Eddie Munson necesita asesorías para graduarse y dejar atrás la preparatoria pero Skylar Reed no es, en lo absoluto, la idea de tutora que tenía en mente.
𝗲𝗱𝗱𝗶𝗲 𝗺𝘂𝗻𝘀𝗼𝗻 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰
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Eddie Munson de verdad detestaba entrar a la oficina de orientación.
Por supuesto, no tanto como odiaba pasar tiempo en detención o ser requerido en la dirección pero su aversión era bastante similar.
Ser citado por la coordinadora apenas empezar el horario escolar solo significaba un par de cosas–y ninguna estaba en su lista de prioridades–entre ellas, evidentemente, figuraba hablar de su futuro.
No quería ser grosero al respecto pero el tema había quedado zanjado hacia una eternidad y tener que regresar a la misma silla vieja cada ciclo escolar, sentarse en el mismo sitio a hablar de lo mismo con la misma mujer que conocía desde sus primeros años de secundaria comenzaba a exasperarlo un poco. Todo en lo que podía ocupar su mente era en la bolsa de narcóticos aguardando por él en la guantera de su camioneta para perderse en el bosque y salir de aquella innecesaria reunión.
Jugar con un mechón de su enredado cabello crespo únicamente era otra señal de lo ansioso que se encontraba ante el mutismo prolongado al que lo sometían en ese lugar.
No sabía exactamente qué esperaban, además era muy impaciente para continuar su pacto de silencio.
—Me encanta la compañía y venir a visitarla, en verdad, profesora, pero creo que...
Unos golpes sutiles en la puerta captaron su atención antes de poder inventarse algo para huir de ahí.
—Debe ser ella. ¡Adelante!
«¿Ella?».
Ni siquiera se molestó en volver la mirada sobre el hombro para descubrir de quién se trataba. Aunque la curiosidad pronto lo derrotó y en cuanto el sonido de lo que fuera menos pasos se detuvo a su izquierda, no pudo evitar alzar su rostro perfilado por la mata de pelo esponjado que descuidaba con frecuencia.
Se erigió en su silla, sentándose derecho y rígido, viéndole tomar asiento a su costado, obsequiándole una de esas sonrisas deslumbrantes que tanto la habían caracterizado por años mientras se retiraba los auriculares, inundando la sala con una melodía pegajosa de alguna banda pretenciosa.
—Hola. — Ella extendió la mano derecha en su dirección, ofreciéndole un apretón amistoso que él aceptó de inmediato—. Skylar Reed. Es un gusto.
