☽︎High Enough☾︎ // ASHTRAY Y TU

Capítulo 5❀



Me encontraba intentando dormir en el sofá de Ashtray y Fezco.

Habrían pasado unas 2 horas y no conseguía dormirme.

En un principio iba a ir a dormir a mi casa, pero por alguna razón Fezco me había ofrecido quedarme.

Y cariño, no iba a desaprovechar la oportunidad.

No paraba de pensar en lo que había sucedido unas horas antes.

Y sí, hablo del muerto al que han matado solo a unos metros de mí.

Simplemente hice como si fuera algo de todos los días, en parte para que Ashtray no se sintiera mal y en otra parte para yo no sentirme mal.

Solo intentaba autoconvencerme de que todo iba a salir bien.

Aunque pocas veces salían bien ese tipo de cosas.

Oí una puerta abrirse, así que rápidamente me sequé las lágrimas y intenté que mi respiración no sonara tan intranquila.

La persona encendió las luces del salón y la cocina, y ahí fue cuando me di cuenta de quién era.

Fezco se hubiera preocupado de no despertarme, así que definitivamente no era el.

Era Ashtray.

Por cierto, el salón y la cocina eran de esos como que esta todo en la misma habitación.

No pienso hacerles un dibujo de eso, no tengo energía. Pedírselo a Mouse.

Yo me senté en el sofá, en el cual antes estaba tumbada, y empecé a observar lo que hacía.

Se estaba haciendo unos cereales.

Miré la hora en el reloj, eran las 6 de la mañana.

-Buenos días.- Saludé a Ash.

-¿Te he despertado?

Fue al salón y se sentó a mi lado.

Se sentó a mi lado.

Ashtray y Fezco tienen 2 sofás.

Y el se sentó a mi lado.

Tenía un sofá entero para el.

Pero aún así, el decidió sentarse conmigo.

-No, no podía dormir.- Le contesté.

-Yo tampoco.

El se inclinó hacia la mesa y agarró el mando. Luego encendió la televisión.

Empezó a cambiar de canal. Un canal de esos era Boing, donde estaban emitiendo el asombroso mundo de Gumball.

Yo sonreí inconscientemente al recordar a mi padre y a mí viendo ese estúpido programa de tele.

-Siempre se me hizo muy estúpida esa serie.- Me contó Ashtray.- Nada de lo que pasa tiene sentido.

Yo me reí.

–Esa es la gracia, tonto.– Le contesté.–Tengo hambre.

El miró la pantalla de su móvil.

-Cenastes hace 2 horas y media.

Yo me encogí de hombros, realmente no tenía hambre.

–Pero tengo hambre, tú estás comiendo.

–Si, yo no he cenado.

–Es que... Se nos ha sincronizado la cosa esa que hace que tengas hambre.

–A la próxima inventate una excusa mejor.– Murmuró, para llevarse una cucharada de cereales a la boca.