Capítulo 61

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Al cabo de un rato, la mayoría de los nobles de alto rango que le saludaban se retiraron finalmente.

Ariel tiró ligeramente del cuello de Luciano.

- Luciano, ¿no te gustó que te saludaran?

- ¿Por qué?

- Simplemente, lo parece.

- Porque es molesto.

- Entonces podrías haber usado tu aura para que no pudieran acercarse en absoluto como Sir Matías, pero...

Luciano se apoyó tranquilamente en la pared y sus ojos se iluminaron.

- Quiero luchar en una posición ventajosa. Así que les muestro* que estás bajo mi protección. Como una especie de amenaza.

(t/n: esto tenía un doble sentido. Podría estar refiriéndose al príncipe heredero, pero también podría referirse a los otros nobles. O ambas cosas, pero Ariel sólo pensó que era para los nobles)

'Huh... ¿así que hizo esto por mí?'

Ariel estaba un poco confundida.

Por cierto, no fue fácil adaptarse al aspecto de Luciano, quizá porque hacía mucho tiempo que no lo veía.

Ariel trató de no mirar demasiado su rostro, que tiene una mirada de superioridad.

Mientras le echaba una mirada, se dio cuenta. Que no llevaba corbata.

- Luciano, no llevas corbata.

'¿Pero por qué nadie se dio cuenta hasta ahora?'

'¿Nadie se dio cuenta porque todo el mundo estaba mirando su cara?'

Mirándolo bien, no es que no tuviera corbata, sino que estaba metida en el bolsillo del pecho, delante del abrigo.

- Tienes que llevar corbata.

Luciano inclinó la cabeza hacia atrás como si no le molestara.

- No importa si no lo llevo. Si no lo llevo, se convertirá en costumbre.

- Sin embargo... no me gusta que sea una costumbre.

'Un hombre con corbata parece más cool'.

Cuando Ariel murmuró en silencio, el rostro de Luciano se arrugó.

Era tan irreal que incluso su rostro fruncido era impresionantemente bello.

Finalmente, gruñó y habló.

- ...Fine.

La cara de Ariel se iluminó.

Luciano añadió condiciones con su voz aguda.

- Sin embargo, tienes que atarlo tú mismo...

'¡Qué maldad!'

'¡Sabes bien que no puedo hacer un nudo de corbatas!'

Ariel apretó sus pequeños puños con resentimiento.

Luciano levantó la punta de sus labios rojos.

- Por supuesto, no sabes atar.

- Ack... dámelo.

Ariel se puso de puntillas con todas sus fuerzas y sacó la corbata metida en el bolsillo delantero de Luciano.

'Si hubiera sabido que esto iba a pasar, le habría preguntado a la marquesa Lancel por adelantado'.

Se arrepiente de no haber aprendido a atar una corbata.

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