideas al lio no estás cursilerías –sentencia mi tía Lorena causando la risa de mi tía Lucía por su brusquedad.

-¡Oye! –la golpeo en la pierna causando su risa y la mía –No es eso, nos gustamos, pues sí, pero como para no hacerlo, ¿le habéis visto? Me gusta y me atrae pero hasta ahí.

-No, no le hemos visto, trae pa'ca el móvil con una foto suya –me quita el móvil mi tía Lucía antes de poder cogerlo yo.

-¡TATA! Dame el móvil que te conozco –suplico avergonzada.

Me da el móvil y busco en su instagram su foto más favorecida aunque realmente no hay que buscar mucho ya que en todas sale de maravilla el muy cabrón.

-Este es –les tiendo el móvil.

Ambas lo miran con atención y segundos más tarde mi tía Lorena suelta un ruido extraño que deduzco que es de forma aprobatoria.

Dejan el móvil en la mesa y me miran, sin emitir ni un ápice de voz y mirándome fijamente, vale, me están poniendo muy pero que muy nerviosa.

-¿Qué? ¿No decís nada?

-Hasta las trancas mi niña, hasta las trancas –afirma mi tía Lorena tras unos segundos más en silencio mientras mi tía Lucía asiente por detrás dándole la razón.

-¿Hasta las trancas qué? –pregunto sin entender nada.

-Que te vas a pillar hasta las trancas –dice mi tía Lucía dándome las manos y tras ella mi tía Lorena que segundos antes se han mirado cómplices.

-Eh, pero que no pasa nada, no te asustes que veo tu cara, es lo normal y más viendo a este chico como está y soy lesbiana –comenta mi tía Lorena mientras el miedo empieza a brotar en mi interior, me da un poco de miedo todo esto.

-No pongas esa cara Atenas, te conocemos y sabemos que cuando empieces a darte cuenta de lo que sientes, porque ahora no lo quieres ver, te cagarás de miedo, te cagarás de miedo porque sentirás que no mereces a nadie de su calibre, porque creerás que no eres suficiente y todo por culpa de ese mamón pero no te hagas eso por favor, no te limites a querer ni mucho menos a que te quieran porque eres la persona más maravillosa e increíble que he conocido en mi vida, porque eres guapísima y estas buenísima, ¿me has entendido? –mi tía Lorena le limpia las lágrimas que le van cayendo a mi tía mientras habla.

No quiero que llore y mucho menos por mí, pero saben lo mucho que sufrí en su día por culpa de Marcos, ellas estuvieron día tras día conmigo a la hora de dormir, ayudándome a hacerlo mientras no podía casi respirar a causa de las lágrimas, que no me quedaba dormida si no era gracias a sus caricias constantes. Se tiraron en mi piso junto a Tesa casi un mes y medio ayudándome a salir de ese hoyo en el que estaba.

No me he dado cuenta de que yo también lloraba hasta que las lágrimas han empezado a caerme a las manos que tenemos apoyadas en mi regazo, las miro a ambas y las abrazo, no sé qué haría sin ellas.

-Os quiero tatas – digo entre sollozos notando las lágrimas de ambas en mis hombros mientras me acarician la espalda.

-Y nosotras tata, y nosotras... -dicen al unísono.

Todo lo que quede de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora