°|Parte 11|°

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El dueño y yo tenemos una relación como amigos y socios comerciales y mientras nadie sepa de que trata este negocio no habrá problema con que vaya con amigos, recordé que los autos de los Cullen están en su otra casa, así que tendría que darles nuevos autos.

—Bien, ya que ustedes van a vivir aquí y como no van a poder ir por sus autos, aquí tengo de sobra así que cada uno de ustedes podrá escoger ya sea un auto o moto, así que acompáñenme a que se los muestre.

Me dio un poco de risa ver la cara de sorpresa de todos, pero decidí caminar a el estacionamiento que se encontraba atrás de la casa.

Cuando estaba a la mitad del camino escuché pasos ligeros como el viento, dándome a entender que todos venían hacia mí, sin embargo, no me gire y seguí caminando, cuando llegue frente a la cortina de acero del estacionamiento ya todos me habían alcanzado, me agache para subir la cortina y vi un estacionamiento algo ostentoso con muchos autos y motos, aunque lo caro según el resto es lo "Normal" en la familia.

—Pueden escoger el auto o la moto que más les gusté, las llaves están colgadas aquí —Dije señalando una caja atornillada a la pared, con varias llaves. Después de que todos escogieron su auto dije —, ya que ya escogieron, es hora de irnos

Todos asintieron a mis palabras, Diego y yo solo salimos, cada uno se montó en su auto, el en un convertible rojo mate y yo en el auto que Diego me regalo, prendimos los motores y ambos le bajamos la capota a los autos, cada uno de los chicos ya estaban esperando detrás de nosotros. Comencé a conducir hacia el restaurante, que estaba algo lejos de donde vivimos, nos tardaríamos de media hora a una hora.

Después de diez minutos conduciendo, Diego comenzó a reproducir música en su auto a lo que Jacob que estaba detrás de él, lo escucho Jacob por su lado se emocionó puesto que Diego no era de las personas que escuchaban ese tipo de música.

Con maldad en sus ojos sonrió, saco su móvil, marco el número Diego, que al contestar y escuchar su pequeño y nada travieso juego, acepto de inmediato, el juego constaba en que tuvieran una carrera en un lugar apartado, el que ganara pagaría todo lo consumido en el restaurante y tendría que hacer todo el trabajo y papeleo de el contrario, pero desde luego cada una de las palabras que salieran de la boca de Jake eran como una navaja, estas debían tener doble filo. Sin embargo, lo avaricioso era lo más divertido, aunque solo para el ganador mientras que, para el perdedor, seria toda una desdicha y ellos lo sabían, por eso aceptaban, pero quien podía juzgarlos llevaban más de la mitad de su vida juntos, pero claro eso a veces les traía consecuencias, más de la que ellos mismos podían controlar.

Los chicos prendieron las intermitentes del auto y se desviaron a una calle sola y oscura que al parecer a esas horas de la noche nadie transitaba, todas las tiendas y pequeños negocios estaban cerrados, Jake sonrió ya que esa calle era perfecta para hacer su reto, poco a poco Jake fue frenando el convertible, pronto le siguió Diego, cuando todos los chicos frenaron al lado de los autos se bajaron extrañados ya que Diego y Jake estaban sonriendo mucho, Diego fue el primero en hablar tras notar la extrañes en los chicos sobre todo la de Edward.

—Bueno la razón por la que frenamos en esta calle es por qué Jake me propuso un juego —Explico —, el que llegue más rápido al restaurante pagará toda la cuenta y hará el trabajo del otro, así que...

—Yo también quiero participar! —Le interrumpió el más grande a Diego.

—¡NO! —Contradijeron ambos hermanos Cullen.

—¿Por qué no? Será divertido, ustedes siempre se niegan a mis juegos por favor déjenme participar —Rogo, mirándolos con ojos de cachorro.

—Yo me niego porque todos tus juegos y retos terminan en problemas y en accidentes, pero pregúntales a ellos si puedes entrar al tan "divertido juego" —Respondió Jasper rendido.

Crepúsculo, Nueva Historia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora