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Carta tomaba su quizás quinta o sexta siesta desde que Adora llevo. Sus sueños eran tan dulces como abstractos. Ajena a que las otras dos personas en su habitación, habían tratado todo este tiempo de no cruzar miradas, H solo veía si teléfono y de vez en cuando llamaba a algún pobre diablo para gritarle órdenes. Adora se perdía en la ventana, se dejaba llevar por la antigua planicie que ahora fue convertida en ciudad y salvo por los edificios, no había nada más que destacade, recordaba como solía gustarle estar en lugares alto y forzar su vista a miraras allá del horizonte, le encantaba el color dorado y rojiso que cobraba el ambiente mientras el sol se desaparicia por el confín de la tierra como si está de lo tragara. Aquella vista la había apreciado tantas veces, que ya no le encantaba, ya no era mágica, lastimosamen a veces las cosas hermosas son saboteadas por la monotonía. Cualquier ageno a la ciudad diría que es hermosa y algo reciente que lo escuche a sentirá confirmandolo siendo que muy probablemente esa misma semana haya menospreciado su vacío paisaje como si fuese la cosa más ordinaria e insipida del mundo.

Decidió hacer su tarea, leyéndola en voz alta, una manía que tenía desde niña.

"dada las clases vistas esta semana responda las siguientes preguntas:

¿Que escritor dijo: << en un mundo donde discrepar con la opinión de otro es rebeldía, la oposición te pone en bandeja de plata, imposiciones disfrazadas de libertad>>"

Antes de cualquier otra cosa escucho a H responder, como si la pregunta hice sido para el

-Pi

Adora quedó desconcertada : ¿tu como sabes?- cuestióno sabiendo que era la respuesta correcta

- hay una biblioteca enorme en casa, no eres la única que la usa.

Adora decidió ignorarlo. no quería hablar, pero el insistía en hablar

-¿Como viniste aquí?

- En auto - respondió con obviedad

Con algo de frustración siguió cuestionando y alzó un poco la voz- quiero decir ¿ quien te dijo que estaba aquí?

- ¿¡para que quieres saber! ? - alzó la voz de vuelta - ¿PARA QUE LE CASTIGUES COMO A ELLA ?

H se quedó callado, lleno sus pulmones con todo el oxigeno que podía, y lo soltó despacio autocalmandose precariamente: - yo no fui quien hizo esto

Adora lo miro con incredulidad, con la intención de aclarar termino enrollando todo al decir: "yo no le haría esto a mi única hija, fue tu madre"

Adora no sabia como 12 palabras podría doler tanto, pero lo acababa de descubrí. Tanta información y tanto que procesar en solo 2 oraciones. Su padres acaba de admitir que Catra era su primogénita , que a ella no la veía como a una hija y que su madre casi mata a su novia, se le derrumbó el mundo y no sabía como no estaba llorando. Quizás era tanto dolor que no podía ser soltado con simples y banales lágrimas. Salió de la habitación, necesitaba ir a un lugar donde poder gritar sin despertar a Catra.

Aunque en realidad Catra ya había despertado cuando alzaron la voz.

- Quien lo diría, eres tan mal padre como era de suponerse - dijo una carta aún dormitada

H se dio la vuelta para mirar sorprendido a una majunche Catra mirando al techo

- ¿ lo escuchaste? - preguntó preocupado, ella asintió - lo. Siento, no se suponía que te enterarás así

- ni ella tampoco - dijo refiriéndose a adora - nunca ibas a decírmelo  ¿cierto?

- no, nadie lastima o secuestra a un peon para lastimar a sus amos, fuera del ajedrez, es mejor ir directamente por las piezas grandes.

Refugio [CATRADORA] she-raDonde viven las historias. Descúbrelo ahora