Cecil estaba profundamente agradecida por Ariel y Diana, que no pedían esas cosas como ellos.
'Quiero ser una persona que no los avergüence a vosotras dos'.
Por eso Cecil se esforzaba cada día.
*****
Los dos llegaron por fin a la tienda de armas y entraron.
Las paredes de la tienda estaban llenas de armas terribles, como hachas, espadas y mazas.
- Bienvenido.
Les recibió un rudo tendero que llevaba un garfio como sustituto del brazo que le faltaba.
Ariel habló con la voz más madura que pudo reunir.
- Buscamos una espada de práctica para una Joven Dama.
- Déjame ayudarte.
Inesperadamente, el tendero les ayudó amablemente a elegir una espada.
Cecil, a quien le gustan las espadas, perdió completamente la cabeza y se sumergió en su explicación.
Sin embargo, Ariel se sintió aliviada al ver que sus ojos seguían siendo cautelosos.
Cecil se disculpó con ella al cabo de un rato.
- Ariel, creo que va a llevar mucho tiempo. No es educado hacerte esperar....
Ariel dijo que estaba bien, pero Cecil aún parecía preocupada.
Por fin, Ariel se rio y se rindió.
- De acuerdo. Entonces iré al lugar donde debo comprarle un regalo a Diana por ahora. Tómate tu tiempo.
Ariel salió de la tienda solo con Héctor y Ralph, poniendo a los otros guardias que había sacado junto a Cecil.
Ningún lugar fuera de la mansión La Carte es tan bonito y lujoso como esta. Aun así, se sentía bien paseando porque hacía mucho tiempo que no salía a la calle.
Fue cuando se alejaba de la tienda de armas...
- Lady Ariel.
Alguien apareció ante Ariel.
Al mismo tiempo, Héctor y Ralph juntaron sus espadas y bloquearon a Ariel en un instante.
Un sonido agudo resonó cuando las dos espadas chocaron.
Sucedió tan deprisa que Ariel contempló la situación totalmente confusa.
El hombre que apareció ante Ariel se quitó el sombrero y la saludó cortésmente.
- Creo que te he sorprendido.
El cabello rubio dorado que se ocultaba bajo el sombrero se reveló.
- ¿Lord León....?
- Te acordaste.
No parecía ofendido en absoluto, a pesar de haber sido interrumpido por los guardias.
Ariel se apresuró hacia Héctor y Ralph.
- No pasa nada. Le conozco.
Los dos maestros de la espada desenvainaron lentamente sus espadas.
Ariel se dirigió formalmente al chico rubio.
- Perdonadme. Es poco frecuente que me encuentre con alguien que conozco.
- No. Es culpa mía por aparecer de la nada.
Dietrich respondió con una sonrisa amable y brillante. Su cegadora sonrisa, unida a su brillante pelo rubio al sol, desprendía una sensación de santidad.
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LPDGD
FantasyTítulo: La Pequeña Dama del Gran Duque Genero: Drama, Fantasia, Romance, Shoujo, Sobrenatural Sinopsis: "Esta perra no es mi hija." Ariel nació en la familia del Marqués, pero fue abusada y abandonada por ellos. Terminó con una muerte miserable llen...