°|Parte 19|°

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—Bueno ya todo está arreglado, ¿Qué película quieren ver chicos? —Pregunto Jacob nuevamente, con una sonrisa despreocupada.

—No lo sé ¿Qué les parece una de comedia? Hay que reír, ya hemos tenido suficientes momentos malos en esta semana —Declaro Alice con una enorme sonrisa a los tres chicos que la miraban con atención.

—La minion tiene razón, hay que reír en vez de llorar —Apoyo Diego, recargándose en la más baja, mientras esta le daba un zape.

—¡Oye! Yo no te digo que pareces un poste — Alice refunfuño en susurros, que todos lograron escuchar.

—Bien, yo no te digo minion y tu no me dices poste ¿De acuerdo? —Propuso Diego, alzando la mano para que Alice la aceptara.

—Bien, bueno entonces, ya todo está arreglado para la película. Jake, Eddy apaguen las luces y busquen la película —Pidió la castaña, comenzando a comer de las palomitas.

Después de pedir que apagaran las luces me sentí extraña, ya que en mi paladar no estaba el usual sabor insípido y nada apetitoso de una comida que nunca he tolerado desde que me convirtieron, seguí comiendo aún más extrañada ya que al contrario de lo que yo seguía esperando de las palomitas de maíz, el sabor de estas me perecía delicioso, además de que por un momento se me vino a la mente la sensación de tener demasiada hambre.

Mi esposo me observo preocupado, lo miré y le sonreí, alentándolo a comer conmigo, él accedió y comenzó a comer conmigo, vi que su rostro se deformo en extrañeza pero no dijo nada. La película comenzó, variadas risas escuchándose en la sala, sonreí queriendo guardar este momento entre mi baúl de los recuerdos «Un baúl que solo existe en mi mente y en ocasiones en la de mi hermano Eddy, donde guardo mis más preciados recuerdos» pensé, Edward me miro sonriendo, sonreí aún más.

En un centro comercial, sin demasiada gente y siendo que las pocas familias que estaban comprando o comiendo, eran mínimas, siendo una de ellas la que resaltaba —Casi pidiendo a gritos que los mirarán —, por la gran cantidad de personas en una sola familia, conformada desde la más pequeña hasta el más grande.

Las pocas familias que estaban de paso por el camino de aquella gran y extensa familia solo murmuraban —Algunas teniendo el descaro de casi gritar lo que pensaban —, con gran curiosidad quiénes eran los padres de aquellos chicos.

—Chicos, ¿Qué quieren hacer? —Pregunto Carlisle deteniéndose momentáneamente para observar a su familia y revisar que nadie se matará.

—Umm ¿Qué tal si vamos a comprar algo de comida para llevarle a Jake? —Pregunto Adrián, levemente avergonzado.

—¡¿Más?! Pero si ya llevamos comida hasta para una semana, además ¡No se les olvide que ya nos vetaron del restaurante mexicano y del de comida china! ¡Ya que a alguien se le ocurrió andar mezclando comida, dándosela a los clientes diciendo que eran sus órdenes! ¡Verdad Adrián, Seth, Alec! —Reclamo Leah, viendo a sus hermanos con ojos centelleantes de furia.

—¡También nos vetaron de la tienda de donas! —Añadió Bruno, casi llorando —Esas donas son las más deliciosas que he probado y me las han arrebatado

—¡¿También?! —Pregunto Jane, comenzando a llorar también, mientras los otros tres reían al recordar lo que hicieron.

—Cállense tarados, que por su culpa nos vetaron de medio centro comercial —Regaño Leah.

—Lenguaje cariño —Regaño Esme con ternura, Leah asintió con disculpa.

—Guau, un día completamente extremo —Hablo Garrett con pena en su voz, cambiando de tema inmediatamente pregunto —, ¿Vemos una película?

Crepúsculo, Nueva Historia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora