Capitulo 12

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Por ti mi corazón está abierto y mis ojos están hinchados y es casi imposible poder ver y mi mente está en las nubes pero tu voz suena muy fuerte. Sólo cigarrillos tengo para respirar. El sol seguirá su camino ¿Lo sientess? Y mi sombra se desvanece para siempre. Nadie nos puede controlar, siempre terminamos separados. Es una gran día para despedirse y está bien porque no estaré mal. Estoy en el lugar de otra persona pero no importa llevate los recuerdos y estaré mejor, dispara un misil hacia el cielo, piensa en nosotros y que vuele. Es un gran día Para despedirse.- Great Day / Tokio Hotel


—Por favor, hablemos Lou, no podemos dejarlo así —Pidió el rizado, comenzando a sentirse impotente, Louis no detenía su paso, a lo que Harry dio rápidamente dos pasos al frente y tomó a los Louis del brazo, haciéndolo girar para que le mirase. Este se giró sobre sus talones y le observó con el ceño fruncido y de un movimiento brusco, se zafó del agarre del rizado, cruzándose de brazos.

—¿Y qué vas a decirme? Ya lo has dicho todo, estabas con tu novia y por eso te haz olvidado de mí— Sus palabras ni sus ojos dejaban ver sus sentimientos, era como si de pronto Louis hubiera construido un muro entre ambos.

Harry bajó la mirada... Estaba en silencio, lo que había dicho Lou era verdad, sabía que no podía dejar todo como ahora estaba, quería hacerle saber a Lou la importancia que tenía para él. Pero las palabras simplemente no formaban la frase correcta.

—¡NO SOY TU PUTO JUGUETE!— Gritó, quería hacerle saber al rizado que lo había lastimado, se sentía triste.

— No, No lo eres, Lou— Harry trató de acercarse pero Louis se alejo rápidamente - Eres lo mejor que me ha pasado. — Dijo apresuradamente.

— ¿por qué no me dijiste que tenías novia? ¡yo no quiero ser tu segunda opción!

—No lo eres, Lou —Dijo con desespero en la voz.— Déjame hablar.

— ¡Qué no! ¡Qué te vayas, que no quiero verte!— Gritó y volvió a darle la espalda, echando a andar. Harry no se lo impidió, sabía que ambos necesitaban pensar y no hablar enojados pues sólo podían empeorar las cosas si es que se podía. 

No había escusa...

(...)

Louis cerró de un portazo en cuanto entró a su choza dejando afuera a la ninfa que trataba de adivinar el humor de Lou, estaba muy molesto con Harry y quería estar solo, no quería dar explicaciones a nadie y mucho menos si era por simple cotilleo. La madera de la choza crujía a cada paso que daba, las luces estaban apagadas y la chimenea calentaba la pequeña casita, ya que esta, siendo un árbol, era bastante fría.

Caminó y se tiró sobre la cama, quería olvidarse de lo ocurrido esa mañana, quería borrar los malos recuerdos y sobre todo quería callar  las voces de su cabeza que le repetían una y otra vez que Harry realmente no lo quería... ¿Quién querría a a alguien como Louis?

Se sacó la ropa húmeda y sin levantarse de la cama y la dejó caer al suelo, la garganta comenzaba a molestarle, un leve picor en sus oídos le hacía querer arrancárselos de cuajo, había pescado una gripe, seguro.

—¿Donde estuviste anoche, Lou?—La voz gruesa de su padre le habló desde atrás, Lou se  incorporó en la cama abriendo los ojos como platos y los cerró rápidamente maldiciendo por no haber encontrado una excusa, el cansancio pasó a segundo plano en ese momento. Se sentó en la cama y lo miró sin saber exactamente qué decir. La luz se encendió y su padre apareció de la obscuridad, con ese porte tan elegante que le caracterizaba, haciéndolo lucir arrogante y demandante, la pinta perfecta para un líder.

"Fool's Gold" || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora